Biblia Todo Logo
Bíobla ar líne
- Fógraí -





Éxodo 32:1 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

1 Como Moisés se demoraba en descender del monte, el pueblo se presentó ante Aarón: ―Mira —le dijeron—, haznos dioses que nos dirijan, porque este Moisés que nos sacó de Egipto no aparece; algo debe de haberle ocurrido.

Féach an chaibidil Cóip


Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

1 Viendo el pueblo que Moisés tardaba en descender del monte, se acercaron entonces a Aarón, y le dijeron: Levántate, haznos dioses que vayan delante de nosotros; porque a este Moisés, el varón que nos sacó de la tierra de Egipto, no sabemos qué le haya acontecido.

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Nueva Traducción Viviente

1 Cuando los israelitas vieron que Moisés tardaba tanto en bajar del monte, se juntaron alrededor de Aarón y le dijeron: —Vamos, haznos dioses que puedan guiarnos. No sabemos qué le sucedió a ese tipo, Moisés, el que nos trajo aquí desde la tierra de Egipto.

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Católica (Latinoamericana)

1 Moisés no bajaba del cerro y le pareció al pueblo un tiempo largo. Se reunieron en torno a Aarón, al que dijeron: 'Fabrícanos un Dios que nos lleve adelante, ya que no sabemos qué ha sido de Moisés, que nos sacó de Egipto.

Féach an chaibidil Cóip

La Biblia Textual 3a Edicion

1 Pero como el pueblo vio que Moisés tardaba en bajar del monte, se reunió el pueblo alrededor de Aarón, y le dijeron: ¡Levántate, haznos dioses que vayan delante de nosotros! Porque este Moisés, el varón que nos sacó de la tierra de Egipto, no sabemos qué le haya acontecido.°

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Serafín de Ausejo 1975

1 Viendo el pueblo que Moisés tardaba en bajar de la montaña, se congregó en torno a Aarón y le dijo: 'Anda, haznos dioses que vayan delante de nosotros, pues a ese Moisés, a ese hombre que nos sacó de Egipto, no sabemos qué le ha pasado'.

Féach an chaibidil Cóip




Éxodo 32:1
35 Tagairtí Cros  

Inmediatamente Lot fue y les dijo a los novios de sus hijas: ―¡Apresúrense! ¡Salgan de la ciudad, porque el Señor va a destruirla! Pero los jóvenes creyeron que Lot estaba bromeando.


―Sólo hasta ahora me entero de esto —exclamó el rey—, y no sé quién tenga la culpa. ¿Por qué no me lo dijiste antes?


Pero José se rehusó a hacerlo, y le dijo: ―Señora, mi amo confía en mí en todo lo relacionado con su hacienda;


―¿Qué pretendían hacer? —les preguntó José—. ¿No sabían que un hombre como yo puede adivinar?


Apenas habían salido de la ciudad, cuando José le dijo a su mayordomo: ―Alcánzalos, detenlos y pregúntales por qué me hacen esto a mí, que he sido tan bondadoso con ellos.


En Horeb hicieron un becerro; se postraron ante un ídolo hecho de oro.


El Señor los guiaba por medio de una columna de nube durante el día, y por una columna de fuego durante la noche. De esta manera podían viajar de día o de noche.


Luego se volvieron contra Moisés, diciéndole: «¿Nos has traído para que muramos en el desierto? ¿Acaso no había suficientes tumbas en Egipto para enterrarnos? ¿Por qué nos hiciste salir de Egipto?


Les dijeron: ―¡Ojalá el Señor nos hubiera quitado la vida en Egipto! Allí nos sentábamos junto a las ollas llenas de carne y comíamos hasta quedar satisfechos. Pero ustedes nos han traído hasta este desierto para matarnos de hambre.


Recuerden que no deben adorar ídolos, ya sean de plata, de oro o de algún otro material.


El Señor le dijo a Moisés: «Sube al monte, donde estoy, y quédate hasta que yo te dé las leyes y los mandamientos que he grabado en tablas de piedra, para que puedas enseñárselos al pueblo».


Y Moisés desapareció en la nube que cubría el monte, y estuvo allí cuarenta días y cuarenta noches.


Pero Moisés le rogó al Señor que no lo hiciera. ―Señor —suplicó—, ¿por qué se ha encendido tanto tu ira contra este tu pueblo, al que sacaste de Egipto con tu gran poder y tan grandes milagros?


―No te enojes tanto —dijo Aarón—. Tú bien sabes que este pueblo es inclinado a la maldad.


Ellos me dijeron. “Haznos un dios que nos dirija, porque algo le habrá ocurrido a Moisés, el que nos sacó de Egipto”.


Por eso, el Señor le dijo a Moisés: ―Date prisa, desciende, porque el pueblo que sacaste de Egipto se ha contaminado,


Es una tierra de la que fluye leche y miel. Pero yo no iré con ustedes, porque son un pueblo rebelde y soberbio, y no resistiré el deseo de destruirlos en el camino».


Pero ellos se pusieron tercos contra mí y no quisieron seguir mis órdenes. No se deshicieron de sus ídolos ni abandonaron los dioses de Egipto. Entonces pensé: “Yo descargaré mi cólera contra ellos mientras aún estén en Egipto”.


Luego el Señor, por medio de un profeta, sacó a Israel de Egipto y lo cuidó durante la marcha por el desierto.


Acuérdate que yo te libré de Egipto rompiendo las cadenas de tu esclavitud. Envié a Moisés, a Aarón y a Miriam para que te guiaran.


ninguno de los hombres que vieron mi gloria y los milagros que hice en Egipto y en el desierto (y diez veces se negaron a confiar en mí y a obedecerme)


De la misma manera que el padre de familia se mantiene vigilante para que los ladrones no se introduzcan en la casa,


»Pero si son tan malvados que, creyendo que voy a tardar en venir,


»Si esto es verdad, no debíamos pensar que Dios sea un ídolo hecho de oro, plata y piedra esculpida.


Como ustedes bien saben, porque lo han visto y oído, ese tal Pablo ha convencido a un grupo numeroso de personas de que los dioses fabricados no son dioses.


le dijeron a Aarón: “Haznos dioses que nos guíen de regreso, porque no sabemos qué le ha sucedido a Moisés, el que nos sacó de Egipto”.


No tengas miedo porque el Señor irá delante de ti y estará contigo. Él no te desamparará. No temas ni te desanimes».


»Escucha, Israel: hoy mismo vas a cruzar el río Jordán e iniciarás la conquista de las naciones que viven al otro lado del río.


Yo estaba en el monte en ese momento recibiendo las tablas de piedra, las tablas de la alianza que el Señor había hecho contigo. Estuve allí cuarenta días y cuarenta noches, y en todo ese tiempo nada comí. Ni siquiera tomé agua.


Levántate y dile al pueblo: Cada uno de ustedes debe pasar por los ritos de la purificación en preparación para mañana, porque el Señor su Dios dice que alguien ha robado lo que a él le pertenecía y no podremos derrotar a nuestros enemigos hasta que acabemos con este pecado.


«¡Conque Jesús prometió regresar! ¿Por qué no lo ha hecho ya? ¡Hasta donde podemos recordar, todo ha permanecido exactamente igual desde el primer día de la creación!».


Lean orainn:

Fógraí


Fógraí