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Juan 10:10 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

El ladrón sólo viene a robar, matar y destruir. Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.

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Biblia Reina Valera 1960

El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

El propósito del ladrón es robar y matar y destruir; mi propósito es darles una vida plena y abundante.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

El ladrón sólo viene a robar, matar y destruir, mientras que yo he venido para que tengan vida y la tengan en plenitud.

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La Biblia Textual 3a Edicion

El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir. Yo he venido para que tengan vida, y la tengan en abundancia.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

El ladrón no viene sino para robar y matar y hacer estragos; yo he venido para que tengan vida, una vida plena.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.

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Juan 10:10
25 Tagairtí Cros  

Son codiciosos como perros, jamás se satisfacen; son pastores insensatos a quienes sólo preocupa su propio interés, procurando obtener cuanto más pueden, no importándoles el origen.


»Yo deseaba perdonar a Israel, pero sus maldades fueron demasiado grandes. ¡Todos los que viven en Samaria son mentirosos, ladrones o bandidos que se meten a las casas a robar, o asaltan en las calles!


»Nunca menosprecien al creyente humilde, porque su ángel tiene en el cielo constante acceso al Padre.


Además, yo, el Hijo del hombre, vine a salvar a los perdidos.


Recuerden que yo, el Hijo del hombre, no vine para que me sirvan, sino para servir y dar mi vida en rescate de muchos.


―Las Escrituras afirman que el templo de Dios es casa de oración, pero ustedes lo han convertido en cueva de ladrones.


»¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, porque ni entran al reino de los cielos ni dejan entrar a nadie!


Y se puso a enseñar. Les decía: «Las Escrituras dicen que mi templo ha de ser “casa de oración de todas las naciones”, pero ustedes lo han convertido en “cueva de ladrones”».


En efecto, el Hijo del hombre vino a buscar y a salvar a los que se habían perdido.


Jesús dijo: «Es verdad que para entrar al redil de las ovejas hay que entrar por la puerta, porque el que salta por otro lado es un ladrón y un bandido.


»Yo soy el buen pastor. El buen pastor da su vida por las ovejas.


»El que escucha mis palabras y no las obedece, no soy yo el que lo va a juzgar; pues yo no vine a juzgar al mundo sino a salvarlo.


Dijo esto, no porque le importaran los pobres sino porque era un ladrón y, como tenía a su cargo la bolsa del dinero, robaba de lo que echaban en ella.


Dios no envió a su Hijo para condenar al mundo, sino para salvarlo por medio de él.


Sin embargo, ustedes no quieren venir a mí para tener vida eterna.


El pan que da Dios es el que baja del cielo y da vida al mundo.


Yo soy el pan vivo que bajó del cielo. El que coma de este pan vivirá para siempre. Este pan es mi carne, que daré para que el mundo viva.


Tú, pues, que instruyes a otros, ¿por qué no te instruyes a ti mismo? Dices que no se ha de robar, pero ¿no robas tú?


Este mensaje es verdadero y todo el mundo debe creerlo: Cristo Jesús vino al mundo a salvar a los pecadores, de los cuales yo soy el primero.


Dios se ató a un juramento para que los herederos de la promesa estuvieran absolutamente seguros de su cumplimiento, y que supieran que nada cambiaría el juramento.


Por eso puede salvar para siempre a los que por medio de él se acercan a Dios, ya que vive para siempre y está pidiendo por ellos.


Además, les será concedida amplia entrada en el reino eterno de nuestro Señor y Salvador Jesucristo.