Luego les pidió que suplicaran al Dios del Cielo que les mostrara su bondad diciéndoles el secreto, para que no murieran junto con los sabios babilonios.
Daniel 4:26 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 Pero el tronco y las raíces las dejaron en el suelo. Esto significa que otra vez usted tendrá su reino, cuando haya aprendido a ser humilde y reconozca que del cielo viene todo poder para reinar. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Y en cuanto a la orden de dejar en la tierra la cepa de las raíces del mismo árbol, significa que tu reino te quedará firme, luego que reconozcas que el cielo gobierna. Biblia Nueva Traducción Viviente Sin embargo, quedaron en la tierra el tocón y las raíces del árbol. Esto significa que usted recibirá nuevamente el reino cuando haya reconocido que es el cielo el que gobierna. Biblia Católica (Latinoamericana) Doce meses después, mientras se paseaba por la terraza del palacio real de Babilonia, La Biblia Textual 3a Edicion Y en cuanto a la orden de dejar el tronco del árbol con sus raíces en la tierra, significa que tu reino te quedará firme, después que hayas reconocido que los cielos son los que gobiernan. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Doce meses después, mientras estaba paseándose por el palacio real de Babilonia, Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y lo que dijeron, que dejasen en la tierra la cepa de las raíces del mismo árbol, significa que tu reino te quedará firme, luego que reconozcas que el señorío es de los cielos. |
Luego les pidió que suplicaran al Dios del Cielo que les mostrara su bondad diciéndoles el secreto, para que no murieran junto con los sabios babilonios.
Y esa noche, en una visión, Dios le reveló a Daniel lo que el rey había soñado. Entonces Daniel alabó al Dios del cielo,
Su Majestad tiene dominio sobre muchos reyes, pues el Dios del cielo le ha dado su reino, poder, fuerza y gloria.
Pero dejen el tronco con sus raíces, atados con una cadena de hierro y bronce entre la hierba del campo. ¡Que lo empape el rocío y que comparta la suerte con la hierba y con las fieras!
»Luego vio al ángel vigilante, al Santo descendiendo del cielo y diciendo: “Derriben el árbol y destrúyanlo, pero dejen su tronco con sus raíces en la tierra rodeado de hierba, atado con una cadena de hierro y bronce. Dejen que se moje con el rocío del cielo. Por siete años déjenle comer hierba con los animales del campo”.
Mientras aún estaban estas palabras en su boca, una voz le habló desde el cielo: «Oh, rey Nabucodonosor, este mensaje es para ti: Tú no eres más el soberano de este reino.
»Ahora yo, Nabucodonosor, elogio y reconozco y respeto al Rey del cielo porque todas sus obras son rectas y buenas. Él es capaz de humillar a los orgullosos».
Pero cuando su corazón y su mente se endurecieron por el orgullo, Dios lo sacó de su trono real y le quitó su gloria,
y fue apartado de la gente. Sus pensamientos eran como los de un animal, y vivió entre los burros salvajes; comía hierba como las vacas y su cuerpo estaba empapado con el rocío del cielo, hasta que por fin reconoció que el Altísimo domina sobre los reinos de los hombres, y que él escoge a quien quiere para reinar sobre ellos.
Al verlo, los discípulos se preguntaron llenos de asombro: ―¿Cómo es que la higuera se secó tan pronto?
Pero yo les digo: Nunca juren. No juren por el cielo, porque es el trono de Dios;
Volveré a casa y le diré a mi padre: Papá, he pecado contra el cielo y contra ti.
El joven le dijo: “Papá, he pecado contra el cielo y contra ti y ya no merezco que digan que soy tu hijo”.