Pero su padre se rehusó a hacerlo. ―Yo sé lo que estoy haciendo, hijo mío —le dijo—. Manasés también será una nación grande, pero su hermano menor será más importante, y de él saldrán muchos pueblos.
2 Reyes 2:5 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 Entonces los jóvenes que se preparaban para profetas en Jericó se acercaron a Eliseo, y le preguntaron: ―¿Sabes que hoy el Señor va a llevarse a tu maestro de tu lado? ―¡Cállense! —les ordenó—. ¡Por supuesto que lo sé! Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Y se acercaron a Eliseo los hijos de los profetas que estaban en Jericó, y le dijeron: ¿Sabes que Jehová te quitará hoy a tu señor de sobre ti? Él respondió: Sí, yo lo sé; callad. Biblia Nueva Traducción Viviente Después el grupo de profetas de Jericó se acercó a Eliseo para preguntarle: —¿Sabías que hoy el Señor se llevará a tu amo? —Claro que lo sé —contestó Eliseo—, ¡pero no digan nada! Biblia Católica (Latinoamericana) Los hermanos profetas que estaban en Jericó se acercaron a Eliseo: '¿Sabes, le dijeron, que hoy día Yavé te llevará a tu maestro por encima de ti?' Respondió: 'Lo sé, pero quédense tranquilos'. La Biblia Textual 3a Edicion Y los hijos de los profetas que estaban en Jericó se acercaron a Eliseo y le preguntaron: ¿Sabes que YHVH arrebata hoy a tu señor de encima de tu cabeza? Y él dijo: Sí, lo sé, callad. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Los hijos de los profetas residentes en Jericó se acercaron a Eliseo y le dijeron: '¿No sabes tú que Yahveh quiere arrebatar hoy a tu señor por encima de tu cabeza?'. Respondió él: 'Sí; también yo lo sé. Pero callad'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y los hijos de los profetas que estaban en Jericó vinieron a Eliseo, y le dijeron: ¿Sabes que Jehová quitará hoy a tu señor de sobre tu cabeza? Y él respondió: Sí, yo lo sé; callad. |
Pero su padre se rehusó a hacerlo. ―Yo sé lo que estoy haciendo, hijo mío —le dijo—. Manasés también será una nación grande, pero su hermano menor será más importante, y de él saldrán muchos pueblos.
Mientras tanto, el Señor habló a uno de los profetas para que le dijera a otro hombre: ―¡Golpéame! Pero el hombre se negó a hacerlo.
Allí los jóvenes que se preparaban para la labor profética salieron a recibirlos, y le preguntaron a Eliseo: ―¿Sabes que hoy el Señor va a llevarse a tu maestro de tu lado? ―¡Cállense! —dijo Eliseo—. ¡Desde luego que lo sé!
Un día la esposa de uno de los miembros de la escuela de profetas le contó a Eliseo que su esposo había muerto. Era un hombre que amaba a Dios, según dijo ella. Pero al morir debía algún dinero, y el acreedor le estaba exigiendo su pago. Si ella no pagaba, la amenazó con llevarse a sus dos hijos como esclavos.
―Sí —dijo—, pero mi amo me ha enviado a decirte que dos jóvenes del monte de Efraín acaban de llegar, y le gustaría tener tres mil monedas de plata y dos mudas de ropa para ellos.
Un día, el profeta Eliseo le dijo a uno de los discípulos de los profetas: «Prepárate para ir a Ramot de Galaad. Toma este vaso de aceite contigo
Tiempo de romper; Tiempo de reparar; Tiempo de callar; Tiempo de hablar;
¡Escuchen, silenciosas ante mí, oh tierras de ultramar! Presenten sus más sólidos argumentos. Adelante, tienen la palabra. El tribunal está listo para su proceso.
Pero Amós contestó: ―Yo no soy realmente uno de los profetas oficiales. Yo no desciendo de una familia de profetas. Soy tan sólo un pastor de ovejas y recolector de higos silvestres.
»En cambio, el Señor está en su santo templo, ¡guarden silencio respetuoso delante de él los habitantes de toda la tierra!».
―Galileos —les dijeron—, ¿por qué se han quedado mirando al cielo? Jesús regresará de la misma forma en que lo han visto ascender al cielo.
y de cómo regresó al cielo después de darles instrucciones, a través del Espíritu Santo, a los apóstoles que había escogido.
Pablo contestó: ―No estoy loco, excelentísimo Festo. Lo que digo es cierto y no es ninguna locura.
»Después de eso llevarás a Guibeá Elohim (Monte de Dios), donde está la guarnición de los filisteos. Allí encontrarás a un grupo de profetas que descienden de la colina tocando el salterio, el pandero, la flauta y el arpa, y que profetizan mientras caminan.