Por haberme obedecido, todas las naciones del mundo serán bendecidas por medio de tus descendientes.
Lucas 1:42 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 dijo en voz muy fuerte: ―Dios te ha bendecido más a ti que a todas las mujeres, y también ha bendecido al hijo que darás a luz. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 y exclamó a gran voz, y dijo: Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre. Biblia Nueva Traducción Viviente Elisabet dio un grito de alegría y le exclamó a María: —Dios te ha bendecido más que a todas las mujeres, y tu hijo es bendito. Biblia Católica (Latinoamericana) y exclamó en alta voz: '¡Bendita tú eres entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre!' La Biblia Textual 3a Edicion Y exclamó a gran voz, y dijo: ¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre! Biblia Serafín de Ausejo 1975 y exclamó a voz en grito: '¡Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre! Biblia Reina Valera Gómez (2023) y exclamó a gran voz, y dijo: Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre. |
Por haberme obedecido, todas las naciones del mundo serán bendecidas por medio de tus descendientes.
Lo dotaste de eterna felicidad. Le concediste el inagotable gozo de tu presencia.
Eres entre todos el más apuesto; tus labios son fuente de elocuencia, ya que Dios te ha bendecido para siempre.
El ángel entró donde ella estaba y le dijo: ―¡Te saludo, a ti que has recibido la bendición de Dios! El Señor está contigo.
Cuando Elisabet oyó el saludo de María, la criatura saltó dentro de ella. Entonces Elisabet, llena del Espíritu Santo,
Dios se ha fijado en mí, su humilde esclava. De ahora en adelante, todas las generaciones me llamarán dichosa,
―¡Bendito el rey que viene en el nombre del Señor! ―¡Paz en el cielo y gloria en las alturas!
Los israelitas son descendientes de los patriarcas, y de ellos, según la naturaleza humana, nació Cristo, que es Dios sobre todas las cosas. ¡Bendito sea para siempre! Amén.
Mantengamos fija la mirada en Jesús, pues de él viene nuestra fe y él es quien la perfecciona. Él, por el gozo que le esperaba, soportó la cruz y no le dio importancia a la vergüenza que eso significaba, y ahora está sentado a la derecha del trono de Dios.
»¡Bendita sea Jael, la esposa de Héber el quenita! ¡Sea ella bendita por sobre todas las amas de casa!