La voz del Señor resuena sobre el mar. El Dios de gloria retumba sobre el impetuoso mar.
Apocalipsis 10:3 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 y dio un grito semejante al rugido de un león. Poco después, los siete truenos rugieron también. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 y clamó a gran voz, como ruge un león; y cuando hubo clamado, siete truenos emitieron sus voces. Biblia Nueva Traducción Viviente y dio un fuerte grito, como el rugido de un león. Y cuando gritó, los siete truenos respondieron. Biblia Católica (Latinoamericana) y gritó su anuncio con voz tremenda, parecida al rugido del león; al momento los siete truenos entregaron su propio mensaje. La Biblia Textual 3a Edicion clamó a gran voz, como ruge° un león; y cuando clamó, los siete truenos emitieron sus propias voces. Biblia Serafín de Ausejo 1975 y gritó con gran voz, como ruge el león. Cuando gritó, los siete truenos dieron su propio estampido. Biblia Reina Valera Gómez (2023) y clamó con gran voz, como cuando un león ruge; y cuando hubo clamado, siete truenos emitieron sus voces. |
La voz del Señor resuena sobre el mar. El Dios de gloria retumba sobre el impetuoso mar.
La ira del rey es como el rugido del león, pero su aprobación es como el rocío sobre la hierba.
Pero el Señor me ha dicho esto: Cuando un león, aunque sea cachorro, mata una oveja, no se cuida de los gritos y ruidos del pastor, devora sin detenerse. De igual manera vendrá el Señor y combatirá sobre el monte Sion. ¡No habrá quien lo amedrente! El Señor Todopoderoso se cernirá sobre Jerusalén como ave que revolotea en torno a su nido. Descenderá a la ciudad y la librará.
El Señor será poderoso guerrero, lleno de ira contra sus enemigos. Lanzará un fuerte grito de guerra y vencerá.
Rugen como leones y saltan sobre su presa. Se apoderan de mi pueblo y se lo llevan a lejano cautiverio, sin que haya quien los libre.
Por lo tanto, profetiza contra ellos. Diles que desde su santo templo tronará el Señor contra los suyos y contra todos los habitantes de la tierra. Gritará de coraje, y tan fuerte como lo hacen los que en la vendimia exprimen el jugo de las uvas bajo sus pies.
Y el sonido de las alas de los querubines era como la voz del Dios Todopoderoso cuando habla, y podía oírse con claridad hasta en el atrio exterior.
El Señor rugirá como un león y su pueblo lo seguirá. Sí, él rugirá y su pueblo vendrá temblando desde el oeste.
El Señor ruge como si fuera un león desde Sion, desde Jerusalén lanza su grito, y la tierra y el cielo comienzan a temblar. ¡Pero el Señor protegerá a su pueblo, será un refugio seguro para Israel!
Este es su mensaje: «Desde Sion el Señor rugirá como un león, desde Jerusalén lanzará un poderoso grito. Será tan terrible su grito que los pastos de los campos se secarán y se resecará la cumbre del monte Carmelo».
Cuando el león ruge, todos se asustan; así también cuando el Señor comunica un mensaje, los profetas tienen que comunicarlo.
Y oí en el cielo algo semejante al estrépito de una catarata inmensa o el retumbar de un gran trueno; era como el canto de un coro acompañado con arpas.
Y vi aparecer en el cielo una señal grande y maravillosa: siete ángeles a los que se les encomendó la tarea de llevar a la tierra las siete plagas finales, con las cuales la ira de Dios quedaría satisfecha.
Uno de los cuatro seres vivientes entregó a cada uno de los siete ángeles una copa de oro llena del furor del Dios que vive por los siglos de los siglos.
Del trono salían relámpagos, truenos y estruendos. Delante del trono ardían siete lámparas de fuego que representaban a los siete espíritus de Dios,
Luego el ángel llenó el incensario del fuego del altar y lo lanzó contra la tierra. Inmediatamente se produjeron truenos, estruendos, relámpagos y un terremoto.