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Efesios 4:17 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

17 Por eso les digo e insisto de parte del Señor que no vivan ya como los paganos: ciegos y confundidos.

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Biblia Reina Valera 1960

17 Esto, pues, digo y requiero en el Señor: que ya no andéis como los otros gentiles, que andan en la vanidad de su mente,

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Biblia Nueva Traducción Viviente

17 Con la autoridad del Señor digo lo siguiente: ya no vivan como los que no conocen a Dios, porque ellos están irremediablemente confundidos.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

17 Les digo, pues, y con insistencia les advierto en el Señor que no imiten a los paganos, que se mueven por cosas inútiles.

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La Biblia Textual 3a Edicion

17 Esto pues digo y requiero en el Señor: que ya no viváis como viven° los gentiles,° en la futilidad de su mente,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

17 Esto es, por tanto, lo que os digo y os conjuro en el Señor: que no viváis ya como viven los gentiles, en la vacuidad de su mente,

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Efesios 4:17
35 Tagairtí Cros  

Un día de reposo, estando en el campo, vi a unos hombres que pisaban lagares, acarreaban manojos de trigo, y cargaban los burros con vino, uvas, higos y todo tipo de productos que habían recogido aquel día para llevar a Jerusalén. Me opuse a ellos inmediatamente.


Porque el Señor ha dicho: ¡Oh sobrevivientes de Judá, no vayan a Egipto! Tengan presente que hoy nuevamente se lo estoy advirtiendo.


Después de la relación conyugal, la mujer y el hombre deberán bañarse y quedarán ritualmente impuros hasta la noche siguiente.


para que avise a mis cinco hermanos, y no vengan ellos también a este lugar de tormento”.


―¡Señores! ¿Qué están haciendo? ¡Nosotros somos seres humanos como cualquiera de ustedes! Hemos venido a traerles las buenas noticias de que deben dejar ya estas cosas que no sirven para nada, y que se vuelvan al Dios viviente que hizo los cielos, la tierra, el mar y cuanto en ellos existe.


Después que Silas y Timoteo llegaron de Macedonia, se dedicó por entero a predicar la palabra y a testificar entre los judíos que Jesús era el Mesías.


Y con muchas palabras más, Pedro les exhortaba y les decía: ―¡Aléjense de esta gente perversa!


A judíos y gentiles les he dado testimonio de que necesitan arrepentirse de sus pecados y tener fe en nuestro Señor Jesucristo.


Sin embargo, aunque lo sabían muy bien, no quisieron ni adorar a Dios ni darle gracias. Al contrario, se pusieron a concebir ideas estúpidas y, en consecuencia, sus necios entendimientos se oscurecieron.


Me cuentan que algunos dicen: «Yo soy de Pablo»; y que otros afirman: «Yo soy de Apolos»; otros más dicen: «Yo soy de Cefas», y aun sostienen: «Yo soy de Cristo».


Les digo, hermanos míos, que ningún cuerpo de carne y hueso podrá entrar en el reino de Dios. Este cuerpo corruptible no puede heredar lo que es incorruptible.


Ahora bien, el agricultor que siembra pocas semillas, obtendrá poca cosecha; pero el que siembra mucho, mucho cosechará.


Lo que quiero decir es lo siguiente: Dios hizo un pacto con Abraham, y ese pacto no fue cancelado ni la promesa quedó anulada por la ley que vino cuatrocientos treinta años más tarde.


Repito: El que se circuncide tendrá que obedecer toda la ley.


Dios ha puesto todas las cosas a sus pies y lo hizo suprema cabeza de la iglesia.


Por ello, quítense, como si se tratara de ropa vieja, su naturaleza tan corrompida por los malos deseos.


de modo que hoy debes comenzar a obedecer todo estos mandamientos que te he dado».


No dejen ustedes que les quiten su premio quienes fingen ser humildes y adoran a los ángeles. Estos individuos dicen haber visto visiones y se llenan de orgullo por sus pensamientos humanos.


Digo esto porque temo que alguien pueda engañarlos con palabras bonitas,


y que nadie le haga daño a su hermano ni se aproveche de él en este asunto. El Señor castiga todas estas cosas, como ya se lo habíamos dicho y advertido.


Delante de Dios, de Cristo Jesús y de los santos ángeles, te encarezco que sigas estas instrucciones sin dejarte llevar de prejucios y favoritismos.


Te ordeno en el nombre de Dios, que da vida a todas las cosas, y en el nombre de Cristo Jesús, que admirablemente dio testimonio delante de Poncio Pilato,


Por lo tanto, te doy este encargo solemne ante Dios y ante Jesucristo, que juzgará a los vivos y a los muertos cuando venga en su reino:


Como bien saben, a ustedes los rescataron de la vida inútil que heredaron de sus antepasados. Su rescate no se pagó con cosas que se acaban, como el oro y la plata,


Pronuncian discursos arrogantes y huecos; apelan a los deseos de la naturaleza humana y seducen a los que acaban de apartarse de semejante vida de corrupción.


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