Entonces el ángel del Señor le dijo: ―Regresa adonde tu dueña, y obedécela.
Génesis 16:6 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 Entonces Abram le dijo a Saray: ―La muchacha es tu esclava, así que haz con ella lo que quieras. Saray comenzó a maltratar tanto a Agar, que esta decidió huir. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Y respondió Abram a Sarai: He aquí, tu sierva está en tu mano; haz con ella lo que bien te parezca. Y como Sarai la afligía, ella huyó de su presencia. Biblia Nueva Traducción Viviente Abram respondió: —Mira, ella es tu sierva, así que haz con ella como mejor te parezca. Entonces Sarai comenzó a tratar a Agar con tanta dureza que al final ella huyó. Biblia Católica (Latinoamericana) Abram le contestó: 'Ahí tienes a tu esclava, haz con ella como mejor te parezca. Y como Saray la maltratara, ella huyó. La Biblia Textual 3a Edicion Y dijo Abram a Saray: He aquí, tu sierva está en tus manos. Haz con ella lo que bien te parezca.° Entonces Saray la afligió, y ella huyó de su presencia. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Respondió Abrán a Saray: 'Mira, tuya es la esclava; haz con ella lo que mejor te parezca'. Saray la maltrataba y entonces ella huyó. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y respondió Abram a Sarai: He ahí tu sierva en tu mano, haz con ella lo que bien te pareciere. Y como Sarai la afligía, ella huyó de su presencia. |
Entonces el ángel del Señor le dijo: ―Regresa adonde tu dueña, y obedécela.
Tomó diez camellos de su amo, y los cargó con muchos regalos, de las mejores cosas que Abraham tenía, y se fue hacia el pueblo de Najor en Aram Najarayin.
―Haz con él como quieras —respondió el Señor—, pero no le quites la vida.
Y en efecto, cuando el faraón se enteró, ordenó que Moisés fuera arrestado y ejecutado. Pero Moisés huyó hacia la tierra de Madián. Al llegar a allá, se sentó junto a un pozo.
El que controla su enojo es muy inteligente; el que se enoja fácilmente es un necio.
La respuesta amable calma el enojo, pero la respuesta grosera lo hace encenderse más.
El hombre que se aleja de su hogar es como el pájaro que se aleja de su nido.
No bastan las palabras para corregir al siervo, aunque entiende no obedece.
Si el patrón se enoja contigo, no renuncies. El espíritu sereno apaciguará el enojo.
Y el rey Sedequías estuvo de acuerdo. ―Está bien —dijo—, hagan como les parezca más conveniente; no puedo impedírselos.
Pero ahora estamos en sus manos. Pueden hacer con nosotros lo que quieran.
En cuanto a ustedes, esposos, sean comprensivos con sus esposas. Trate cada uno a su esposa con respeto, ya que como mujer es más delicada y comparte, junto con ustedes, la herencia de la vida eterna. Al hacer esto nada estorbará sus oraciones.