Entonces Absalón le dijo: ―Ya que usted no puede ir, le ruego que permita que mi hermano Amnón vaya. ―¿Por qué Amnón? —preguntó el rey.
Jeremías 9:7 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 Por lo tanto, esto dice el Señor de los ejércitos: Los haré pasar por grandes pruebas para comprobar su calidad, así como se hace con los metales para librarlos de las impurezas. ¿Qué otra cosa puedo hacer con ellos? Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Por tanto, así ha dicho Jehová de los ejércitos: He aquí que yo los refinaré y los probaré; porque ¿qué más he de hacer por la hija de mi pueblo? Biblia Nueva Traducción Viviente Por lo tanto, esto dice el Señor de los Ejércitos Celestiales: «Mira, los derretiré en el crisol y los probaré como al metal. ¿Qué más puedo hacer con mi pueblo? Biblia Católica (Latinoamericana) Su lengua es una flecha que mata,
diciendo mentiras;
le desean al prójimo la paz,
pero, en su corazón, le preparan una trampa. La Biblia Textual 3a Edicion Por tanto, así dice YHVH Sebaot: He aquí que Yo los acrisolo y los pruebo, ¿Qué más podría Yo hacer por la hija de mi pueblo? Biblia Serafín de Ausejo 1975 Saeta mortífera es su lengua, engaño son las palabras de su boca. Habla amablemente con su amigo, pero a escondidas le pone una emboscada. Su lengua es flecha mortífera, las palabras de su boca son mentira; ofrecen saludo de paz al prójimo mientras por dentro le maquinan asechanzas Biblia Reina Valera Gómez (2023) Por tanto, así dice Jehová de los ejércitos: He aquí que yo los refinaré, y los probaré; porque ¿qué he de hacer por la hija de mi pueblo? |
Entonces Absalón le dijo: ―Ya que usted no puede ir, le ruego que permita que mi hermano Amnón vaya. ―¿Por qué Amnón? —preguntó el rey.
A pesar de todo, el Señor, Dios de sus padres, que amaba tanto a su pueblo y a su templo, les envió muchos profetas para hacerlos reaccionar.
Lleva tus cargas al Señor, él te sostendrá. No permitirá que el santo resbale o caiga.
En el horno de aflicción los refiné, pero no encontré plata en ustedes. Carecen de valor; nada bueno hay en ustedes.
Porque las manos de ustedes están llenas de sangre por los crímenes que han cometido, y sobre todo eso, mienten y murmuran, y se oponen al bien.
El Señor responde: ¡Efraín es aún hijo mío, el pequeño a quien amo! ¡Tuve que castigarlo por necesidad, pero lo amo todavía! Por él suspiro y de él tendré misericordia.
¡Corran arriba y abajo por todas las calles de Jerusalén; busquen con cuidado por todas partes para ver si pueden hallar siquiera una persona justa y honrada! Si encuentran aunque sea una, no destruiré la ciudad.
Jeremías, te he puesto como probador de la conducta de mi pueblo, para que lo examinaras con toda atención.
Israelitas, escuchen la palabra del Señor, pues él tiene un pleito contra ustedes. La queja del Señor es esta: «Ya no hay entre ustedes fidelidad, ni bondad, ni conocimiento de Dios.
A este tercio restante lo someteré a una dura prueba, será como hacerlo pasar por el fuego para purificarlo, así como se hace con el oro y la plata para refinarlos. Entonces se dirigirán a mí con oraciones fervientes y yo les pondré atención. Diré: “¡Este es mi pueblo!”, y ellos dirán: “El Señor es nuestro Dios”.
Como un refinador de plata se sentará y verá cómo se quema lo malo de su pueblo. Purificará a los levitas, los ministros de Dios, y los refinará como se refina el oro o la plata, a fin de que se dediquen a las cosas de Dios con limpio corazón.
La fe de ustedes es como el oro que tiene que probarse por medio del fuego. Así también su fe, que vale mucho más que el oro, tiene que probarse por medio de los problemas y, si es aprobada, recibirá gloria y honor cuando Jesucristo aparezca.
Queridos hermanos, no se sorprendan del fuego de la prueba por el que están pasando, como si fuera algo extraño.