Después de morir, Jesús se dejó ver por sus discípulos durante cuarenta días, les demostró con muchas pruebas que estaba vivo y les hablaba del reino de Dios.
Hechos 19:8 - NT Traducción Contemporánea de la Biblia Durante tres meses Pablo entró en la sinagoga y habló con valentía, discutiendo y tratando de convencerlos acerca del reino de Dios. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Y entrando Pablo en la sinagoga, habló con denuedo por espacio de tres meses, discutiendo y persuadiendo acerca del reino de Dios. Biblia Nueva Traducción Viviente Luego Pablo fue a la sinagoga y predicó con valentía durante los siguientes tres meses, discutiendo persuasivamente sobre el reino de Dios; Biblia Católica (Latinoamericana) Pablo entró en la sinagoga y durante tres meses les habló con convicción sobre el Reino de Dios, tratando de persuadirles. La Biblia Textual 3a Edicion Entrando entonces en la sinagoga, habló durante tres meses con todo denuedo, discutiendo y persuadiendo acerca del reino de Dios. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Entró Pablo en la sinagoga y habló con entereza, por espacio de tres meses. Discutía sobre el reino de Dios e intentaba convencerlos. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y entrando en la sinagoga, habló con denuedo por espacio de tres meses, disputando y persuadiendo acerca del reino de Dios. |
Después de morir, Jesús se dejó ver por sus discípulos durante cuarenta días, les demostró con muchas pruebas que estaba vivo y les hablaba del reino de Dios.
Ellos, pasando por Perge, viajaron hasta Antioquía de Pisidia, allá fueron a la sinagoga el sábado y se sentaron.
Entonces, Pablo y Bernabé que hablaban con mucha sinceridad, dijeron a los judíos: – Era necesario que la Palabra de Dios se les predicara primero a ustedes, pero como ustedes no están haciendo caso, critican y no se consideran dignos de tener la vida eterna, entonces ahora iremos a los que no son judíos.
En Iconio, Pablo y Bernabé entraron a la sinagoga judía y hablaron de tal forma que muchos creyeron, tanto judíos como no judíos.
Así que, en la sinagoga discutía con los judíos y con los no judíos que se habían convertido al judaísmo y a diario se ponía a discutir en la plaza pública con los que se encontraban por allí.
Cuando llegaron a Éfeso, dejó a sus acompañantes allí, pero él entró solo en la sinagoga y discutía con los judíos.
Entonces Apolos empezó a predicar con valentía en la sinagoga, pero cuando Priscila y Áquila lo escucharon, lo llevaron aparte y le enseñaron con más exactitud y profundidad el camino de Dios.
Todos los sábados Pablo discutía en la sinagoga, y convencía tanto a judíos como a griegos.
Esto sucedió por dos años, de modo que todos los habitantes de Asia escucharon la Palabra del Señor, tanto judíos como griegos.
Sin embargo, algunos fueron tercos y se rehusaron a creer y hablaban mal del Camino a toda la gente. Entonces Pablo los dejó y se fue con los que creyeron en Jesús a una escuela de un hombre llamado Tirano. Allí Pablo, todos los días, mantenía un diálogo con la gente.
Por lo tanto, estén atentos, recordando los consejos que les di durante tres años, día y noche y a veces hasta con lágrimas, no me cansé de enseñarles y corregirlos a cada uno de ustedes.
Entonces fijaron un día específico para reunirse con Pablo y acudieron, un número mucho mayor, a la casa donde estaba alojado. Desde la mañana hasta la tarde estuvo explicándoles y testificándoles acerca del reino de Dios y tratando de persuadirlos sobre Jesús, partiendo de la ley de Moisés y de los profetas.
Amados, escribo urgentemente a todos ustedes, dignos de gran estima. Mi anhelo de escribirles es sobre lo que nos une, que es nuestra salvación, no solamente es del alma, sino que también implica una sanidad física y emocional. Tuve la necesidad de escribirles para animarlos a luchar fuertemente y defender de una vez por todas la fe por identidad en Cristo Jesús, enseñada a los santos.