y cuando el fruto está listo, es recogido, pues ha llegado el tiempo de la cosecha.
Apocalipsis 14:18 - NT Traducción Contemporánea de la Biblia Luego, otro ángel salió del altar y tenía autoridad sobre el fuego y le dijo con voz fuerte al que tenía la hoz afilada: “Usa tu hoz y reúne los racimos de uvas de la vid de la tierra, porque sus uvas ya están maduras”. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Y salió del altar otro ángel, que tenía poder sobre el fuego, y llamó a gran voz al que tenía la hoz aguda, diciendo: Mete tu hoz aguda, y vendimia los racimos de la tierra, porque sus uvas están maduras. Biblia Nueva Traducción Viviente Luego otro ángel, que tenía poder para destruir con fuego, vino desde el altar y le gritó al ángel que tenía la hoz afilada: «Pasa ahora tu hoz y junta los racimos de los viñedos de la tierra, porque las uvas ya están maduras para el juicio». Biblia Católica (Latinoamericana) Otro ángel, el que está encargado del fuego, salió del altar y gritó al que llevaba la hoz afilada: 'Mete tu hoz afilada y cosecha los racimos de la viña de la tierra, porque ya están bien maduros. La Biblia Textual 3a Edicion Y de junto al altar salió otro ángel que tiene poder sobre el fuego, y habló° con gran voz al que tenía la hoz afilada, diciendo: ¡Mete° tu hoz afilada, y vendimia los racimos de la viña de la tierra, porque sus uvas están maduras! Biblia Serafín de Ausejo 1975 Salió del altar otro ángel, que tenía poder sobre el fuego; y gritó con gran voz al que tenía la hoz afilada: 'Mete tu hoz afilada y vendimia los racimos de la viña de la tierra, porque sus uvas están en sazón'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y otro ángel salió del altar, el cual tenía poder sobre el fuego, y clamó con gran voz al que tenía la hoz aguda, diciendo: Mete tu hoz aguda, y vendimia los racimos de la tierra, porque sus uvas están maduras. |
y cuando el fruto está listo, es recogido, pues ha llegado el tiempo de la cosecha.
Oí desde el altar que decía: “Sí, Señor, Dios Todopoderoso, tus juicios son verdaderos y justos”.
El cuarto ángel derramó su copa sobre el sol, y se le permitió quemar con fuego a los seres humanos;
Luego, se acercó otro ángel y se puso de pie frente al altar; tenía un incensario de oro y se le entregó mucho incienso para ofrecerlo, junto con las oraciones de todo el pueblo santo de Dios, sobre el altar de oro que está delante del trono.