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Éxodo 32:4 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

Entonces él fundió el oro, y con un cincel hizo un becerro. Al ver el becerro, el pueblo exclamó: «¡Israel, este es tu dios que te sacó de Egipto!».

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Biblia Reina Valera 1960

y él los tomó de las manos de ellos, y le dio forma con buril, e hizo de ello un becerro de fundición. Entonces dijeron: Israel, estos son tus dioses, que te sacaron de la tierra de Egipto.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Entonces Aarón tomó el oro, lo fundió y lo moldeó hasta darle la forma de un becerro. Cuando los israelitas vieron el becerro de oro, exclamaron: «¡Oh Israel, estos son los dioses que te sacaron de la tierra de Egipto!».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

El los recibió y fabricó un ternero de metal batido. Entonces exclamaron: 'Israel, aquí están tus dioses que te han sacado de Egipto.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Él los tomó de sus manos e hizo un becerro de fundición° y acabó de modelarlo con un buril. Entonces ellos exclamaron: ¡Éstos son tus dioses, oh Israel, que te hicieron subir de la tierra de Egipto!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Él los recibió de sus manos, los hizo fundir en un molde y con el metal fundido fabricó un becerro. Entonces ellos gritaron: '¡Éste es tu dios, Israel, el que te ha sacado de la tierra de Egipto!'.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

El cual los tomó de las manos de ellos, y le dio forma con buril, e hizo de ello un becerro de fundición. Y dijeron: Estos son tus dioses, oh Israel, que te sacaron de la tierra de Egipto.

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Éxodo 32:4
36 Tagairtí Cros  

Entonces, siguiendo el consejo de sus cortesanos, el rey hizo dos becerros de oro y le dijo al pueblo: «Es demasiado molesto tener que ir a Jerusalén para adorar; de ahora en adelante estos serán sus dioses. Fueron ellos los que los sacaron a ustedes de la cautividad de Egipto».


Jeroboán también anunció que la festividad anual del día quince del mes octavo se celebraría en Betel, tal como se celebraba en Jerusalén. Él mismo ofreció sacrificios sobre el altar a los becerros en Betel y les quemó incienso. Y fue allí en Betel donde él nombró a los sacerdotes para los santuarios de las colinas.


Envió mensajeros por todo Israel convocando a todos los que adoraban a Baal. Ni uno solo faltó, y llenaron el santuario de Baal, de un extremo a otro.


Sin embargo, no destruyó los becerros de oro que se hallaban en Betel y en Dan, sino que los adoró, siguiendo así el ejemplo de Jeroboán hijo de Nabat, el cual hizo pecar a Israel.


En lugar de ellos había designado a otros sacerdotes, quienes incitaron a la gente a adorar ídolos y no a Dios, a presentar sacrificios a los ídolos de chivos y becerros que Jeroboán hizo colocar en los cerros.


»¿Creen ustedes realmente que pueden derrotar al reino del Señor, cuyo servidor es descendiente de David? ¡Ustedes son muchos más que nosotros, pero tienen los becerros de oro que Jeroboán les hizo, para que los adoren como a dioses!


»Y aunque se hicieron un becerro fundido y proclamaron: “Este es nuestro dios, el que nos sacó de Egipto” y, además, te ofendieron de muchas maneras,


«Yo soy el Señor tu Dios que te sacó de Egipto, donde eras esclavo.


Recuerden que no deben adorar ídolos, ya sean de plata, de oro o de algún otro material.


»No te harás ídolos ni imágenes de nada que esté en el cielo, en la tierra o en lo profundo del mar.


Cuando graben estos nombres, deberán usar la misma técnica que se usa para hacer un sello, y montarán las piedras en oro.


Tomarán dos piedras de ónice y grabarán en ellas los nombres de las tribus de Israel.


Como Moisés se demoraba en descender del monte, el pueblo se presentó ante Aarón: ―Mira —le dijeron—, haznos dioses que nos dirijan, porque este Moisés que nos sacó de Egipto no aparece; algo debe de haberle ocurrido.


Entonces les dije: “Tráiganme sus aretes”. Ellos me los trajeron, los eché al fuego… y ¡salió este becerro!


Luego el Señor envió una gran plaga al pueblo, porque habían adorado al becerro que Aarón les hizo.


Cuando Aarón vio lo feliz que estaba el pueblo con el becerro, edificó un altar delante del becerro, y anunció: ―Mañana habrá fiesta en honor del Señor.


Por eso, el Señor le dijo a Moisés: ―Date prisa, desciende, porque el pueblo que sacaste de Egipto se ha contaminado,


y pronto han abandonado mis leyes. Han hecho un becerro y lo han adorado; le han ofrecido sacrificios y han dicho: “¡Israel, este es tu dios que te sacó de Egipto!”.


Y destruirán todos sus ídolos de plata y todas sus imágenes de oro, y arrojarán todo como inmundicia que les repugna tocar. ―¡Uf!, les dirán, ¡fuera!


¿Me compararán con un ídolo hecho de oro y plata? Contratan un orfebre que tome su riqueza y con ella les haga un dios. ¡Después se postran y lo adoran!


Pues cuando dejó Egipto, no perdió su gusto por la prostitución, por lo que aún ahora es tan disoluta como en su juventud, cuando los egipcios volcaron sus deseos impuros sobre ella y le robaron su virginidad.


La gente de Samaria tiembla y llora por la pérdida de su ídolo, el becerro de Bet Avén. El pueblo y los sacerdotes están de luto porque el esplendor de su becerro se ha perdido. ¡Cuánto dolor por la pérdida de un ídolo!


Y ahora el pueblo se vuelve más idólatra y tonto. Funden su plata y con ella los artesanos fabrican ídolos y luego dicen: «¡Ofrezcan sacrificios rituales y besen a estos nuestros dioses! ¡Estos becerros son nuestros dioses!».


»Si esto es verdad, no debíamos pensar que Dios sea un ídolo hecho de oro, plata y piedra esculpida.


»Se hicieron, pues, un becerro y le ofrecieron sacrificios y se regocijaron por haberlo hecho ellos mismos.


No debemos adorar ídolos, como ellos. (Las Escrituras nos dicen que «el pueblo se sentó a comer y a beber, y luego se produjo el desenfreno»).


Cuando bajé con horror descubrí que ustedes habían pecado contra el Señor su Dios. ¡Hicieron un ídolo en forma de becerro y lo adoraron! ¡No les tomó nada de tiempo apartarse de la voluntad de Dios!


Sin embargo, les pediré algo: que cada uno de ustedes me dé aretes de los que recogieron de los enemigos. (Porque las tropas de Madián, siendo ismaelitas, usaban aretes de oro).


Gedeón hizo un efod con el oro y lo puso en Ofra, su ciudad. Pero Israel pronto comenzó a adorarlo, de modo que sirvió para mal a Gedeón y a su familia.