Joel 3 - Nueva Biblia Española (1975)1 ¡Atención!, en aquellos días, en aquel momento, cuando cambie la suerte de Judá y Jerusalén, 2 reuniré a todas las naciones y las haré bajar al valle de Josafat: allí las juzgaré por sus delitos contra mi pueblo y heredad; porque dispersaron a Israel por las naciones, se repartieron mi tierra, 3 se sortearon a mi pueblo, cambiaban un muchacho por una ramera, vendían una ramera por unos tragos de vino. 4 También ustedes, Tiro, Sidón y comarca filistea, ¿qué quieren de mí?, ¿quieren vengarse de mí?, ¿quieren que se las pague? Pues muy pronto haré recaer la paga sobre ustedes: 5 porque me robaron mi oro y mi plata, llevaron a sus templos mis objetos preciosos; 6 vendieron los hijos de Judá y Jerusalén a los griegos para alejarlos de su territorio. 7 Pues yo los sacaré del país donde los vendieron, haré recaer la paga sobre ustedes; 8 venderé sus hijos e hijas a los judíos, y ellos los venderán al pueblo remoto de los sábeos -lo ha dicho el Señor-. 9 Pregónenlo a las naciones, declaren la guerra santa, alisten soldados, que vengan todos los combatientes; 10 de los arados forjen espadas; de las podaderas, lanzas; diga el cobarde: Soy todo un soldado. 11 Vengan, pueblos todos vecinos, reúnanse allí: el Señor conducirá sus guerreros. 12 Alerta, vengan las naciones al valle de Josafat, que allí me sentaré a juzgar a los pueblos vecinos. 13 Mano a la hoz, madura está la mies: vengan y pisen, repleto está el lagar; rebosan las cubas, porque abunda su maldad, 14 turbas y más turbas en el valle de la Decisión; porque llega el día del Señor en el valle de la Decisión. 15 Sol y luna se oscurecen, los astros recogen su resplandor. 16 El Señor rugirá desde Sión, alzará la voz en Jerusalén y temblarán cielo y tierra; el Señor será refugio de su pueblo, alcázar de los israelitas. 17 Y sabrán que yo soy el Señor, su Dios, que habito en Sión, mi monte santo; Jerusalén será santa y no la atravesarán extranjeros. 18 Aquel día los montes manarán licor, los collados se desharán en leche, las cañadas de Judá irán llenas de agua; brotará un manantial en el templo del Señor que engrosará el Torrente de las Acacias. 19 Egipto se volverá un desierto; Edom, estepa desolada, porque violentaron a los judíos y derramaron sangre inocente en ¡su país. 20 Judá estará habitada siempre, Jerusalén sin interrupción. 21 Vengaré su sangre, no quedarán impunes, y el Señor habitará en Sión. |
Luis Alonso Schökel y Juan Mateos, 1975 ©, Editada por Ediciones Cristiandad.