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Apocalipsis 20:11 - NT Traducción Contemporánea de la Biblia

Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado sobre él; y nadie podía permanecer en su presencia ni en la tierra, ni en el cielo.

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Biblia Reina Valera 1960

Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado en él, de delante del cual huyeron la tierra y el cielo, y ningún lugar se encontró para ellos.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado en él. La tierra y el cielo huyeron de su presencia, pero no encontraron ningún lugar donde esconderse.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Luego vi un trono grande y espléndido y a uno que estaba sentado en él; el cielo y la tierra huyeron al verlo sin que quedaran huellas de ellos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Vi un gran trono blanco, y al que estaba sentado en él, ante cuyo rostro huyeron la tierra y el cielo, y no fue hallado lugar para ellos.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado en él. Huyeron de su presencia la tierra y el cielo, y no se les volvió a ver en ningún lugar.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado sobre él, de delante del cual huyeron la tierra y el cielo; y no fue hallado lugar para ellos.

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Apocalipsis 20:11
27 Tagairtí Cros  

Pero les digo: el juicio será más tolerable para Tiro y Sidón que para ustedes.


El cielo y la tierra pasarán, mas mis palabras jamás pasarán.


Cuando venga el Hijo del Hombre, en su plena gloria, acompañado con todos sus ángeles, entonces se sentará en su trono de gloria;


Pero eres terco y no quieres cambiar, sigues acumulando castigo contra ti mismo para el día de la ira, cuando Dios revelará su justo juicio.


pero por esa misma palabra, los cielos y la tierra que ahora existen han sido reservados para el fuego. Están guardados para el día del juicio, cuando será destruida la gente que no teme a Dios.


El dragón y sus ángeles no pudieron vencer, ni fue hallado un lugar para ellos en el cielo;


Y huyeron todas las islas y las montañas no fueron encontradas.


Y vi el cielo que había sido abierto y apareció un caballo blanco; su jinete se llama Fiel y Verdadero; porque juzga y pelea con justicia.


Y prendió al dragón, aquella serpiente antigua que es el Diablo y Satanás, y lo encadenó por mil años;


Vi un cielo nuevo y una tierra nueva, porque el primer cielo y la primera tierra pasaron, y el mar ya no existe.


El que estaba sentado en el trono dijo: “¡Yo hago nuevas todas las cosas!”. Y también me dijo: “Escribe, porque estas palabras son confiables y verdaderas”.


Inmediatamente, el Espíritu se apoderó de mí y vi un trono en el cielo y alguien estaba sentado en el trono;


el cielo desapareció como un pergamino que se enrolla y todas las montañas e islas se movieron de su lugar.