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Génesis 39:10 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

Pero ella continuó con sus insinuaciones día tras día, a pesar de que él se negaba y evitaba en todo lo posible encontrarse con ella a solas.

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Biblia Reina Valera 1960

Hablando ella a José cada día, y no escuchándola él para acostarse al lado de ella, para estar con ella,

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Día tras día, ella seguía presionando a José, pero él se negaba a acostarse con ella y la evitaba tanto como podía.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Y aunque ella insistía día tras día, José se negó a acostarse a su lado y estar con ella.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Y sucedió que, aunque ella instaba a José día a día, él no la escuchaba para yacer a su lado y cohabitar con ella.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Ella insistía uno y otro día, pero José no accedió acostarse con ella, ni a estar a su lado.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y fue que, hablando ella a José cada día, que él no la escuchó para acostarse al lado de ella, o para estar con ella.

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Génesis 39:10
21 Tagairtí Cros  

Un día, mientras José estaba haciendo sus quehaceres en la casa, ella aprovechó que no había nadie más en la casa,


Pero José se rehusó a hacerlo, y le dijo: ―Señora, mi amo confía en mí en todo lo relacionado con su hacienda;


él me ha dado toda su autoridad. No me ha prohibido ninguna cosa. Solamente sobre usted yo no tengo ningún derecho, pues usted es su esposa. ¿Cómo podría yo hacerle una maldad tan grande como esta? Sería un pecado muy grande contra Dios.


¡No les hagas caso, hijo mío! Apártate de sus caminos,


Te librará de la mujer adúltera y de sus palabras seductoras.


La boca de la mujer adúltera es como un pozo profundo; en él caerán los que han hecho enfurecer al Señor.


Porque pozo profundo es la prostituta, y fosa angosta la mujer adúltera.


Como un ladrón ella espera escondida a su víctima, y hace que muchos hombres sean infieles.


Los labios de la mujer infiel son como miel, y sus palabras más suaves que el aceite.


Huye de la mujer infiel; no te acerques ni siquiera a la puerta de su casa,


Lo abrazó por el cuello, lo besó, y con descaro le dijo:


Ellas te librarán de la mujer infiel y de la adúltera y de sus palabras seductoras.


Se sienta a la puerta de su casa, en lo más alto de la ciudad,


¡Vengan conmigo los inexpertos! —les dice a los faltos de juicio—.


No se dejen llevar por los que dicen tales cosas. «Las malas amistades, echan a perder las buenas costumbres».


Por eso, precisamente, les digo que huyan de los pecados sexuales. Ningún otro tipo de pecado afecta al cuerpo como este. Cuando uno comete esos pecados, peca contra su propio cuerpo.


Por eso, exhorto a las viudas jóvenes a que se casen de nuevo, que tengan hijos y que lleven bien su hogar. Así el enemigo no podrá hablar mal de ellas.


Huye de las cosas que provocan malos pensamientos en las mentes juveniles, y dedícate a seguir la justicia, la fe, el amor y la paz, y hazlo junto con los que aman al Señor con toda sinceridad.


Queridos hermanos, les pido, como si ustedes fueran extranjeros y estuvieran de paso por este mundo, que se mantengan lejos de los malos deseos que luchan contra la vida.