Proverbios 24:16 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

¹⁶ porque puede que caigan siete veces, pero cada vez que caigan se levantarán; pero a los malvados les bastará una sola caída para hundirse en la desgracia.

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Biblia Reina Valera 1960

¹⁶ Porque siete veces cae el justo, y vuelve a levantarse; Mas los impíos caerán en el mal.

Biblia Nueva Traducción Viviente

¹⁶ Los justos podrán tropezar siete veces, pero volverán a levantarse. En cambio, basta una sola calamidad para derribar al perverso.

Biblia Católica (Latinoamericana)

¹⁶ Si el justo cayó siete veces, se levantará otras tantas, mientras que los malvados caerán para seguir en su desgracia.

La Biblia Textual 3a Edicion

¹⁶ Porque aunque caiga siete veces, se levantará, Pero los impíos tropiezan y caen en la adversidad.

Biblia Serafín de Ausejo 1975

¹⁶ pues siete veces cae el justo y se levanta, mientras los malvados sucumben a la miseria.

Proverbios 24:16 Tagairtí Cros

Génesis 19:35

Aquella noche volvieron a darle a beber vino hasta emborracharlo. Enseguida, la menor entró, se acostó con él, y salió. Pero Lot no se dio cuenta de lo que pasó.

Ester 7:10

Así que colgaron a Amán en la misma horca que había preparado para Mardoqueo, y así se apaciguó la ira del rey.

Job 5:19

Una y otra vez te librará para que ningún mal te dañe.

Salmos 34:19

El bueno no está libre de tribulación; también tiene sus problemas pero en todos ellos lo auxilia el Señor.

Salmos 34:21

Al malvado ciertamente le sobrevendrá calamidad; serán castigados quienes detestan a los buenos.

Salmos 37:24

Si se tropiezan, no caen, porque el Señor los sostiene con su mano.

Salmos 52:5

Pero Dios te derribará de un golpe; te echará de tu casa; a rastras te sacará de la tierra de los vivientes.

Salmos 7:16

Que la violencia que pensó para el prójimo, se vuelva contra él.

Salmos 79:12

Señor, véngate siete veces de nuestros vecinos por las burlas que han lanzado contra ti.

Proverbios 13:17

El mensajero malvado trae desgracia, pero el confiable trae alivio.

Proverbios 13:21

Al pecador lo persiguen los problemas; pero al justo lo recompensan las bendiciones.

Proverbios 14:32

Al malvado lo aplasta su propia maldad; al justo lo protege su justicia.

Proverbios 24:22

Porque de repente les vendrá el desastre; ¡y quién sabe cuál será el castigo del Señor y del rey!

Proverbios 6:15

Por eso será destruido de repente; en un instante quedará arruinado sin esperanza de recuperarse.

Jeremías 18:17

Esparciré a mi pueblo ante sus enemigos como el viento del este esparce el polvo. Y cuando estén atribulados les volveré la espalda y rehusaré poner atención a su desesperación.

Jeremías 8:4

Y dales también este mensaje del Señor: Cuando alguien cae se levanta inmediatamente. Cuando va por senda equivocada y descubre su error, retrocede al punto donde se equivocó. Pero este pueblo sigue actuando equivocadamente, por más que yo lo prevenga. No quieren cambiar, aferrándose a su conducta idolátrica.

Ezequiel 7:5

»Dios el Señor dice: Con un golpe tras otro yo te acabaré. El fin ha llegado, tu juicio final te está esperando. Ya no tienes escapatoria.

Amós 5:2

«La hermosa Israel yace débil y aplastada sobre el suelo, y no se puede levantar. No hay nadie que le brinde su apoyo para que se levante».

Amós 8:14

Y los que ofrecen homenajes a los ídolos de Samaria, Dan y Berseba caerán para nunca más levantarse.

Números 32:23

»Pero si no cumplen lo que han prometido, pecarán contra el Señor, y pagarán las consecuencias.

Hechos 12:23

En aquel mismo instante un ángel del Señor lo hirió con una enfermedad tan terrible que Herodes murió comido por los gusanos. ¡Todo por no darle la gloria a Dios!

1 Tesalonicenses 5:3

Cuando la gente esté diciendo: «Hay paz y seguridad», entonces, de repente vendrá sobre ellos la destrucción. Llegará como le llegan a la mujer embarazada los dolores de parto. No habrá forma de que escapen.

1 Samuel 26:10

Dios le dará muerte algún día, o morirá en una batalla o de vejez.

1 Samuel 31:4

El rogó a su escudero: «Mátame con tu espada antes que estos paganos filisteos me capturen y me torturen». Pero como su escudero tenía miedo también, no quiso hacerlo. Entonces Saúl tomó su propia espada y se arrojó contra la punta de su hoja de modo que lo atravesó.