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1 Tesalonicenses 4:6 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

6 y que nadie le haga daño a su hermano ni se aproveche de él en este asunto. El Señor castiga todas estas cosas, como ya se lo habíamos dicho y advertido.

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Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

6 que ninguno agravie ni engañe en nada a su hermano; porque el Señor es vengador de todo esto, como ya os hemos dicho y testificado.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

6 Nunca hagan daño ni engañen a otro creyente en este asunto, teniendo relaciones sexuales con su esposa, porque el Señor toma venganza de todos esos pecados, como ya les hemos advertido solemnemente.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

6 Que nadie ofenda a su hermano o hermana en esta materia o se aproveche de él. El Señor pedirá cuentas de todas estas cosas, como ya se lo hemos dicho y declarado.

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La Biblia Textual 3a Edicion

6 que nadie peque ni agravie a su hermano en este asunto, porque como ya os hemos advertido y testificado solemnemente: el Señor es vengador de todo esto;

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

6 y que nadie, en este asunto, ofenda o engañe a su hermano. Porque el vengador de todo esto es el Señor, como ya os lo dijimos de antemano y os lo atestiguamos.

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1 Tesalonicenses 4:6
50 Tagairtí Cros  

Pero el Señor ciertamente auxiliará a los perseguidos por aquellos; él mantendrá los derechos de los pobres.


Señor, Dios de las venganzas; Dios de las venganzas, ¡manifiéstate!


»No codiciarás la casa de tu prójimo: no codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su esclavo, ni su buey, ni su burro, ni ninguna otra cosa que le pertenezca».


El Señor detesta las balanzas falsas, pero le agradan las pesas exactas.


Las pesas y las balanzas justas le pertenecen al Señor, todas las medidas han sido creadas por él.


«¡Esto no sirve!», dice el comprador al regatear, pero después se jacta de su buena compra.


El Señor aborrece las pesas falsas y el uso de medidas engañosas.


El que roba a su padre o a su madre y dice: «¿Qué hay de malo en eso?», es amigo de criminales.


Si en cualquier parte del país ves que un rico oprime al pobre haciendo abortar la justicia, no te sorprendas. Pues cada subalterno recibe órdenes de más arriba, y los más altos oficiales tienen la mirada puesta en sus jefes. Así es que la cuestión se hace una maraña de papeleo y burocracia. Y por sobre todos está el rey.


Les he presentado la historia del pueblo de Dios. Mi pueblo es la viña de la que les he hablado. Israel y Judá son su agradable parcela. Dios esperaba que le produjeran cosecha de justicia, pero halló que sólo cometieron hechos sangrientos. Esperaba que actuaran con rectitud, pero a sus oídos llegaron sólo gritos de opresión.


y dejan de explotar a los huérfanos, las viudas y los extranjeros. Y déjense de homicidios, y de rendirles homenaje a los ídolos, como para su mal hacen ahora.


¡Cuídate de tu vecino! ¡Cuídate de tu hermano! Cada cual se aprovecha del otro y siempre andan hablando mal de todo el mundo.


»Pero ahora yo interrumpo y hago cesar tu ganancia deshonesta y el derramamiento de sangre.


»No robarán, ni mentirán ni engañarán.


»No robarán ni oprimirán a nadie. Pagarán con prontitud el salario a sus obreros. Si les deben algo a ellos, no esperen a la mañana siguiente para pagarles.


Por esta razón, si se vende la tierra durante los cuarenta y nueve años precedentes, se establecerá un precio justo, teniendo en cuenta los años que faltan para el jubileo. Si el jubileo está a muchos años de distancia, el precio será alto. Si faltan pocos años, el precio será bajo. Lo que realmente están haciendo es vender el número de cosechas que habrá hasta el próximo jubileo, cuando la tierra les sea devuelta por el que la compró.


»Teman a Dios y no le hagan daño a su prójimo, porque yo soy el Señor. Si quieren vivir seguros en la tierra, obedezcan mis leyes.


