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Hebreos 2:1 - NT Traducción Contemporánea de la Biblia

Por eso es necesario que prestemos más atención a lo que hemos oído, para que no perdamos la dirección.

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Biblia Reina Valera 1960

Por tanto, es necesario que con más diligencia atendamos a las cosas que hemos oído, no sea que nos deslicemos.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Así que debemos prestar mucha atención a las verdades que hemos oído, no sea que nos desviemos de ellas.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Por eso debemos prestar más atención al mensaje que escuchamos, no sea que vayamos a la deriva.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Por lo cual debemos dar más solícita atención a las cosas que fueron oídas, no sea que las dejemos escurrir.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Por eso tenemos que prestar la mayor atención a lo que hemos oído, para no extraviarnos.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Por tanto, es necesario que con más diligencia atendamos a las cosas que hemos oído, no sea que en algún momento las dejemos deslizar.

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Hebreos 2:1
25 Tagairtí Cros  

¿Ustedes no entienden? ¿No recuerdan de los cinco panes que alcanzó para los cinco mil y cuántas canastas se recogieron?


Tienen ojos ¿pero no ven?, tienen oídos ¿pero no oyen?, ¿acaso perdieron la memoria?


Las semillas que cayeron en buena tierra son las personas que escucharon la palabra de Dios y la aceptaron en sus corazones con una buena actitud, la pusieron en práctica, se mantuvieron firmes a pesar de todo y por ello, producen frutos.


– Pongan mucha atención a lo que les voy a decir: el Hijo del Hombre será entregado en manos de hombres.


Entonces los judíos tomaron piedras para arrojárselas; pero Jesús se escondió y salió del templo.


Ustedes parecen haberse olvidado del consejo que Dios les da a sus hijos, como dicen las Escrituras: “Hijo mío, no menosprecies las instrucciones del Señor, como si fueran algo sin importancia. No te pongas triste cuando Él te reprenda.


Me aseguraré de que después de mi partida, ustedes siempre recuerden estas enseñanzas.


Mis amados del alma, esta es la segunda carta que les escribo con el propósito de apelar a su sincero discernimiento, para que no se dejen engañar por los falsos maestros y predicadores,