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Romanos (epístola) Que es, Concepto y Definicion




Romanos (epístola) - Diccionario Bíblico Sencillo

tip, LIBR DOCT LINT ver, LEY, ELECCIÓN sit, vet, La primera de las epístolas de Pablo en el NT, es cronológicamente la sexta, habiendo sido redactada en Corinto. Ello se desprende de los saludos (Romanos 16:23) «Os saluda Gayo, hospedador mío y de toda la iglesia. Os saluda Erasto, tesorero de la ciudad, y el hermano Cuarto». (1 Corintios 1:14) «Doy gracias a Dios de que a ninguno de vosotros he bautizado, sino a Crispo y a Gayo». (2 Timoteo 4:20) «Erasto se quedó en Corinto, y a Trófimo dejé en Mileto enfermo». y de que la epístola fue muy probablemente llevada a Roma por Febe, diaconisa de la iglesia en Cencrea (Romanos 16:2) «que la recibáis en el Señor, como es digno de los santos, y que la ayudéis en cualquier cosa en que necesite de vosotros; porque ella ha ayudado a muchos, y a mí mismo». uno de los puertos de Corinto (Hechos 18:18) «Mas Pablo, habiéndose detenido aún muchos días allí, después se despidió de los hermanos y navegó a Siria, y con él Priscila y Aquila, habiéndose rapado la cabeza en Cencrea, porque tenía hecho voto». Si es así, el apóstol redactó esta epístola en la época de su paso por Grecia (Hechos 20:2) «Y después de recorrer aquellas regiones, y de exhortarles con abundancia de palabras, llegó a Grecia». en el invierno del año 57-58 d.C. Pablo hacía tiempo que anhelaba ir a Roma (Romanos 1:10-12). (Romanos 15:23) «Pero ahora, no teniendo más campo en estas regiones, y deseando desde hace muchos años ir a vosotros». Habiendo acabado su misión en Oriente , deseaba detenerse en Roma en su proyectado viaje a España (Romanos 15:28) «Así que, cuando haya concluido esto, y les haya entregado este fruto, pasaré entre vosotros rumbo a España». Pero el apóstol deseaba ir antes a Jerusalén para llevar los dones de las iglesias de los gentiles (Romanos 15:25-26). No sabiendo lo que sería de él en el curso de este peligroso viaje (Romanos 15:30-32). (Hechos 20:22) «Ahora, he aquí, ligado yo en espíritu, voy a Jerusalén, sin saber lo que allá me ha de acontecer». Pablo enviaba esta carta a Roma, donde tenía muchos amigos (Romanos 16:2) «que la recibáis en el Señor, como es digno de los santos, y que la ayudéis en cualquier cosa en que necesite de vosotros; porque ella ha ayudado a muchos, y a mí mismo». Apóstol a los gentiles, se consideró responsable de la iglesia en Roma (Romanos 15:15) «Mas os he escrito, hermanos, en parte con atrevimiento, como para haceros recordar, por la gracia que de Dios me es dada». aun cuando todavía no la había podido visitar. El tema de esta epístola, una de las más sistemáticas de las escritas por Pablo, le fue inspirado por las controversias que había tenido que sustentar, y por la necesidad de definir el Evangelio que predicaba entre los gentiles. Esta carta, de una gran importancia, trata de una manera detallada la cuestión de la salvación. ¿Por qué esta exposición tan detallada se dirige precisamente a los cristianos de Roma? Indudablemente debido a que el apóstol, consciente de la importancia del testimonio dado en la capital del Imperio, quiere fortalecer la fe de los cristianos, y prevenirlos contra el error. En tanto que la Epístola a los Gálatas constituye la carta magna de la libertad cristiana, la Epístola a los Romanos expone los principios fundamentales de la fe.

