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Levítico 17:10 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

»Castigaré a cualquiera, israelita o extranjero, que coma sangre en cualquier forma; el que lo haga será expulsado de mi pueblo.

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Biblia Reina Valera 1960

Si cualquier varón de la casa de Israel, o de los extranjeros que moran entre ellos, comiere alguna sangre, yo pondré mi rostro contra la persona que comiere sangre, y la cortaré de entre su pueblo.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

»Si algún israelita de nacimiento o extranjero que viva entre ustedes come o bebe sangre en cualquier forma, yo me pondré en contra de esa persona y la excluiré de la comunidad,

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Si un hombre de Israel o de los forasteros que viven en medio de ustedes come cualquier clase de sangre, aborreceré a esta persona que come sangre y la exterminaré.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Yo me enfrentaré contra aquella persona que coma cualquier clase de sangre, sea de la casa de Israel, o del extranjero que peregrina entre ellos. A la persona que coma sangre, la cortaré de en medio de su pueblo.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

'Volveré mi faz contra todo hombre de la casa de Israel, o de los extranjeros que habitan en medio de ellos, que coma sangre, de cualquier clase que sea, contra el que coma sangre, y lo eliminaré de en medio de su pueblo.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y cualquier varón de la casa de Israel, o de los extranjeros que peregrinan entre ellos, que comiere alguna sangre, yo pondré mi rostro contra esa alma que comiere sangre, y le cortaré de entre su pueblo.

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Levítico 17:10
25 Tagairtí Cros  

Pero no deberán comer animales sin haberles sacado la sangre, porque la vida está en la sangre.


«¡No puedo beber esta agua, pues sería como beber la sangre de estos hombres que arriesgaron su vida para satisfacer mi deseo! ¡Que el Señor me guarde de hacer semejante cosa!».


Pero el rostro del Señor está contra los que hacen el mal, ha resuelto borrar de la tierra hasta el recuerdo de ellos.


Cualquiera que prepare un aceite semejante a este o lo ponga sobre alguien que no sea un sacerdote, será expulsado de la comunidad”».


Porque le he dado la espalda a esta ciudad. Enemigo y no amigo suyo seré, dice el Señor. Será tomada por el rey de Babilonia, quien la mandará incendiar hasta dejarla convertida en cenizas.


Por lo tanto el Señor de los ejércitos, el Dios de Israel, dice: ¡Mi atención está puesta en ustedes y estoy planeando la manera de castigarlos!


Yo me volveré contra él o ella y le proporcionaré un terrible castigo ejemplar, lo haré el hazmerreír de todo mundo y será expulsado de entre los míos y entonces sabrá que yo soy el Señor.


Y yo me pondré contra ellos para asegurar que si escapan de un fuego, caigan en otro; y entonces sabrán que yo soy el Señor.


Pero el Señor Dios dice: «¡No tienen poder, porque viven pendientes sólo de hacer el mal! Comen carne con su sangre, rinden homenaje a ídolos y asesinan. ¿Suponen que les dejaré la tierra cuando viven de esta manera?


permitiendo que los paganos entraran en mi santuario —aquellos cuyo corazón no se interesa en Dios— cuando me ofrecen mi comida, la grasa y la sangre! Así han roto mi convenio, además de todas las demás maldades que han cometido.


Porque la vida de todo ser vivo está en la sangre, y la he dado para que sea rociada sobre el altar, en expiación por sus almas. Es la sangre la que hace la expiación, porque en ella está la vida.


»No coman carne con sangre. »No practiquen la adivinación ni la hechicería.


Me volveré contra ustedes, y huirán delante de sus enemigos. Los que los odian los gobernarán, y ustedes huirán sin que nadie los persiga.


»Esta es una ordenanza permanente en toda tu tierra: No coman grasa ni sangre».


Aunque sus enemigos se los lleven como esclavos a un país muy lejano, hasta allá haré que mueran atravesados por la espada. Yo me aseguraré de que reciban mal y no bien».


Pero mandémosles a decir por carta que se abstengan de comer las carnes sacrificadas a los ídolos, de los vicios sexuales y de comer carnes de animales sin desangrar o ahogados,


Sólo les pedimos que se abstengan de comer carnes ofrecidas a los ídolos, sangre, animales ahogados, y que, por supuesto, se aparten de los vicios sexuales. Bastará que se abstengan de estas cosas. Los saludamos con nuestros mejores deseos.


La única restricción es que no podrás comer sangre, derrámala sobre la tierra.


La única restricción es que nunca coman sangre, porque la sangre es la vida, y no comerás la vida con la carne.


Pero no comas la sangre; derrámala en la tierra como si fuera agua.


¿No piensan ustedes que merece un mayor castigo el que haya pisoteado al Hijo de Dios?, ¿el que haya despreciado la sangre del pacto por la cual había sido santificado y que haya insultado así al Espíritu de gracia?


Y aquella tarde se lanzaron sobre los despojos de la batalla y mataron ovejas, bueyes y cabritos y comieron carne sin desangrar.


Alguien le dijo a Saúl lo que estaba ocurriendo, y que el pueblo pecaba contra el Señor comiendo sangre. ―Es una ofensa contra el Señor —dijo Saúl—. Tráiganme acá una piedra grande,