No añadas nada a sus palabras para que no te reprenda y te haga quedar como un mentiroso.
Apocalipsis 22:18 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 Solemnemente le advierto a cualquiera que escuche las palabras del mensaje profético de este libro: Si alguno añade algo a lo que está escrito, Dios le añadirá a él las plagas que se describen en este libro. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Yo testifico a todo aquel que oye las palabras de la profecía de este libro: Si alguno añadiere a estas cosas, Dios traerá sobre él las plagas que están escritas en este libro. Biblia Nueva Traducción Viviente Yo declaro solemnemente a todos los que oyen las palabras de la profecía escritas en este libro: si alguien agrega algo a lo que está escrito aquí, Dios le agregará a esa persona las plagas que se describen en este libro. Biblia Católica (Latinoamericana) Yo, por mi parte, advierto a todo el que escuche las palabras proféticas de este libro: 'Si alguno se atreve a añadir algo, Dios echará sobre él todas las plagas descritas en este libro. La Biblia Textual 3a Edicion Yo testifico a todo el que oye las palabras de la profecía de este rollo: Si alguno añade a ellas, Dios le añadirá las plagas escritas en este rollo; Biblia Serafín de Ausejo 1975 Yo declaro a todo el que escucha las palabras de la profecía de este libro: 'Si alguno les añade algo, Dios le añadirá a él las plagas que están escritas en este libro. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Porque yo testifico a cualquiera que oye las palabras de la profecía de este libro: Si alguno añadiere a estas cosas, Dios añadirá sobre él las plagas que están escritas en este libro. |
No añadas nada a sus palabras para que no te reprenda y te haga quedar como un mentiroso.
»Si persisten en su desobediencia, los castigaré siete veces más fuerte por su pecado.
desataré mi gran ira, y enviaré siete veces más castigos por sus pecados.
Aun cuando nadie los persiga, huirán y tropezarán unos con otros. No tendrán fuerza alguna para hacer frente a sus enemigos.
―Cualquier planta que mi Padre no haya sembrado será arrancada —les respondió Jesús—.
Por eso les digo e insisto de parte del Señor que no vivan ya como los paganos: ciegos y confundidos.
Obedece todos los mandamientos que yo te doy; no les añadas ni les quites nada.
No añadan otras leyes ni quiten ninguna de las que ahora les doy. Pónganlas en práctica, porque se las ha dado el Señor su Dios.
y que nadie le haga daño a su hermano ni se aproveche de él en este asunto. El Señor castiga todas estas cosas, como ya se lo habíamos dicho y advertido.
Bendito el que lee esta profecía y benditos los que la oyen y le hacen caso, porque la hora de su cumplimiento se aproxima.
Y vi aparecer en el cielo una señal grande y maravillosa: siete ángeles a los que se les encomendó la tarea de llevar a la tierra las siete plagas finales, con las cuales la ira de Dios quedaría satisfecha.
Los siete ángeles que tenían la tarea de esparcir las siete plagas salieron del templo vestidos de lino blanco resplandeciente y con el pecho ceñido con cintos de oro.
Y la bestia cayó presa, y con ella el falso profeta que podía realizar milagros en presencia de la bestia. Con esos milagros había engañado a los que aceptaron la marca de la bestia y adoraron su imagen. Los dos fueron arrojados vivos en el lago de fuego que arde con azufre.
Entonces el diablo, el que los había vuelto a engañar, será arrojado al lago de fuego y azufre, en el que ya estaban la bestia y el falso profeta. Allí serán atormentados día y noche por los siglos de los siglos.
Y el que no estaba inscrito en el libro de la vida fue arrojado al lago de fuego.
Y luego añadió: «No escondas las palabras del mensaje profético de este libro, porque la hora de su cumplimiento se acerca.
»Yo, Jesús, he enviado a mi ángel a anunciar estas cosas en las iglesias. Yo soy la raíz y la descendencia de David. Yo soy la estrella resplandeciente de la mañana».
«Vengo pronto. ¡Bendito el que cree las palabras proféticas que están escritas en este libro!».
Y me dijo nuevamente: «No, no lo hagas; yo soy un siervo como tú, como tus hermanos los profetas y como todos los que obedecen las palabras de este libro. Adora sólo a Dios».
»Escríbele al ángel de la iglesia en Laodicea: Este mensaje te lo envía el Amén, el testigo fiel y verdadero, el origen de toda la creación de Dios.