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Hechos 3:1 - NT Traducción Contemporánea de la Biblia

1 Cierto día a las tres de la tarde, la hora de la oración, Pedro y Juan subieron al templo.

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Biblia Reina Valera 1960

1 Pedro y Juan subían juntos al templo a la hora novena, la de la oración.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

1 Cierta tarde, Pedro y Juan fueron al templo para participar en el servicio de oración de las tres de la tarde.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

1 Un día, cuando Pedro y Juan subían al Templo para la oración de las tres de la tarde,

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La Biblia Textual 3a Edicion

1 Cierto día° Pedro y Juan subían° al templo a la hora de la oración, la novena.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

1 En cierta ocasión, Pedro y Juan subían al templo para la oración de la hora nona

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

1 Y Pedro y Juan subían juntos al templo a la hora novena, que era la hora de la oración.

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Hechos 3:1
27 Tagairtí Cros  

Después de seis días, Jesús tomó a Pedro, Santiago y su hermano Juan, y los llevó en privado a una montaña muy alta;


Y Jesús invitó a Pedro y a los dos hijos de Zebedeo, Santiago y Juan, para que lo acompañasen, pues empezó a angustiarse profundamente y a sentir una tristeza agonizante.


Desde el mediodía hasta las tres de la tarde, hubo oscuridad en toda la tierra.


Las personas reunidas estaban orando afuera, justo a la hora de la ofrenda del incienso.


– Dos hombres subieron al templo para orar, uno era fariseo, y el otro un cobrador de impuestos.


Jesús envió a Pedro y a Juan con las siguientes instrucciones: – Vayan a hacer los preparativos para que comamos la Pascua.


y estaban siempre en el templo alabando a Dios.


Dijo el discípulo amado a Pedro: – ¡Es el Señor! Entonces Simón Pedro, al oír que era el Señor, se puso la ropa, ya que se la había quitado para trabajar, y se arrojó al mar.


Un día, a eso de las tres de la tarde, Cornelio experimentó una visión muy clara. Vio un ángel de Dios entrar en el lugar donde estaba y le decía: – ¡Cornelio!


Entonces Cornelio respondió: – Hace cuatro días, aproximadamente a esta hora, a las tres de la tarde, yo estaba orando en mi casa, de pronto, un hombre con ropa resplandeciente se puso delante de mí,


Día tras día, se reunían fiel e íntimamente unidos en el templo, y constantemente partían el pan en las casas, compartiendo la comida con sencillez de corazón,


El paralítico vio a Pedro y a Juan, que iban a entrar en el templo, y les pidió limosna.


Pedro y Juan lo miraron fijamente, y Pedro le dijo: – Míranos.


Entonces vieron como Pedro y Juan hablaban en forma directa y con mucha seguridad. Sabían que eran hombres sin formación académica, gente del pueblo común. Por eso, se admiraron y reconocieron que ellos habían estado con Jesús.


Mientras tanto alguien se presentó e informó: – Los apóstoles que ustedes pusieron en la cárcel están en el templo enseñando al pueblo.


Cuando los apóstoles que estaban en Jerusalén se enteraron de que en Samaria habían aceptado la Palabra de Dios, enviaron a Pedro y a Juan;


Santiago, Pedro y Juan, que eran columnas de la iglesia, reconocieron que Dios me dio la gracia, junto con Bernabé para llevar la predicación a los gentiles, mientras ellos seguirían alcanzando a los judíos, así que nos dieron la mano en señal de compañerismo, y mantuvimos una muy buena relación con los apóstoles.


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