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Lucas 5:25 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

En ese mismo instante, ante los ojos de todos, el hombre tomó la camilla en la que había estado acostado y se fue a su casa alabando a Dios.

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Biblia Reina Valera 1960

Al instante, levantándose en presencia de ellos, y tomando el lecho en que estaba acostado, se fue a su casa, glorificando a Dios.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Al instante, delante de todos, el hombre se levantó de un salto, tomó su camilla y se fue a su casa alabando a Dios.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Y al instante el hombre se levantó a la vista de todos, tomó la camilla en que estaba tendido y se fue a su casa dando gloria a Dios.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Y al instante, levantándose a la vista de ellos, tomó aquello° en que yacía y se fue a su casa glorificando a Dios.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

E inmediatamente se levantó delante de ellos, tomó la camilla en que había estado tendido y se marchó a su casa, glorificando a Dios.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y al instante, se levantó en presencia de ellos, y tomando el lecho en que había estado acostado, se fue a su casa, glorificando a Dios.

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Lucas 5:25
12 Tagairtí Cros  

Entonces Dios dijo: «¡Que aparezca la luz!». Y apareció la luz.


Porque bastó que hablara, y surgió el mundo. ¡A su mandato, apareció!


Pero el que me ofrenda su gratitud, me honra. Los que andan por mis sendas recibirán salvación del Señor.


Un escalofrío de temor sacudió a la multitud ante aquel milagro, y todos alababan a Dios por haberles dado tanto poder a los seres humanos.


El hombre se levantó de inmediato, tomó su camilla y se abrió paso entre la asombrada concurrencia que, entre alabanzas a Dios, exclamaba: ―Jamás habíamos visto nada parecido.


Le dijo eso mientras ponía las manos sobre la mujer, y ella al instante se enderezó y comenzó a alabar a Dios.


En ese mismo instante el ciego recobró la vista. Se fue siguiendo a Jesús y alabando a Dios. Y toda la gente que vio esto también alababa a Dios.


Jesús extendió la mano, tocó al hombre y le dijo: ―Sí quiero. ¡Queda sano! Y en ese momento se le quitó la lepra.


Los judíos llamaron una vez más al que había sido ciego, y le dijeron: ―Júralo por Dios. Nosotros sabemos que este hombre es pecador.