Números 23:7 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 Este fue el mensaje de Balán: «Balac, rey de Moab, me trajo de la tierra de Aram, desde las montañas orientales. “Ven”, me dijo, “maldice a Jacob en favor mío. Deja que tu ira se alce contra Israel”. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Y él tomó su parábola, y dijo: De Aram me trajo Balac, Rey de Moab, de los montes del oriente; Ven, maldíceme a Jacob, Y ven, execra a Israel. Biblia Nueva Traducción Viviente Este es el mensaje que Balaam transmitió: «Balac me mandó a llamar desde Aram; el rey de Moab me trajo de las colinas del oriente. “¡Ven —me dijo—, maldíceme a Jacob! Ven y anuncia la ruina de Israel”. Biblia Católica (Latinoamericana) Y Balaam proclamó su poema:
'De Aram me dice que venga Balac,
de los montes del oriente
me llama el rey de Moab:
'¡Ven y maldice a Jacob!
¡Ven y amenaza a Israel!' La Biblia Textual 3a Edicion Y profirió su proverbio, y dijo: De Aram me trajo Balac, Desde los montes del oriente el rey de Moab: ¡Ven, maldíceme a Jacob! ¡Ven, execra a Israel! Biblia Serafín de Ausejo 1975 Entonces Balaán profirió su oráculo diciendo: 'De Aram me hace venir Balac, de los montes de Oriente el rey de Moab: ¡Ven y maldíceme a Jacob! ¡Ven y execra a Israel! Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y él tomó su parábola, y dijo: De Aram me trajo Balac, rey de Moab, de las montañas del oriente, diciendo: Ven, maldíceme a Jacob; y ven, condena a Israel. |
Debes ir inmediatamente a Padán Aram, a la casa de tu abuelo Betuel, el padre de tu madre, para que te cases con alguna de las hijas de tu tío Labán.
Y que Jacob, efectivamente, obedeció a su padre y a su madre, y se fue para Padán Aram.
El segundo era Eleazar hijo de Dodó el ajojita. Era uno de los tres hombres que, con David, contuvieron a los filisteos cuando el resto de Israel huyó.
No hay por qué temer cuando llega la adversidad, ni aunque este rodeado de enemigos.
Porque te hablaré en parábolas; te enseñaré lecciones escondidas en nuestro pasado;
Como gorrión que vuela sin rumbo o la golondrina sin nido, la maldición sin motivo jamás llega a destino.
Entonces yo dije: «¡Oh Señor, ellos dicen de mí: “Él sólo habla en enigmas”!».
Cuando llegue ese día, la gente se burlará de ustedes y les dedicarán este triste canto: “¡Estamos acabados, arruinados! Dios nos ha quitado nuestras tierras y se las ha dado a otros, quienes se las reparten echando suertes, y a nosotros nos ha enviado a vivir muy lejos de nuestro país”».
Viene el día en que todos sus cautivos se burlarán de ellos, diciendo: “¡Ladrones! ¡Pobre Babilonia, ya no podrá seguir haciéndose rica con los bienes ajenos! ¡Por fin dejarás de robar y de acumular tantas riquezas!”.
El rey dice que un pueblo enorme ha venido de Egipto y ha llegado hasta sus fronteras. Quiere que yo vaya inmediatamente y los maldiga. Tiene la esperanza de que pueda vencerlos en la batalla si yo voy con ellos y maldigo a los invasores.
Y la respuesta de Balán fue: «Levántate, Balac, y escucha: Escúchame, tú; hijo de Zipor.
Cuando Balán regresó, el rey estaba de pie junto a las ofrendas que deben quemarse en forma completa con todos los príncipes de Moab.
A continuación miró hacia los ceneos: «Sí, están en una situación de fuerza, tienen su nido entre las rocas.
Concluyó sus profecías diciendo: «Ay, ¿quién podrá vivir cuando Dios haga esto?
Y les dijo también: «El reino de los cielos es como la levadura que una mujer toma para hacer pan. Luego la mezcla con tres medidas de harina, y leuda toda la masa».
Así se cumplió lo que el profeta había dicho: «Hablaré en parábolas y explicaré las cosas que han estado escondidas desde la fundación del mundo».
Los sacerdotes, maestros de la ley y ancianos que escuchaban se dieron cuenta de que la parábola iba dirigida contra ellos y entonces quisieron arrestarlo. Pero como temían a la multitud, lo dejaron y se fueron.
Esta ley se establece porque estas naciones no te ayudaron con alimento y agua cuando saliste de Egipto. Al contrario, trataron de maldecirte, para lo cual contrataron a Balán el hijo de Beor, de Petor en Mesopotamia.
Desafío a los ejércitos de Israel. Envíen un hombre que pelee conmigo».
He hecho esto con leones y osos, y lo haré también con este pagano filisteo, porque ha desafiado a los ejércitos del Dios vivo.
David respondió gritando: ―Tú vienes a mí con espada y lanza, pero yo voy a ti en el nombre del Señor de los ejércitos del cielo y de Israel, a quien tú has desafiado.