los profetas anunciando mentiras y los sacerdotes muy contentos apoyándolos. Y al pueblo parece que le gusta esta situación. ¡¿Dónde irá a parar toda esta locura?!
Jeremías 11:9 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 Volvió a hablarme el Señor y dijo: He descubierto entre los hombres de Judá y Jerusalén una conspiración contra mí. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Y me dijo Jehová: Conspiración se ha hallado entre los varones de Judá, y entre los moradores de Jerusalén. Biblia Nueva Traducción Viviente El Señor me habló una vez más y dijo: «Descubrí una conspiración contra mí entre los habitantes de Judá y Jerusalén. Biblia Católica (Latinoamericana) Y añadió Yavé: 'Se han puesto de acuerdo los hombres de Judá y los habitantes de Jerusalén' La Biblia Textual 3a Edicion YHVH me dijo: Judíos y habitantes de Jerusalem se han conjurado Biblia Serafín de Ausejo 1975 Después Yahveh me dijo: 'Se ha descubierto una conjuración entre los hombres de Judá y los habitantes de Jerusalén: Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y me dijo Jehová: Conspiración se ha hallado entre los varones de Judá, y entre los moradores de Jerusalén. |
los profetas anunciando mentiras y los sacerdotes muy contentos apoyándolos. Y al pueblo parece que le gusta esta situación. ¡¿Dónde irá a parar toda esta locura?!
Son estafadores y engañadores, desde el más pequeño hasta el más encumbrado. ¡Sí, hasta mis profetas y sacerdotes! Todos piensan sólo en cómo aprovecharse de los demás.
Entregaré a otros sus esposas y propiedades, pues todos ellos, grandes y pequeños, profetas y sacerdotes, tienen un sólo propósito: adueñarse de lo que no les pertenece.
Sus sacerdotes son como bandas de ladrones, que se esconden para sorprender y caer sobre sus víctimas; en el camino que lleva a Siquén cometen toda clase de maldades.
Los jueces son corruptos, pues reciben dinero para juzgar a favor de los ricos; los sacerdotes enseñan sólo si se les paga, y los falsos profetas le ponen precio a sus mensajes. Y como si esto fuera poco, mal usan el nombre del Señor, diciendo: «¡El Señor está entre nosotros! ¡Ningún mal nos puede acontecer!».
y les preguntó: ―¿Cuánto me pagan si les entrego a Jesús? ―Treinta piezas de plata.