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1 Pedro 2:11 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

11 Queridos hermanos, les pido, como si ustedes fueran extranjeros y estuvieran de paso por este mundo, que se mantengan lejos de los malos deseos que luchan contra la vida.

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Biblia Reina Valera 1960

11 Amados, yo os ruego como a extranjeros y peregrinos, que os abstengáis de los deseos carnales que batallan contra el alma,

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Biblia Nueva Traducción Viviente

11 Queridos amigos, ya que son «extranjeros y residentes temporales», les advierto que se alejen de los deseos mundanos, que luchan contra el alma.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

11 Amados hermanos, por ser aquí extranjeros y forasteros, les ruego que se abstengan de los deseos carnales que hacen la guerra al alma.

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La Biblia Textual 3a Edicion

11 Amados, os ruego, como a extranjeros y peregrinos, que os abstengáis de los deseos carnales que batallan contra el alma,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

11 Queridos hermanos, os exhorto a que, como extranjeros y peregrinos, os abstengáis de los deseos puramente humanos que combaten contra el alma.

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1 Pedro 2:11
35 Tagairtí Cros  

Y vivió Abraham en Filistea durante mucho tiempo.


―Aunque soy un extranjero entre ustedes, les suplico que me vendan un sepulcro en el cual pueda sepultar a mi esposa.


Jacob le respondió: ―He vivido ciento treinta años que han sido largos y difíciles, pero no se pueden comparar con la edad de mis antepasados.


Porque estamos aquí sólo por un momento, somos extranjeros en la tierra, como lo fueron nuestros antepasados; nuestros días sobre la tierra son como una sombra, sin ninguna esperanza.


En esta tierra soy un extranjero; necesito que tus mandamientos me guíen, no los escondas de mí.


porque estas leyes tuyas han sido la canción de mi vida en todos estos años de mi peregrinaje.


»¡Escucha mi plegaria, Señor; escucha mi clamor! No te quedes indiferente a mis lágrimas, porque soy huésped tuyo, soy viajero que pasa por la tierra, como lo fueron todos mis antepasados.


Después de la relación conyugal, la mujer y el hombre deberán bañarse y quedarán ritualmente impuros hasta la noche siguiente.


»Recuerden, la tierra es mía, de modo que no pueden venderla definitivamente. Ustedes son solamente arrendatarios y tendrán la tierra a su cargo.


»¡Cuídense! No sea que por el vicio, las borracheras y todas las preocupaciones de esta vida, se les endurezca el corazón. Ese día puede llegar cuando ustedes menos lo esperen.


Pero mandémosles a decir por carta que se abstengan de comer las carnes sacrificadas a los ídolos, de los vicios sexuales y de comer carnes de animales sin desangrar o ahogados,


Sólo les pedimos que se abstengan de comer carnes ofrecidas a los ídolos, sangre, animales ahogados, y que, por supuesto, se aparten de los vicios sexuales. Bastará que se abstengan de estas cosas. Los saludamos con nuestros mejores deseos.


Por esto, hermanos, tomando en cuenta el amor que Dios nos tiene, les ruego que cada uno de ustedes se entregue como sacrificio vivo y santo; este es el único sacrificio que a él le agrada.


pero me doy cuenta de que en los miembros de mi cuerpo hay otra ley, que es la ley del pecado. Esta ley está en guerra contra mi mente, y me tiene cautivo. ¡Qué triste es el estado en que me encuentro!


Si lo siguen haciendo perecerán; pero si mediante el poder del Espíritu hacen morir a la naturaleza pecaminosa y sus obras, vivirán.


Somos embajadores de Cristo. Dios les habla a ustedes por medio de nosotros: «En el nombre de Cristo les rogamos, ¡reconcíliense con Dios!».


Como colaboradores de Dios les suplicamos que no desechen su amor.


Puesto que tenemos tan grandes promesas, amados hermanos, apartémonos del mal, ya sea mal corporal o espiritual. Así en el temor de Dios procuraremos ser completamente santos.


Los que pertenecen a Cristo han clavado en la cruz su naturaleza pecaminosa.


Por eso, ustedes ya no son extraños ni extranjeros, sino ciudadanos junto con los santos y miembros de la familia de Dios.


Yo, pues, que estoy prisionero por servir al Señor, les ruego con todo cariño que se comporten como es digno de los que han sido llamados por Dios.


Huye de las cosas que provocan malos pensamientos en las mentes juveniles, y dedícate a seguir la justicia, la fe, el amor y la paz, y hazlo junto con los que aman al Señor con toda sinceridad.


Todos ellos murieron sin haber recibido las cosas prometidas. Pero las vieron a lo lejos y reconocieron que ellos mismos eran extranjeros y sólo estaban de paso en la tierra.


En cuanto a ustedes, amados hermanos, aunque les hemos hablado en estos términos, estamos seguros de cosas mejores con respecto a su salvación.


¿Qué provoca las guerras y los pleitos entre ustedes? Pues son las pasiones que luchan dentro de ustedes.


Pedro, apóstol de Jesucristo, a los que han sido elegidos y que viven como extranjeros esparcidos por el Ponto, Galacia, Capadocia, Asia y Bitinia:


Ya que ustedes dicen que es su Padre el que juzga las obras de cada uno sin tener favoritos, entonces vivan dándole la honra mientras estén de paso por este mundo.


Queridos hermanos, no se sorprendan del fuego de la prueba por el que están pasando, como si fuera algo extraño.


para que el resto de su vida no la viva siguiendo sus pasiones humanas sino cumpliendo la voluntad de Dios.


Amados, esta es la segunda carta que les escribo,


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