Biblia Todo Logo
Bíobla ar líne
- Fógraí -





Oseas 10:5 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

5 La gente de Samaria tiembla y llora por la pérdida de su ídolo, el becerro de Bet Avén. El pueblo y los sacerdotes están de luto porque el esplendor de su becerro se ha perdido. ¡Cuánto dolor por la pérdida de un ídolo!

Féach an chaibidil Cóip


Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

5 Por las becerras de Bet-avén serán atemorizados los moradores de Samaria; porque su pueblo lamentará a causa del becerro, y sus sacerdotes que en él se regocijaban por su gloria, la cual será disipada.

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Nueva Traducción Viviente

5 La gente de Samaria tiembla de miedo por su ídolo, el becerro en Bet-avén, y está de luto por él. Aunque sus sacerdotes se regocijan en él, su gloria será arrebatada.

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Católica (Latinoamericana)

5 Los habitantes de Samaria se lamentan por su ternero de Betavén; su pueblo hace duelo por el ternero, y los sacerdotes lloran a su glorioso ídolo;'

Féach an chaibidil Cóip

La Biblia Textual 3a Edicion

5 Los habitantes de Samaria temen por el becerro de Bet-avén, El pueblo y sus sacerdotes° se enlutan por su dios,° Se revuelcan, porque su gloria es llevada en cautiverio,

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Serafín de Ausejo 1975

5 Por el becerro de Bet Avén tiemblan los habitantes de Samaría: su pueblo está de luto por él, por él hacen duelo sus sacerdotes, porque su gloria emigró lejos de él.

Féach an chaibidil Cóip




Oseas 10:5
20 Tagairtí Cros  

Sin embargo, no destruyó los becerros de oro que se hallaban en Betel y en Dan, sino que los adoró, siguiendo así el ejemplo de Jeroboán hijo de Nabat, el cual hizo pecar a Israel.


Desobedecieron todos los mandamientos del Señor su Dios, e hicieron dos becerros de oro fundido. Hicieron ídolos abominables y vergonzosos, y adoraron a Baal, y a todos los astros del cielo.


Mató a los sacerdotes paganos, que los anteriores reyes de Judá habían instituido para quemar incienso en los santuarios de las colinas, a través de todo Judá y aun en Jerusalén. También a los que ofrecían incienso a Baal, al sol, a la luna, a las estrellas y a los astros.


En lugar de ellos había designado a otros sacerdotes, quienes incitaron a la gente a adorar ídolos y no a Dios, a presentar sacrificios a los ídolos de chivos y becerros que Jeroboán hizo colocar en los cerros.


»¿Creen ustedes realmente que pueden derrotar al reino del Señor, cuyo servidor es descendiente de David? ¡Ustedes son muchos más que nosotros, pero tienen los becerros de oro que Jeroboán les hizo, para que los adoren como a dioses!


¡Los dioses caen por tierra! ¿Es eso todo lo que pueden hacer? Si ni a sí mismos pueden salvarse de caer, ¿cómo podrán salvar de Ciro a sus adoradores?


Y ahora el pueblo se vuelve más idólatra y tonto. Funden su plata y con ella los artesanos fabrican ídolos y luego dicen: «¡Ofrezcan sacrificios rituales y besen a estos nuestros dioses! ¡Estos becerros son nuestros dioses!».


»Si Israel es una prostituta, tú, Judá, no sigas su ejemplo. ¡No vayan a Guilgal ni acudan a Bet Avén, ni juren allá por la vida del Señor!


»¡Hagan sonar la alarma en Guibeá! ¡También háganla sonar en Ramá! ¡Adviertan a los de Bet Avén y a los de Benjamín que están en peligro!


¡No te alegres, Israel! ¡No hagas fiesta como las otras naciones! Porque has abandonado a tu Dios y te has portado como una prostituta, pues te entregas a los ídolos y te alegras con ellos más que por las cosechas de trigo que yo te regalo.


»La gloria de Israel se aleja volando como un pájaro, pues tus hijos morirán al nacer, o perecerán en la matriz, o ni siquiera serán concebidos.


»En aquel mismo día en que yo castigue a Israel a causa de sus maldades, también destruiré los altares de ídolos en Betel; los cuernos distintivos de los altares idolátricos serán cortados y arrojados por el suelo.


»Aplastaré a Judá, junto con Jerusalén, con mi puño, y destruiré a todos los que rinden homenaje a Baal. Acabaré con los sacerdotes idólatras, de manera que hasta el recuerdo de ellos desaparecerá.


Como resultado, nuestras ventas están decayendo. Y esto no sólo aquí en Éfeso, sino en toda la provincia. Además, existe el peligro de que el templo de la gran diosa Artemisa pierda su influencia, y que Artemisa, la gran diosa que recibe adoración no sólo en Asia sino en todo el mundo, quede abandonada al olvido.


Poco después de la derrota de Jericó, Josué envió a sus hombres a reconocer la ciudad de Hai que queda al oriente de Betel.


―¿Y lo preguntan? —replicó Micaías—. Se han robado mis dioses y mi sacerdote, y nada me han dejado.


Lean orainn:

Fógraí


Fógraí