A. Análisis:

Después de la mención de los destinatarios y de los saludos (Romanos 1:1-7). y de la expresión de su gran interés por los cristianos en Roma (Romanos 1:8-15). el apóstol indica cuál es la esencia de su Evangelio y el tema de la epístola: «El evangelio... es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree... en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe» (Romanos 1:16) «Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree; al judío primeramente, y también al griego». Pablo expone acto seguido la universalidad del pecado y la necesidad de la gracia para la justificación (Romanos 1:18) «Porque la ira de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres que detienen con injusticia la verdad». (Romanos 3:20) «ya que por las obras de la ley ningún ser humano será justificado delante de él; porque por medio de la ley es el conocimiento del pecado». Declara, de entrada, que los gentiles se hallan bajo el imperio del pecado, y bajo condenación (Romanos 1:18-32). Los judíos son igualmente culpables ante Dios (Romanos 2). Después Pablo refuta la objeción de que ello equivale a la pérdida de los privilegios de Israel. A ello responde que el privilegio de los judíos consiste en ser depositarios de la revelación, pero que sus propias Escrituras los declaran pecadores (Romanos 3:1-19). Lo que hace la Ley es dar pie a la transgresión, por cuanto el hombre es pecador, y no se sujeta a la Ley de Dios (véase LEY); la culpa de pecado es universal (Romanos 3:20) «ya que por las obras de la ley ningún ser humano será justificado delante de él; porque por medio de la ley es el conocimiento del pecado».

Sin embargo, Dios justifica a todo creyente, a causa de la obra redentora llevada a cabo por Cristo (Romanos 3:21-30). El apóstol demuestra este extremo apoyándose en el AT (Romanos 3:31) «¿Luego por la fe invalidamos la ley? En ninguna manera, sino que confirmamos la ley». (Romanos 4:25) «el cual fue entregado por nuestras transgresiones, y resucitado para nuestra justificación». y demuestra que la salvación por medio de la fe es la base de la experiencia cristiana (Romanos 5:1-11). Haciendo un paralelo entre Adán y Cristo, establece que Dios ha actuado en base a los mismos principios, tanto en lo que respecta a la vieja como a la nueva humanidad (Romanos 5:12-21). Pablo refuta acto seguido tres objeciones relativas a la doctrina de la salvación recibida exclusivamente por la fe, en virtud del sacrificio de Cristo por nosotros. (a) La doctrina de la salvación por la fe no incita a los creyentes a pecar, por cuanto la fe en Cristo implica la unión con el Salvador, lo que eleva al creyente a una nueva vida con una nueva naturaleza moral (Romanos 6:1-14). (b) La doctrina de la liberación del yugo de la Ley no dispensa al creyente de una actuación moral; lo que sucede es que la Ley ya no es más el principio de su actuación. Sus motivos derivan del hecho de que se ha consagrado totalmente a Dios para hacer Su voluntad en el contexto de una vida nueva (Romanos 6:15) «¿Qué, pues? ¿Pecaremos, porque no estamos bajo la ley, sino bajo la gracia? En ninguna manera». (Romanos 7:6) «Pero ahora estamos libres de la ley, por haber muerto para aquella en que estábamos sujetos, de modo que sirvamos bajo el régimen nuevo del Espíritu y no bajo el régimen viejo de la letra». (c) Se pretendía también que Pablo implicaba que la Ley era algo malo. A esto el apóstol replica que de lo que se trata es que la Ley no puede salvar, no que sea mala. El hombre es pecador e incapaz de observarla; de ahí precisamente su necesidad de salvación, por cuanto la Ley, ejerciendo su ministerio, lo condena y mata (Romanos 7:7-25). Habiendo refutado estas objeciones, Pablo demuestra (Romanos 8:2) «Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte». que la obra redentora de Cristo provee a la renovación espiritual, a la santificación completa, y al definitivo triunfo de aquellos que están en Cristo y que, escogidos y llamados por Dios, tienen parte en la manifestación total de Su amor. Habiendo definido la doctrina evangélica de la salvación, el apóstol la aplica al caso de Israel, el pueblo elegido, que en tanto que nación no la ha aceptado.

