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Hechos 2:47 - NT Traducción Contemporánea de la Biblia

47 alabando a Dios; y el pueblo los quería. Y cada día el Señor añadía a la comunidad de creyentes a los que iban siendo salvos.

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Biblia Reina Valera 1960

47 alabando a Dios, y teniendo favor con todo el pueblo. Y el Señor añadía cada día a la iglesia los que habían de ser salvos.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

47 todo el tiempo alabando a Dios y disfrutando de la buena voluntad de toda la gente. Y cada día el Señor agregaba a esa comunidad cristiana los que iban siendo salvos.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

47 Alababan a Dios y se ganaban la simpatía de todo el pueblo; y el Señor agregaba cada día a la comunidad a los que quería salvar.

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La Biblia Textual 3a Edicion

47 alabando a Dios, y teniendo gracia hacia todo el pueblo. Y cada día el Señor añadía al número° los que iban siendo salvos.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

47 alababan a Dios y tenían el favor de todo el pueblo. Y el Señor agregaba día tras día a la comunidad a los que obtenían la salvación.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

47 alabando a Dios, y teniendo favor con todo el pueblo. Y el Señor añadía cada día a la iglesia los que habían de ser salvos.

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Hechos 2:47
25 Tagairtí Cros  

pero no encontraban la forma para hacerlo, porque el pueblo estaba maravillado de escuchar al maestro.


Jesús crecía en sabiduría, estatura, y en gracia ante Dios y para con las personas.


El Señor los ayudaba, gran número de personas creyeron y decidieron seguir al Señor.


Bernabé era un buen hombre y lleno del Espíritu Santo, vivía una fe por identidad. Muchas personas siguieron al Señor.


Los que no eran judíos escuchaban con alegría la Palabra del Señor, y los que estaban dispuestos a vivir la vida eterna, creyeron.


En Iconio, Pablo y Bernabé entraron a la sinagoga judía y hablaron de tal forma que muchos creyeron, tanto judíos como no judíos.


En Derbe empezaron a evangelizar, hicieron muchos discípulos, después regresaron a Listra, a Iconio y por último a Antioquía,


Las iglesias se fortalecían en la fe y crecían cada día.


Por lo tanto, muchos de estos judíos creyeron en Jesús y también muchos griegos, tanto hombres como mujeres; estas mujeres griegas eran personas muy importantes en la ciudad.


Porque la promesa también es para ustedes, para sus hijos, para los que están lejos, y para todos a los que el Señor nuestro Dios llame.


Así pues, las personas que fueron convencidas por la Palabra de Dios, fueron bautizadas; y en aquel día, tres mil almas fueron añadidas a la comunidad de los creyentes.


Sin embargo, los líderes religiosos volvieron a amenazarlos, aunque finalmente los soltaron. No encontraron ningún motivo para castigarlos, ya que tenían miedo del pueblo. Todos glorificaban a Dios por lo que había acontecido;


y con gran poder sobrenatural, los apóstoles daban testimonio de la resurrección del Señor Jesús. La gracia y el compromiso con la vida era grande entre todos ellos.


Muchos de los que escucharon la Palabra, creyeron; y el número de convertidos llegaba a unos cinco mil.


En aquellos días, creció el número de los discípulos y hubo quejas de los judíos de habla griega contra los judíos que hablaban arameo, de que sus viudas eran desatendidas en la distribución diaria de los alimentos.


Y la Palabra de Dios crecía y se multiplicaba el número de los discípulos en Jerusalén de una forma extraordinaria. También había un numeroso grupo de los sacerdotes que obedecían a la fe.


Mientras tanto la iglesia tenía paz y era edificada, tanto en Judea, como en Galilea y Samaria, y se mantenía en el respeto al Señor y la consolación del Espíritu Santo la animaba y empoderaba, promoviendo así su crecimiento integral.


Y muchas personas que vivían en Lida y en Sarón fueron testigos de este milagro, y se volvieron seguidores de Jesús.


El que sirve a Cristo de esta manera, agrada a Dios y será respetado por todos.


A los que invitó, también los llamó a la identidad de su Hijo; a los que llamó, también los justificó; y a los que justificó, también los glorificó.


Isaías, por su parte, proclama respecto a Israel: “Aunque los israelitas sean tan numerosos como la arena de la playa, no todos serán salvos, sino los que obedecen a Dios;


El mensaje de la cruz parece una tontería y hasta una locura para aquellos que están perdidos; pero para los que estamos siendo salvados es poder sobrenatural de Dios.


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