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Lucas 8:54 - NT Traducción Contemporánea de la Biblia

Pero Él la tomó por la mano y le dijo: – ¡Muchacha, levántate!

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Biblia Reina Valera 1960

Mas él, tomándola de la mano, clamó diciendo: Muchacha, levántate.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Entonces Jesús la tomó de la mano y dijo en voz fuerte: «¡Niña, levántate!».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Jesús la tomó de la mano y le dijo: 'Niña, levántate.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Pero Él, tomando su mano, clamó, diciendo: ¡Niña, levántate!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Pero él, tomándola de la mano, dijo en alta voz: 'Niña, levántate'.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Mas Él echó fuera a todos, y tomándola de la mano, le habló, diciendo: Muchacha, levántate.

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Lucas 8:54
15 Tagairtí Cros  

Pero cuando la gente se fue, Jesús entró, tomó la mano de la muchacha, y la resucitó.


Jesús se acercó a ella, la tomó de la mano y la levantó, y de inmediato la fiebre desapareció; enseguida ella comenzó a servirles.


Tomando la mano del ciego, lo sacó fuera de la aldea y escupió en sus ojos, puso las manos sobre él y le preguntó: – ¿Ves algo?


Sin embargo, Jesús tomándole de la mano, lo levantó, y el muchacho se puso de pie sin problemas.


Cuando llegaron a la casa, no dejó que nadie entrara con Él, solo dejó entrar a Pedro, Juan, Santiago y a los padres de la niña.


La gente se burlaba de Jesús, porque estaban seguros de que la niña estaba muerta.


Ella recobró la vida e inmediatamente se levantó. Luego Jesús ordenó que le dieran algo de comer.


Habiendo dicho esto, clamó con gran voz: – ¡Lázaro, sal fuera!


Así como el Padre resucita a los muertos y les da vida, así también el Hijo da vida a quien Él quiere.


Pedro pidió que toda la gente saliera del lugar. Luego se puso de rodillas y oró al Señor. Después de eso, se acercó al cadáver y le ordenó: – ¡Tabitá, levántate! Ella abrió sus ojos y al ver a Pedro se sentó.


Como está escrito: “Te he hecho padre de muchas naciones”; así delante de Dios, Abraham es el padre de todos nosotros, porque creyó en esta promesa, porque Dios puede dar vida a los muertos y llamar a existencia las cosas que no son como si ya existieran.