¡No se detienen ante nada para cometer sus maldades! Codician la parcela o la casa de una persona, aunque sea todo lo que esta persona posee, y se la quitan por medio de fraudes, amenazas y violencia. Amenazan al dueño de la casa junto con toda su familia, y le roban lo que tiene.


¡Pobre de Jerusalén, que es una ciudad rebelde, llena de maldad y opresión!


El Señor está dentro de la ciudad y es justo. Cada día su justicia se hace más evidente, pero nadie presta atención; los malvados no conocen la vergüenza y viven ignorando las instrucciones de Dios.


«Dentro de poco tiempo vendré y los juzgaré. Testificaré prontamente contra los hechiceros, contra los adúlteros, contra los mentirosos, contra los que roban a sus jornaleros, contra los que oprimen a las viudas y a los huérfanos, y contra los que son injustos con los extranjeros, sin tener temor de mí. Lo digo yo, el Señor Todopoderoso.


Ya sabes los mandamientos: “No matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no darás falso testimonio, no defraudarás, honra a tu padre y a tu madre”.


Les diré a quién deben de temer: teman al que, después de quitar la vida, tiene poder para echarlos al infierno. A él sí que le deben temer.


para que avise a mis cinco hermanos, y no vengan ellos también a este lugar de tormento”.


Pero Dios muestra desde el cielo su ira contra la injusticia y la maldad de la gente que, por su injusticia, impide que la verdad se manifieste.


Queridos hermanos, nunca tomen venganza sino déjensela a Dios, porque así está escrito: «A mí me corresponde vengarme. Yo le daré su pago a cada quien, dice el Señor».


Dios ha puesto al servicio de él a las autoridades para tu beneficio. Pero si estás haciendo algo malo, claro que tienes que temerlas, porque para eso tienen armas para castigarte. Para eso las ha puesto Dios, para actuar con justicia y castigar a los malhechores.


¿Se dan cuenta de lo provechosa que fue para ustedes la tristeza que les envió el Señor? Ya no se encogen de hombros, como hacían antes, sino que actuaron rápido, me defendieron y se indignaron. Temerosos por lo que había sucedido, ansiaron que fuera a ayudarlos. Pero, sin perder tiempo, afrontaron el problema y lo resolvieron castigando al que pecó. Así demostraron que no fue culpa de ustedes.


envidia; borracheras, orgías y otras cosas como esas. Como ya les dije antes, se los repito ahora: los que llevan esa clase de vida no heredarán el reino de Dios.


Por eso les digo e insisto de parte del Señor que no vivan ya como los paganos: ciegos y confundidos.


El que era ladrón, deje de robar; al contrario, trabaje honradamente con sus manos para que tenga con qué ayudar a los que estén en necesidad.


No se dejen engañar por los que tratan de excusar estos pecados, porque por esos pecados el castigo de Dios viene sobre los que son desobedientes.


Si alguien rapta a un israelita y lo trata como esclavo o lo vende, el secuestrador deberá morir a fin de purgar el mal de entre ustedes.


Mía es la venganza y la retribución, porque a su tiempo su pie resbalará. El día de la condenación de sus enemigos está cerca; es segura e inminente”.


Ustedes saben también que a cada uno de ustedes lo hemos tratado como un padre trata a sus hijos.


y castigue a los que no conocen a Dios ni obedecen el evangelio de nuestro Señor Jesús.


Todos deben respetar el matrimonio y ser fieles en sus relaciones matrimoniales, porque Dios juzgará a los adúlteros y a todos los que cometen inmoralidades sexuales.


Como alguien ya ha dicho en otro lugar: «¿Qué es el hombre para que pienses en él? ¿Qué es el hijo del hombre para que lo tomes en cuenta?


¡Pero ustedes desprecian al pobre! ¿No son los ricos quienes los explotan a ustedes y los arrastran ante los tribunales?


Ustedes no pagaron el salario a los obreros que les trabajaron sus campos, y ese hecho grita contra ustedes. El grito de protesta de esos trabajadores lo ha escuchado el Señor Todopoderoso.


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