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Génesis 20:5 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

Yo he hecho todo de buena fe, pues Abraham me dijo que ella era su hermana. Además, ella también me dijo que él es su hermano. Así que yo no tengo la culpa.

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Biblia Reina Valera 1960

¿No me dijo él: Mi hermana es; y ella también dijo: Es mi hermano? Con sencillez de mi corazón y con limpieza de mis manos he hecho esto.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

¿Acaso no me dijo Abraham: “Ella es mi hermana”? Y ella misma dijo: “Sí, él es mi hermano”. ¡Yo he actuado con total inocencia! Mis manos están limpias.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

El me dijo que era su hermana, y ella también me dijo: 'Es mi hermano'. Yo he actuado con corazón sencillo y con manos limpias.

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La Biblia Textual 3a Edicion

¿no me dijo él: ella es mi hermana, y ella también dijo: es mi hermano? Con integridad de corazón y limpieza de manos he hecho esto.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

¿No me dijo él: 'Es mi hermana'? ¿Y no me ha dicho también ella: 'Es mi hermano'? Con sencillez de mi corazón y pureza de mis manos hice yo esto'.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

¿No me dijo él: Mi hermana es; y ella también dijo: Es mi hermano? Con sencillez de mi corazón, y con limpieza de mis manos he hecho esto.

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Génesis 20:5
21 Tagairtí Cros  

Pero si dices que eres mi hermana, los egipcios me tratarán bien debido a su interés por ti, y me dejarán con vida».


Cuando Dios me ordenó que saliera de la casa de mi padre, le dije a mi esposa: “Donde quiera que vayamos, me vas a hacer el favor de decir que yo soy tu hermano”.


Y, volviéndose a Sara, le dijo: ―Mira, yo le voy a dar a tu hermano mil monedas de plata para compensar cualquier daño que pudiera haberte hecho, y para dar por terminado este asunto tan molesto. De esta manera se restaurará tu buen nombre, y nadie podrá hablar mal de ti.


»Y si tú vives en honestidad y verdad, como tu padre David, obedeciéndome siempre,


«Por favor, Señor, recuerda que siempre he tratado de obedecerte y agradarte en todo lo que hago». Y rompió a llorar.


Comprendo, Dios mío, que tú pruebas a los hombres para ver si son buenos. He hecho todo esto inspirado por buenos propósitos, y he observado a tu pueblo cómo ofrece sus obsequios alegremente y de buena voluntad.


“Soy puro, soy inocente; no he pecado”.


Solamente el de manos inocentes y corazón puro, el que no adora ídolos y nunca miente.


Dame por guardias la santidad y la integridad, pues espero que me protejas,


En prueba de mi inocencia me lavo las manos y me pongo ante tu altar,


Pero justifícame en público; establece mi honra y mi verdad ante todos ellos.


Pon fin a toda maldad, Señor, y bendice a todos los que genuinamente te adoran porque tú, el justo Dios, miras hasta lo profundo del corazón de todo hombre y mujer, y examinas todas sus intenciones y pensamientos.


¿De qué me sirvió mantener mi corazón limpio y cuidarme de no hacer maldad?


y él los cuidó con sincero corazón y mano diestra.


A los justos los guía su honestidad; a los falsos los destruye su hipocresía.


El justo lleva una vida recta y honrada; ¡felices los hijos que vienen detrás de él!


Mi Dios ha enviado su ángel para cerrar las fauces de los leones para que no pudieran tocarme; pues soy inocente ante Dios, y no he hecho mal a nadie.


Con gran satisfacción y sinceridad podemos afirmar que siempre hemos dependido de la gracia del Señor y no de nuestra sabiduría y que siempre hemos sido puros y sinceros en el mundo, especialmente en cuanto a la forma en que nos hemos comportado con ustedes.


Dios y ustedes saben que esto es cierto. Nos portamos con ustedes los creyentes, de manera santa y justa, y por eso nadie puede reprocharnos nada.


Antes, yo me burlaba de su nombre, perseguía a sus seguidores y era un insolente. Pero Dios tuvo misericordia de mí, porque, como era incrédulo, no sabía lo que hacía.


―El Señor Dios de los dioses, sí, el Señor Dios de los dioses sabe que no hemos edificado el altar en rebeldía contra él. Él sabe (y que lo sepa todo Israel también) que nosotros no hemos edificado el altar para ofrecer holocaustos, ofrendas de harina o sacrificios de paz. Que la maldición de Dios caiga sobre nosotros si hemos tenido tal intención.