Jesús les dijo: – Esto es lo que les había anunciado cuando todavía estaba con ustedes: que todo lo que está escrito sobre mí en la ley de Moisés, los libros de los profetas y en los Salmos tiene que cumplirse.
Hebreos 8:2 - NT Traducción Contemporánea de la Biblia y es ministro en el Lugar Santísimo, el verdadero lugar de adoración que fue hecho por Dios, no por los seres humanos. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 ministro del santuario, y de aquel verdadero tabernáculo que levantó el Señor, y no el hombre. Biblia Nueva Traducción Viviente Allí sirve como ministro en el tabernáculo del cielo, el verdadero lugar de adoración construido por el Señor y no por manos humanas. Biblia Católica (Latinoamericana) él está a cargo del santuario y de la tienda verdadera, levantada no por hombres, sino por el Señor. La Biblia Textual 3a Edicion ministro de las cosas santas y del verdadero tabernáculo que erigió el Señor y no el hombre. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Él es ministro del santuario y de la Tienda verdadera que construyó el Señor y no un hombre. Biblia Reina Valera Gómez (2023) ministro del santuario, y del verdadero tabernáculo que el Señor levantó, y no el hombre. |
Jesús les dijo: – Esto es lo que les había anunciado cuando todavía estaba con ustedes: que todo lo que está escrito sobre mí en la ley de Moisés, los libros de los profetas y en los Salmos tiene que cumplirse.
Les digo que Cristo se hizo servidor de la circuncisión para demostrar la fidelidad de Dios, a fin de confirmar las promesas hechas a los patriarcas,
Porque sabemos que, si la casa terrestre en que vivimos, es decir, nuestro cuerpo, que es como una carpa en este mundo, se deshace, de Dios tenemos un edificio, un cuerpo de resurrección, una casa eterna en el cielo, no construida por manos humanas.
En Cristo ustedes fueron circuncidados, no con una circuncisión física, realizada por manos humanas, sino con una circuncisión espiritual que consistió en renunciar a una vida de pecados.
Todo sacerdote celebra los servicios religiosos día tras día ofreciendo repetidas veces los mismos sacrificios, que nunca pueden quitar los pecados.
Actuaban así porque mantenían su mirada en la ciudad invisible, que tiene fundamentos eternos, de la cual el arquitecto y constructor es Dios.
La primera alianza tenía su propia liturgia, es decir, sus reglas para el culto y un lugar de adoración aquí en la tierra.
Y oí una gran voz del trono, que decía: “¡Aquí está el tabernáculo de Dios, entre los seres humanos! Él habitará en ellos y ellos serán su pueblo, Dios mismo estará con ellos y será su Dios.