El apóstol explica que la promesa de salvación nunca había sido dada de una manera global a todo el pueblo judío, sino solamente a los «escogidos», la verdadera descendencia de Abraham, escogida por Dios (Romanos 9:1-13). Pablo cita el AT para apoyar la doctrina de la elección soberana del Señor (Romanos 9:14-29). véase ELECCIÓN). Añade que el rechazamiento de parte de los judíos proviene de que rechazan sus propias Escrituras con respecto a la salvación (Romanos 9:30) «¿Qué, pues, diremos? Que los gentiles, que no iban tras la justicia, han alcanzado la justicia, es decir, la justicia que es por fe». (Romanos 10:21) «Pero acerca de Israel dice: Todo el día extendí mis manos a un pueblo rebelde y contradictor». Sin embargo, Israel no está totalmente rechazado, porque el «resto» prometido, los judíos elegidos, sí han creído (Romanos 11:1-10). Llegará finalmente el momento en que la nación judía como tal se convertirá y aceptará al Redentor, su Mesías, como lo hacen los creyentes surgidos de la gentilidad (Romanos 11:11-36). El final de la epístola contiene exhortaciones a poner en práctica los principios cristianos (Romanos 12:2) «No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta». a cumplir los deberes cívicos y sociales (Romanos 13:2) «De modo que quien se opone a la autoridad, a lo establecido por Dios resiste; y los que resisten, acarrean condenación para sí mismos». a vivir en el amor y la unidad (Romanos 13:1-15). (Romanos 13:13). La epístola concluye con mensajes personales y saludos (Romanos 15:14) «Pero estoy seguro de vosotros, hermanos míos, de que vosotros mismos estáis llenos de bondad, llenos de todo conocimiento, de tal manera que podéis amonestaros los unos a los otros». (Romanos 16:27) «al único y sabio Dios, sea gloria mediante Jesucristo para siempre. Amén».

B. Estructura de la epístola a los romanos.

Hay dos hipótesis principales acerca de su composición original, pero que tienen un mero interés literario, careciendo de toda importancia doctrinal. (a) Siendo que la epístola tenía que circular, habría sido abreviada con la omisión de referencias locales (p. ej., los términos «en Roma», (Romanos 1:7) «a todos los que estáis en Roma, amados de Dios, llamados a ser santos: Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo». y suprimiendo los capítulos. (15, 16), pero sin tocar las secciones doctrinales y exhortatorias prácticas. En apoyo de esta hipótesis se aduce que la doxología de (Romanos 16:25-27) figura en algunos mss. al final del capítulo (14), o simultáneamente al final del capítulos (14) y del (16). Se argumenta también que Tertuliano, Ireneo y Cipriano no citan ningún pasaje de los capítulos (15, 16), de los que Marción tampoco hace mención alguna. Sin embargo, el carácter circunstancial de estos capítulos explica de sobra estas omisiones. La teoría de la abreviación solamente se basa, entonces, en la presencia de la doxología al final del capítulo (14), en algunos mss. Éste es un argumento muy débil, y tanto más cuanto que ninguno de los mss. que existen en la actualidad presenta la epístola abreviada en modo alguno. (b) La segunda hipótesis supone que el capítulo (16), no formaba parte de la epístola en un principio, sino que se trataba de una carta separada para recomendar a Febe a la iglesia en Éfeso. Se aduce, y con razón, que el capítulo (15), forma una unidad con el (14), siendo su secuela acerca del espíritu de sacrificio de que tienen que hacer gala los fuertes en bien de los débiles. Por otra parte, el capítulo (15), acaba en su versículo (33), con alguna bendición análoga a la que presentan algunas de las otras epístolas de Pablo (2 Corintios 13:11) «Por lo demás, hermanos, tened gozo, perfeccionaos, consolaos, sed de un mismo sentir, y vivid en paz; y el Dios de paz y de amor estará con vosotros». (1 Tesalonicenses 5:23) «Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo». (2 Tesalonicenses 3:16) «Y el mismo Señor de paz os dé siempre paz en toda manera. El Señor sea con todos vosotros». (Filipenses 4:9) «Lo que aprendisteis y recibisteis y oísteis y visteis en mí, esto haced; y el Dios de paz estará con vosotros». formando una conclusión natural. Entonces, el capítulo (16) sería un suplemento. A ello se puede responder que: (A) Hay ocasiones en que los saludos siguen a una doxología, o una bendición, e incluso un amén (Filipenses 4:20) «Al Dios y Padre nuestro sea gloria por los siglos de los siglos. Amén». (2 Tesalonicenses 3:16) «Y el mismo Señor de paz os dé siempre paz en toda manera. El Señor sea con todos vosotros». (2 Timoteo 4:18) «Y el Señor me librará de toda obra mala, y me preservará para su reino celestial. A él sea gloria por los siglos de los siglos. Amén». (B) El capítulo (16), forma parte de la epístola en todos los mss. conocidos.

