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Oseas 13:2 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

2 Y ahora el pueblo se vuelve más idólatra y tonto. Funden su plata y con ella los artesanos fabrican ídolos y luego dicen: «¡Ofrezcan sacrificios rituales y besen a estos nuestros dioses! ¡Estos becerros son nuestros dioses!».

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Biblia Reina Valera 1960

2 Y ahora añadieron a su pecado, y de su plata se han hecho según su entendimiento imágenes de fundición, ídolos, toda obra de artífices, acerca de los cuales dicen a los hombres que sacrifican, que besen los becerros.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

2 Ahora siguen pecando, haciendo ídolos de plata, imágenes hábilmente formadas por manos humanas. «¡Ofrézcanles sacrificios —gritan— y besen a ídolos que tienen forma de becerros!».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

2 Y todavía siguen pecando, pues se han fabricado con su plata un ídolo de metal fundido, diseñado a su gusto. Esto no es más que obra de artesanos, pero ellos dicen: 'Ofrézcanles sacrificios', y hombres como ellos besan a un ternero.

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La Biblia Textual 3a Edicion

2 Y ahora pecan más y más: Se hacen imágenes fundidas; Con su plata se hacen ídolos, conforme a su destreza, Obra de artesano todo ello: Se dirigen a ellos, les sacrifican hombres y besan becerros.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

2 Ahora continúan pecando, se funden imágenes de plata, se inventan ídolos, obras de simple artesanía. Les sacrifican corderos. ¡Hombres dan besos a becerros!

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Oseas 13:2
33 Tagairtí Cros  

Pero tienes que saber que aún quedan siete mil hombres en Israel que jamás se han inclinado ante Baal ni lo han adorado.


―No deben traer esos cautivos aquí —declararon—. Si lo hacen, el Señor se enojará, y este pecado será añadido a los muchos que ya tenemos. ¡Ya tenemos bastantes problemas con Dios! ¡El Señor nos castigará por esto!


Pero no se arrepintió, como sí lo hizo su padre, sino que cada vez su maldad era peor.


Bésenle los pies, antes que se encienda su ira y perezcan en el camino, pues su ira se inflama de repente. ¡Dichosos los que en él buscan el refugio!


Oh pueblo mío, ¿no han recibido suficiente castigo? ¿Por qué obligarme a azotarlos una y otra vez? ¿Es su intención ser rebeldes toda la vida? De la cabeza a los pies están enfermos, débiles y desfallecidos, cubiertos de magulladuras, verdugones y heridas infectadas, sin ungir ni vendar.


¡Ay de mis hijos rebeldes!, dice el Señor, ¡piden consejo de todos menos de mí, y resuelven hacer precisamente lo que yo no quiero! Hacen pactos sin mi consentimiento, y cometen pecados una y otra vez.


Todos los que adoran esas imágenes, avergonzados se presentarán ante el Señor junto con todos esos carpinteros —hombres no más— que dicen haber hecho un dios. Unidos estarán en el terror.


Reúnanse y vengan, naciones que escapan de la mano de Ciro. ¡Qué insensatos son los que andan con ídolos de madera y oran a dioses que no pueden salvar!


¿Me compararán con un ídolo hecho de oro y plata? Contratan un orfebre que tome su riqueza y con ella les haga un dios. ¡Después se postran y lo adoran!


lo adornan con oro y plata, y luego con clavos y martillo lo colocan firme en su sitio para que no se caiga,


Los hombres más sabios, pero que adoran ídolos, en realidad son tontos e insensatos.


¡Cuán próspero es Israel, es como una vid frondosa y llena de fruto! Pero cuanta más riqueza yo le doy, más altares construye para sus dioses paganos; cuanto más ricas son las cosechas que yo le doy, tanto más hermosas son las estatuas y las imágenes que construye para ellos.


La gente de Samaria tiembla y llora por la pérdida de su ídolo, el becerro de Bet Avén. El pueblo y los sacerdotes están de luto porque el esplendor de su becerro se ha perdido. ¡Cuánto dolor por la pérdida de un ídolo!


Pero después, cuanto más lo llamaba a estar cerca de mí tanto más se rebelaba y era desobediente. Ofrecía homenajes a Baal y ofrecía perfumes delicados a los ídolos.


La guerra acabará con sus ciudades, sus enemigos destruirán sus fortalezas y echarán todo por los suelos.


Asiria no nos puede salvar, ni tampoco nuestra poderosa caballería; nunca más confiaremos en los ídolos que hemos hecho con nuestras manos, pues solamente en ti, Señor, los huérfanos encuentran misericordia».


»Ella no se da cuenta que todo lo que tiene ha sido provisto por mí. ¡Fui yo quien le dio todo el oro y la plata que ella usó para adorar a Baal, su dios!


Como Efraín, es decir, Israel, se ha entregado a los ídolos, ¡pues que se quede con ellos!


Israel ha nombrado reyes y príncipes sin consultarme, que no cuentan con mi aprobación. Han usado su oro y su plata para fabricarse ídolos, los que los llevarán a la destrucción.


»Samaria, yo rechazo tu becerro, ese ídolo que has hecho. ¡Mi cólera está que revienta contra ti! ¿Hasta cuándo seguirás en el extravío de tu idolatría? ¿Cuándo por fin te preocuparás por ser virtuosa?


¿Cuándo vas a reconocer que ese becerro al que le rindes homenaje es sólo un objeto hecho por artesanos? ¡No es Dios! Por lo tanto será hecho pedazos.


»Y ahora ustedes, descendientes de tales pecadores, pretenden hacer lo mismo. De modo que la ira del Señor se encenderá contra Israel con mayor furor esta vez.


¿Recuerdan lo que le respondió Dios? «¡Tienes que saber que aún quedan siete mil hombres en Israel que jamás se han inclinado ante Baal ni lo han adorado!».


Pero no le haces caso y, en consecuencia, estás almacenando contra ti mismo ira, por la terca dureza de tu corazón no arrepentido. Esa ira se manifestará el día en que Dios


Pero las personas perversas y engañadoras irán de mal en peor, seguirán engañando a muchos, y ellas mismas serán engañadas.


Entonces Samuel tomó una redoma de aceite de oliva y lo derramó sobre la cabeza de Saúl, lo besó en la mejilla y le dijo: ―Hago esto porque el Señor te ha señalado para que seas el rey de su pueblo, de Israel.


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