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Lucas 20:6 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

Y si decimos que “de la tierra”, todo el pueblo nos apedreará, porque están seguros de que Juan era un profeta».

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Biblia Reina Valera 1960

Y si decimos, de los hombres, todo el pueblo nos apedreará; porque están persuadidos de que Juan era profeta.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

pero si decimos que era meramente humana, la gente nos apedreará, porque están convencidos de que Juan era un profeta».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Y si respondemos que era cosa de hombres, todo el pueblo nos apedreará, pues está convencido de que Juan era un profeta.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Y si decimos, de los hombres, todo el pueblo nos apedreará, porque están persuadidos de que Juan era° profeta.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Pero si respondemos 'de los hombres', todo el pueblo nos va a apedrear; porque están convencidos de que Juan era un profeta'.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y si decimos: De los hombres, todo el pueblo nos apedreará; porque están convencidos de que Juan era profeta.

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Lucas 20:6
13 Tagairtí Cros  

Entonces, ¿qué salieron a ver? ¿a un profeta? Les aseguro que sí, y él es más que profeta:


Herodes lo habría matado en seguida, pero temía que el pueblo se le rebelara, ya que la gente consideraba que Juan era profeta.


Y si decimos que no fue Dios el que lo envió, el pueblo se enojará, porque casi todo el mundo cree que Juan era profeta.


sintieron deseos de apresarlo, pero no se atrevieron porque el pueblo tenía a Jesús por profeta.


―No debemos hacerlo durante la celebración de la Pascua —dijeron—, porque habrá revuelta.


Los sacerdotes, maestros de la ley y ancianos que escuchaban se dieron cuenta de que la parábola iba dirigida contra ellos y entonces quisieron arrestarlo. Pero como temían a la multitud, lo dejaron y se fueron.


»Y tú, hijo mío, serás llamado profeta del Altísimo, porque irás delante del Señor preparándole el camino.


Ellos comenzaron a discutir entre sí: «Si decimos que “del cielo”, él nos preguntará por qué no le creímos.


Entonces le respondieron: ―No sabemos.


Pero los fariseos y los maestros de la ley no quisieron que Juan los bautizara, y de esta manera rechazaron el propósito que Dios tenía para ellos.


Mucha gente iba a verlo y decían: «Juan nunca hizo ninguna señal milagrosa, pero todo lo que dijo de este hombre era verdad».


El jefe de la guardia corrió con los alguaciles a arrestarlos, sin hacer uso de la fuerza, por temor a que el pueblo los apedreara.