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Lucas 10:40 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

Marta estaba preocupada, pues tenía mucho que hacer. Entonces se acercó a Jesús y le dijo: ―Señor, ¿no te importa que mi hermana me haya dejado sirviendo sola? Dile que me ayude.

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Biblia Reina Valera 1960

Pero Marta se preocupaba con muchos quehaceres, y acercándose, dijo: Señor, ¿no te da cuidado que mi hermana me deje servir sola? Dile, pues, que me ayude.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

pero Marta estaba distraída con los preparativos para la gran cena. Entonces se acercó a Jesús y le dijo: —Maestro, ¿no te parece injusto que mi hermana esté aquí sentada mientras yo hago todo el trabajo? Dile que venga a ayudarme.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Mientras tanto Marta estaba absorbida por los muchos quehaceres de la casa. En cierto momento Marta se acercó a Jesús y le dijo: 'Señor, ¿no te importa que mi hermana me haya dejado sola para atender? Dile que me ayude.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Pero Marta estaba atareada° con respecto a mucho servicio; y parándose, dijo: Señor: ¿No te importa que mi hermana me dejó sola para servir? Dile pues que me ayude.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Marta, entre tanto, andaba atareada con los muchos quehaceres. Por fin, se paró y dijo: 'Señor, ¿es que no te importa que mi hermana me deje sola con todo el trajín de la casa? Dile que venga a echarme una mano'.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Pero Marta se distraía en muchos servicios; y vino a Él, diciendo: Señor, ¿no tienes cuidado que mi hermana me deja servir sola? Dile, pues, que me ayude.

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Lucas 10:40
12 Tagairtí Cros  

Al atardecer, los discípulos se le acercaron y le dijeron: ―Ya pasó la hora de la cena y aquí en el desierto no hay nada que comer. Despide a la gente para que vaya por los pueblos a comprar alimentos.


Pedro, inquieto, lo llamó aparte y lo reprendió: ―¡Dios guarde, Señor! —le dijo—. ¡A ti no te puede pasar eso que dices!


Los familiares de Jesús, al enterarse de lo que estaba pasando, salieron a buscarlo porque creían que se había vuelto loco.


Jesús y sus discípulos continuaron su viaje y entraron en un pueblo. Allí, una mujer llamada Marta los recibió en su casa.


Jesús le contestó: ―Marta, Marta, te preocupas demasiado por muchas cosas.


Y no se preocupen por qué van a comer o a beber; no se angustien.


Pero Jesús se volvió a ellos y los reprendió.


Un hombre llamado Lázaro, estaba enfermo. Era del pueblo de Betania, como también sus hermanas María y Marta.


Jesús amaba a Marta, a su hermana y a Lázaro.


Allí hicieron una cena en honor de Jesús. Lázaro estaba sentado a la mesa con él, y Marta servía.


No trabajen por la comida que se acaba. Trabajen más bien por la comida que permanece y da vida eterna, que es la comida que el Hijo del hombre les dará. Sobre él ha puesto Dios el Padre su sello de aprobación.