La Biblia enseña que existen dos clases de personas: Aquella que es carnal y la que es espiritual.
Definiendo a la persona carnal, es aquella que anda según los deseos de su carne; esta, a su vez representa la naturaleza pecaminosa del ser humano que deriva de la vieja naturaleza del hombre caído (Adán).
Partiendo de esto se puede asumir que el término carnal representa todo lo que contamina, corrompe y ensucia la espiritualidad del hombre.
«Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas…», Gálatas 5:19-23.
Por otra parte el hombre espiritual es aquel que vive conforme a la voluntad de Dios, siendo guiado por el Espíritu Santo; viviendo conforme a la palabra de Dios y teniendo comunión con Él.
Una persona espiritual tiene su mirada puesta en las cosas espirituales; busca constantemente las cosas de arriba y se interesa por alcanzar lo que proviene del Reino de Dios.
«Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley. Pero los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y deseos», Gálatas 5:22-24.
Muchos se preguntarán: ¿Puede existir un creyente carnal? ¿se puede ser hijo de Dios y vivir en la carne? La respuesta es sí.
En una oportunidad Pablo escribió una carta a la iglesia de Corinto y les exhortó diciéndoles carnales: «De manera que yo, hermanos, no pude hablaros como a espirituales, sino como a carnales, como a niños en Cristo», 1 Corintios 3:1.
La Biblia también llama a los creyentes carnales inmaduros; aquellas personas que están en la iglesia pero que aun no han alcanzado madurez espiritual.
Considerando que creer en Dios no exceptúa al creyente de ser carnal, es necesario hacer un auto análisis para determinar si se es del tipo carnal o espiritual.
Responde mentalmente estas 7 preguntas para identificar que tipo de creyente eres:
Es importante meditar bien en estas preguntas y sincerarse consigo mismo y con Dios; si todas las respuestas arrojan hacia lo espiritual, lo que se debe hacer es seguir avanzando en el Señor, manteniéndose nutrido de su Palabra, orando y siendo lleno de la presencia del Espíritu Santo.
Pero si por el contrario las respuestas apuntan hacia lo carnal, es necesario pedir la ayuda de Dios, alimentar el Espíritu con la oración y la lectura de la Palabra y sobre todo dejar de satisfacer los deseos de la carne y ejercitar los sentidos para poder discernir entre el bien y el mal.
«En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos, y renovaos en el espíritu de vuestra mente, y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad», Efesios 4:22-24.