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Juan 20:2 - NT Traducción Contemporánea de la Biblia

Corrió a donde estaban Simón Pedro y el discípulo a quien Jesús amaba, y les dijo: “Se han llevado el cuerpo del Señor del sepulcro, y no sabemos dónde lo han puesto”.

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Biblia Reina Valera 1960

Entonces corrió, y fue a Simón Pedro y al otro discípulo, aquel al que amaba Jesús, y les dijo: Se han llevado del sepulcro al Señor, y no sabemos dónde le han puesto.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Corrió y se encontró con Simón Pedro y con el otro discípulo, a quien Jesús amaba. Les dijo: «¡Sacaron de la tumba el cuerpo del Señor, y no sabemos dónde lo pusieron!».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Fue corriendo en busca de Simón Pedro y del otro discípulo a quien Jesús amaba y les dijo: 'Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo han puesto.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Corre pues, y va a Simón Pedro y al otro discípulo a quien Jesús amaba, y les dice: Se llevaron del sepulcro al Señor, y no sabemos dónde lo hayan puesto.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Echa entonces a correr y va a donde estaban Simón Pedro y el otro discípulo a quien amaba Jesús, y les dice: 'Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo han colocado'.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Entonces corrió, y vino a Simón Pedro, y al otro discípulo, a quien amaba Jesús, y les dijo: Se han llevado del sepulcro al Señor, y no sabemos dónde le han puesto.

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Juan 20:2
9 Tagairtí Cros  

Uno de los discípulos estaba reclinado en el hombro de Jesús, era un discípulo muy amado por el Maestro.


Viendo Jesús a su madre y a su discípulo amado, que estaba presente, le dijo a su madre: – ¡Mujer, ahí tienes a tu hijo!


y los ángeles le dijeron: – ¡Mujer!, ¿por qué lloras? Ella respondió: – Porque se llevaron el cuerpo de mi Señor, y no sé dónde lo colocaron.


Le dijo Jesús: – ¡Mujer!, ¿por qué lloras? ¿A quién buscas? Ella pensó que él era el que cuidaba el huerto, y le dijo: – ¡Señor!, si tú te lo llevaste, dime dónde lo pusiste, para llevármelo.


Porque aún no habían entendido las Escrituras, que decían que era necesario que resucitase de entre los muertos.


Volviéndose Pedro, vio al discípulo amado que lo seguía, el mismo que puso su cabeza en el hombro de Jesús, y el que le había preguntado a Jesús: – ¿Señor, quién es el que te va a entregar?


Este discípulo amado es el que testifica todas estas cosas, y el que escribió este libro, y sabemos que su testimonio es verdadero.


Dijo el discípulo amado a Pedro: – ¡Es el Señor! Entonces Simón Pedro, al oír que era el Señor, se puso la ropa, ya que se la había quitado para trabajar, y se arrojó al mar.