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Génesis 20:2 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

Allí decía que Sara era su hermana. Por eso, Abimélec, que era el rey de Guerar, hizo que llevaran a Sara a su palacio, para hacerla su esposa.

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Biblia Reina Valera 1960

Y dijo Abraham de Sara su mujer: Es mi hermana. Y Abimelec rey de Gerar envió y tomó a Sara.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Abraham presentó a su esposa, Sara, diciendo: «Ella es mi hermana». Entonces el rey Abimelec de Gerar mandó llamar a Sara e hizo que la trajeran ante él a su palacio.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Abrahán decía de su esposa Sara: 'Es mi hermana. Oyendo esto, el rey de Guerar, llamado Abimelec, mandó a buscarla para él.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Y decía Abraham respecto a Sara, su mujer: Es mi hermana.° Así que Abimelec, rey de Gerar, mandó a tomar a Sara.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Como Abrahán solía decir de Sara, su mujer: 'Es mi hermana', Abimélec, rey de Guerar, ordenó que le trajesen a Sara.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y dijo Abraham de Sara su esposa: Mi hermana es. Y Abimelec, rey de Gerar, envió y tomó a Sara.

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Génesis 20:2
17 Tagairtí Cros  

Los funcionarios del faraón también la vieron. Entonces fueron y le contaron al faraón que aquella mujer era muy hermosa. Luego, la llevaron a vivir al palacio.


Pero en verdad, ella sí es mi hermana, pues es hija de mi padre aunque no de mi madre. Por eso me casé con ella.


Por este tiempo, el rey Abimélec, acompañado de Ficol, el comandante de sus tropas, fue a donde estaba Abraham y le dijo: ―Es evidente que Dios te bendice y te ayuda en todo lo que emprendes.


En aquella época hubo mucha hambre en esa región, tal como había ocurrido antes en el tiempo de Abraham. Isaac entonces se trasladó a la ciudad de Guerar, donde vivía Abimélec el rey de los filisteos.


Entonces el rey Abimélec le dijo a Isaac: ―Vete a otro lugar, porque te has enriquecido y eres más poderoso que nosotros.


Cuando los hombres del lugar le preguntaban quién era la mujer que lo acompañaba, Isaac decía que era su hermana. Es que Rebeca era tan bonita, que Isaac tenía miedo de que los hombres de aquel lugar lo mataran si se enteraban que ella era su esposa.


el profeta Jehú hijo de Jananí salió a su encuentro y le dijo: «¿Por qué tenías que ayudar al malvado, y amar a los que aborrecen al Señor? Por causa de lo que has estado haciendo, la ira del Señor está sobre ti.


Entonces Eliezer hijo de Dodías, de Maresá, profetizó contra Josafat lo siguiente: «Por cuanto te has asociado con el rey Ocozías, el Señor destruirá los barcos que has construido». En efecto, los barcos naufragaron y jamás llegaron a Tarsis.


Sin embargo, cuando llegaron los embajadores de Babilonia para saber acerca del milagro maravilloso que había ocurrido en el país, Dios lo dejó solo para probarlo y ver cómo era realmente.


porque puede que caigan siete veces, pero cada vez que caigan se levantarán; pero a los malvados les bastará una sola caída para hundirse en la desgracia.


El temor al hombre es una trampa peligrosa, pero la confianza en el Señor trae seguridad.


Pues tampoco el que se acuesta con la mujer infiel y se enreda con ella, quedará sin castigo.


Y no hay en toda la tierra un ser humano que sea siempre bueno y no peque jamás.


Dejen, por lo tanto, la mentira; díganse la verdad unos a otros siempre, porque somos miembros de un mismo cuerpo.


No se mientan unos a otros, ahora que ya murieron a aquella antigua vida llena de vicios.