Por haberme obedecido, todas las naciones del mundo serán bendecidas por medio de tus descendientes.
Lucas 7:19 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 y los mandó a preguntarle a Jesús: ―¿Eres tú el que ha de venir o debemos esperar a otro? Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 y los envió a Jesús, para preguntarle: ¿Eres tú el que había de venir, o esperaremos a otro? Biblia Nueva Traducción Viviente y los envió al Señor para que le preguntaran: «¿Eres tú el Mesías a quien hemos esperado o debemos seguir buscando a otro?». Biblia Católica (Latinoamericana) y los envió a que preguntaran al Señor: '¿Eres tú el que ha de venir o tenemos que esperar a otro?' La Biblia Textual 3a Edicion los envió al Señor,° diciendo: ¿Eres Tú el que viene, o hemos de aguardar a otro? Biblia Serafín de Ausejo 1975 y los envió a preguntar al Señor: '¿Eres tú el que tiene que venir, o hemos de esperar a otro?'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y llamó Juan a dos de sus discípulos, y los envió a Jesús, para preguntarle: ¿Eres tú Aquél que había de venir, o esperaremos a otro? |
Por haberme obedecido, todas las naciones del mundo serán bendecidas por medio de tus descendientes.
Habrá siempre enemistad entre ti y la mujer, y entre tu descendencia y la de ella. El descendiente de la mujer te aplastará la cabeza, mientras tú solamente le morderás el talón.
El cetro estará en las manos de Judá, y el bastón de gobernante estará en sus pies, hasta que llegue el rey por excelencia, a quien todos los pueblos obedecerán.
La descendencia real de David será interrumpida, cortada como se hace con un árbol, pero del tronco surgirá un renuevo, una nueva rama de la antigua raíz.
Bueno, el Señor mismo elegirá la señal: ¡Una joven dará a luz un niño! y ella le pondrá por nombre Emanuel (que significa “Dios está con nosotros”).
Pero tú, Belén Efrata, aunque eres sólo un pequeño pueblo de Judá, serás el lugar de donde nacerá el rey que gobernará a Israel. Este rey pertenece a una familia muy antigua y su linaje se remonta hasta tiempos muy lejanos.
Haré temblar a todas las naciones y estas desearán venir a este templo trayendo todas sus riquezas. Entonces este lugar resplandecerá y tendrá gran fama porque yo estaré en él. Lo digo yo, el Señor Todopoderoso.
¡Regocíjate grandemente, pueblo mío! ¡Grita de alegría, Jerusalén! ¡Tu rey viene montado sobre un burrito! ¡Es un rey justo y humilde, y viene a salvarte!
»Pero para ustedes que respetan mi fama, se levantará el Sol de Justicia trayendo en sus rayos la salvación. Entonces serán libres y saltarán con gozo, como los terneros que son sacados del establo.
Y llamó a los doce y los envió de dos en dos con poder para echar fuera demonios.
Después de esto, el Señor escogió a otros setenta y dos discípulos y los envió de dos en dos para que llegaran antes que él a todos los pueblos y lugares donde él pensaba ir.
Un día que Jesús estaba orando en cierto lugar, al terminar uno de sus discípulos le dijo: ―Señor, enséñanos a orar, así como Juan enseñó a sus discípulos.
El Señor le dijo: ―Ustedes los fariseos limpian el vaso y el plato por fuera, pero ustedes mismos están llenos de codicia y maldad por dentro.
El Señor le respondió: ―¿Quién es el mayordomo fiel y atento al que su señor deja encargado de los otros sirvientes para darles la comida a tiempo?
El Señor le contestó: ―¡Hipócritas! ¿No desatan ustedes su buey o su burro en sábado y lo llevan a tomar agua?
Luego los apóstoles le dijeron al Señor: ―¡Haz que nuestra fe aumente!
El Señor les respondió: ―Si la fe que ustedes tienen fuera tan pequeña como un grano de mostaza, podrían decirle a este árbol: “Saca tus raíces de aquí y plántate en el mar”, y el árbol les obedecería.
Zaqueo se levantó y dijo: ―Señor, voy a dar la mitad de todo lo que tengo a los pobres. Y si a alguien le he robado, le devolveré cuatro veces lo que le robé.
El Señor se volvió y miró a Pedro. Entonces Pedro se acordó de que el Señor le había dicho: «Hoy mismo, antes de que el gallo cante tres veces, dirás que no me conoces».
Estos decían: ―¡Es verdad! ¡El Señor ha resucitado y se le apareció a Pedro!
Cuando ellos se acercaron a Jesús, le dijeron: ―Juan el Bautista nos envió a preguntarte: ¿Eres tú el que ha de venir o debemos esperar a otro?
María fue la que derramó perfume sobre los pies del Señor y luego los secó con sus cabellos.
Jesús se enteró de que los fariseos sabían que él hacía y bautizaba más discípulos que Juan.
La mujer respondió: ―Yo sé que viene el Mesías, al que llaman el Cristo. Cuando él venga nos explicará todas las cosas.
Otras barcas de Tiberíades llegaron al lugar donde la gente había comido el pan después que el Señor diera gracias.
Josué envió dos espías desde el campamento de Israel en Sitín para que cruzaran el río Jordán y observaran la situación en la otra orilla, especialmente en Jericó. Llegaron a la casa de una mujer llamada Rajab, que era prostituta;
Y enviaré a mis dos testigos para que profeticen durante mil doscientos sesenta días vestidos de luto».