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2 Corintios 5:1 - NT Traducción Contemporánea de la Biblia

1 Porque sabemos que, si la casa terrestre en que vivimos, es decir, nuestro cuerpo, que es como una carpa en este mundo, se deshace, de Dios tenemos un edificio, un cuerpo de resurrección, una casa eterna en el cielo, no construida por manos humanas.

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Biblia Reina Valera 1960

1 Porque sabemos que si nuestra morada terrestre, este tabernáculo, se deshiciere, tenemos de Dios un edificio, una casa no hecha de manos, eterna, en los cielos.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

1 Pues sabemos que, cuando se desarme esta carpa terrenal en la cual vivimos (es decir, cuando muramos y dejemos este cuerpo terrenal), tendremos una casa en el cielo, un cuerpo eterno hecho para nosotros por Dios mismo y no por manos humanas.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

1 Sabemos que si nuestra casa terrena o, mejor dicho, nuestra tienda de campaña, llega a desmontarse, Dios nos tiene reservado un edificio no levantado por mano de hombres, una casa para siempre en los cielos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

1 Porque sabemos que si nuestra casa terrenal, este tabernáculo, es destruida, tenemos de Dios un edificio, una casa no hecha por manos, eterna, en los cielos.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

1 Pues sabemos que si nuestra morada terrestre, nuestra tienda, se derrumba, tenemos un edificio hecho por Dios, una casa no fabricada por mano de hombre, eterna, situada en el cielo.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

1 Porque sabemos que si nuestra casa terrenal, este tabernáculo, se deshiciere, tenemos de Dios un edificio, una casa no hecha de manos, eterna, en el cielo.

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2 Corintios 5:1
25 Tagairtí Cros  

– Nosotros lo oímos decir que destruiría el templo construido por manos humanas, y que después de tres días construiría otro templo que no sería edificado por manos humanas.


Sin embargo, el Altísimo no habita en lugares hechos por manos humanas, como lo dijo el profeta:


En efecto, nosotros somos colaboradores al servicio de Dios; y ustedes son como la tierra que Dios cultiva, son el edificio de Dios.


Tenemos este tesoro en vasijas de barro para que la excelencia del poder sobrenatural sea de Dios y no nuestra.


Mientras vivimos dentro de esta carpa, que es nuestro cuerpo mortal, sufrimos y tenemos limitaciones, y aun así no queremos perderlo, no deseamos morir; más bien quisiéramos ser revestidos con un cuerpo celestial para que lo mortal sea absorbido por la vida plena.


En Cristo ustedes fueron circuncidados, no con una circuncisión física, realizada por manos humanas, sino con una circuncisión espiritual que consistió en renunciar a una vida de pecados.


Por la predicación del Evangelio he sufrido muchas persecuciones, pero no me arrepiento ni tampoco me avergüenzo, porque estoy seguro en quien he creído y estoy convencido de que Él es poderoso. Además, tengo acumulada una riqueza de salvación para el día final.


Actuaban así porque mantenían su mirada en la ciudad invisible, que tiene fundamentos eternos, de la cual el arquitecto y constructor es Dios.


Pero ya vino Cristo, el Sumo Sacerdote de las bendiciones de salvación que nos han llegado ahora. Cristo no presta servicio en un tabernáculo imperfecto como en el que servían los otros sacerdotes, sino en un lugar grandioso y perfecto, no hecho por seres humanos ni es formado con elementos de este mundo;


Porque Cristo no entró al Lugar Santísimo hecho por los seres humanos, que solo es una copia del verdadero, sino que entró al mismo cielo y está presente allí, delante de Dios, en favor de nosotros.


para que ustedes reciban una herencia que ha sido guardada en el cielo desde siempre. Una herencia pura, constante y eterna,


De esta manera todas estas cosas serán deshechas, ustedes deben mantener una conducta intachable y vivir una vida espiritual profunda,


Nosotros sabemos que salimos de la muerte hacia la vida, porque amamos con el amor sacrificial de Dios en Cristo a los demás, el que no ama, permanece en la muerte.


Sabremos que procedemos de la verdad si somos capaces de mostrar a Dios que somos personas sinceras y de buen corazón.


Mis amados, ahora somos hijos de Dios y aún no tenemos claro lo mucho que eso significa, pero sabemos que cuando Él sea revelado totalmente, seremos semejantes a Él por medio de Jesucristo, pues vamos a experimentar a Dios tal como Él es.


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