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Marcos 2:12 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

12 El hombre se levantó de inmediato, tomó su camilla y se abrió paso entre la asombrada concurrencia que, entre alabanzas a Dios, exclamaba: ―Jamás habíamos visto nada parecido.

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Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

12 Entonces él se levantó en seguida, y tomando su lecho, salió delante de todos, de manera que todos se asombraron, y glorificaron a Dios, diciendo: Nunca hemos visto tal cosa.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

12 Y el hombre se levantó de un salto, tomó su camilla y salió caminando entre los espectadores, que habían quedado atónitos. Todos estaban asombrados y alababan a Dios, exclamando: «¡Jamás hemos visto algo así!».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

12 La gente quedó asombrada, y todos glorificaban a Dios diciendo: 'Nunca hemos visto nada parecido.

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La Biblia Textual 3a Edicion

12 Y fue levantado, e inmediatamente alzó el catre y salió delante de todos, de manera que todos estaban asombrados y glorificaban a Dios, diciendo: ¡Jamás vimos algo° así!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

12 Y se levantó, inmediatamente cargó con su camilla y salió a la vista de todos, de manera que todos estaban maravillados y glorificaban a Dios diciendo: 'Jamás habíamos visto cosa semejante'.

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Marcos 2:12
13 Tagairtí Cros  

La gente estaba maravillada. «¡Quizás Jesús es el Hijo de David!» —exclamaban.


¡Qué espectáculo! Los que hasta entonces no podían pronunciar ni una palabra hablaban emocionados; los miembros inútiles de los lisiados eran restaurados; los cojos caminaban y saltaban, mientras que los ciegos, maravillados, contemplaban por primera vez el mundo. El gentío, asombrado, alababa al Dios de Israel.


Tan pronto como Jesús los echó fuera, el hombre pudo hablar. La gente, maravillada, exclamó: «¡Jamás habíamos visto algo semejante en Israel!».


Un escalofrío de temor sacudió a la multitud ante aquel milagro, y todos alababan a Dios por haberles dado tanto poder a los seres humanos.


Todos se quedaron tan espantados que se preguntaban unos a otros: «¿Qué es esto? Es una enseñanza nueva, ¡y con qué autoridad! ¡Hasta los espíritus inmundos lo obedecen!».


―A ti te digo, levántate, recoge la camilla y vete.


Le dijo eso mientras ponía las manos sobre la mujer, y ella al instante se enderezó y comenzó a alabar a Dios.


Uno de ellos, al verse sano, regresó alabando a Dios a gritos.


Todos quedaron asombrados y comenzaron también a alabar a Dios. Y llenos de temor, decían: ―Hoy hemos visto cosas maravillosas.


La gente se llenó de miedo y, alabando a Dios, decía: ―Un gran profeta ha surgido entre nosotros. Dios ha venido a ayudar a su pueblo.


Aun así, muchos de los que estaban entre la multitud creyeron en él, y decían: «Cuando venga el Cristo, ¿acaso va a hacer más señales milagrosas que este hombre?».


Nunca se ha sabido que alguien le haya dado la vista a alguien que hubiera nacido ciego.


Entonces los volvieron a amenazar, pero luego los soltaron. No hallaban la manera de castigarlos, ya que no había quien no estuviera alabando a Dios por el milagro ocurrido.


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