(C) La presencia de Priscila y Aquila en Roma se explica fácilmente. Viajaban mucho; se hallaban en Roma cuando los judíos fueron echados de la ciudad por un decreto imperial. La pareja estuvo alrededor de un año y medio en Corinto, y acompañó a Pablo a Éfeso. Este matrimonio se dedicó a expandir el cristianismo en esta ciudad, en la que estuvieron, al menos, hasta que Pablo volvió de Jerusalén. Es posible que fueran a Roma para preparar la llegada de Pablo (Hechos 19:21) «Pasadas estas cosas, Pablo se propuso en espíritu ir a Jerusalén, después de recorrer Macedonia y Acaya, diciendo: Después que haya estado allí, me será necesario ver también a Roma». (D) Es posible que Epeneto, «las primicias de Asia» (Romanos 16:5) «Saludad también a la iglesia de su casa. Saludad a Epeneto, amado mío, que es el primer fruto de Acaya para Cristo». convertidas en la provincia de Asia, hubiera ido a Roma. En efecto, cristianos, judíos y gentiles acudían desde todos los lugares a la ciudad imperial. Epafras de Colosa, Aquila del Ponto, y Herodes el tetrarca, todos ellos acudieron a la capital. (E) Está demostrado que los cristianos saludados en el cap. 16 tenían nombres que eran corrientes en Roma. (F) El hecho de que los saludos son dirigidos a numerosas personas no implica que todas ellas, sin excepción, fueran conocidas personalmente del apóstol. Es indudable que Aquila, Priscila y otros corresponsales le habían mencionado en sus cartas a estos cristianos firmes y celosos.

C. AUTENTICIDAD.

La autenticidad de esta epístola jamás ha sido seriamente cuestionada. Se reconoce en ella el carácter y genio de Pablo, que le calificaban para redactar la exposición más completa y sistemática de las verdades de la salvación. Se encuentran alusiones o citas de esta carta en los escritos de Clemente de Roma, Ignacio, Justino Mártir, Policarpo, Hipólito, Marción, en el Canon de Muratori, las versiones Vetus Latina y Siríaca. Desde la época de Ireneo, la epístola está reconocida universalmente como paulina y canónica. Las pruebas internas son igualmente poderosas. El autor afirma ser Pablo (Romanos 1:1) «Pablo, siervo de Jesucristo, llamado a ser apóstol, apartado para el evangelio de Dios». lo que afirma de sí mismo sólo se puede aplicar al gran apóstol de los gentiles (Romanos 11:13) «Porque a vosotros hablo, gentiles. Por cuanto yo soy apóstol a los gentiles, honro mi ministerio». (Romanos 15:15-20). El estilo, la argumentación y la doctrina son patentemente de Pablo. No es sorprendente que la Epístola a los Romanos haya jugado un papel tan importante en la historia de la Iglesia. Su influencia fue inmensa en Agustín de Hipona, en los Reformadores, y cada vez que ha habido un despertamiento genuinamente bíblico esta epístola ha sido un centro pivotal.

Bibliografía: Brockhaus, R.: «Romanos» (Ed. «Las Buenas Nuevas», Montebello, Calif., 1970); Juan Calvino: «Epístola a los Romanos» (S. L. C., Grand Rapids, 1977); Ironside, H. A.: «Exposición de Romanos» (Ed. Buenas Nuevas, St. Louis, 1979); Kelly, W.: «Romans», en Lectures Introductory to the Epistles of Paul the Apostle (Bible Truth Publishers, Oak Park, Illinois, 1970; reimpr. ed. 1869); Martín Lutero: «Commentary on Romans» (Kregel Pub., Grand Rapids, 1982); Moule, H. C. G.: «Studies in Romans» (Kregel Pub., Grand Rapids, 1977, reimpr. ed. 1892); Pettingill, W. L.: «Estudios sencillos sobre Romanos» (Clíe, Terrassa, 1984); Stanley, C.: «Vida a través de la muerte» Un estudio sobre la Epístola a los Romanos (Alturas, Barcelona, 1974); Trenchard, E.: «Una exposición de la Epístola a los Romanos» (Literatura Bíblica, Madrid, 1976).

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