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Isaías 41:1 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

1 ¡Escuchen, silenciosas ante mí, oh tierras de ultramar! Presenten sus más sólidos argumentos. Adelante, tienen la palabra. El tribunal está listo para su proceso.

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Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

1 Escuchadme, costas, y esfuércense los pueblos; acérquense, y entonces hablen; estemos juntamente a juicio.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

1 «Escuchen en silencio ante mí, tierras más allá del mar. Traigan sus argumentos más convincentes. Vengan ahora y hablen; el tribunal está listo para oír su caso.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

1 Islas, guarden silencio y atiéndanme, y que los pueblos se acerquen a mí. Adelántense para hablar, pues tenemos que litigar juntos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

1 ¡Guardad silencio delante de mí, oh tierras lejanas! Renueven sus fuerzas las naciones, y acérquense y hablen, Y juntos vengamos a juicio.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

1 ¡Islas, escuchadme en silencio! Cobren nueva fuerza los pueblos. Que se acerquen, y entonces que hablen, juntos al juicio lleguemos.

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Isaías 41:1
22 Tagairtí Cros  

Prepárate ahora para la lucha pues voy a exigir de ti algunas respuestas y tendrás que responderme.


¡Silencio! ¡Sepan que yo soy Dios! ¡Todas las naciones del mundo me honrarán!


¡Vengan y aclaremos las cuentas! —dice el Señor—, por profunda que sea la mancha de sus pecados, yo puedo quitarla y dejarlos tan limpios como la nieve recién caída. ¡Aunque sus manchas sean rojas como el carmesí, yo puedo volverlas blancas como la lana!


En aquel tiempo el Señor hará volver por segunda vez a los pocos que permanecieron fieles de entre su pueblo, trayéndolos a Israel desde Asiria, el Alto y el Bajo Egipto, Etiopía, Elam, Babilonia, Jamat y todas las lejanas tierras costeras.


Vengan a escuchar este mensaje, naciones de la tierra, oigan mis palabras el mundo y cuanto hay en él.


Pero los que esperan en el Señor renovarán sus fuerzas: emprenderán vuelo como si tuvieran alas de águilas, correrán y no se cansarán, caminarán y no desfallecerán.


Las tierras de ultramar observan aterrorizadas y esperan noticias de las nuevas campañas de Ciro. Naciones remotas tiemblan y se movilizan para la guerra.


Recuérdenme esta promesa de perdón, pues de sus pecados hemos de hablar. Defiendan su causa para obtener mi perdón.


Reúnan a las naciones. ¿Cuál de todos sus ídolos predijo jamás tales cosas? ¿Cuál puede predecir siquiera uno de los días que vendrán? ¿En dónde están los testimonios de cualquier cosa que hayan dicho ellos? Si no hay testigos, tienen que confesar que sólo Dios puede profetizar.


¡Acérquense más y escuchen! Siempre les he dicho con claridad lo que ocurriría, para que pudieran entender claramente. Y ahora el Señor Dios y su Espíritu me han enviado con este mensaje:


Escúchenme, todos los habitantes de lejanas tierras: El Señor me llamó antes de mi nacimiento, desde el vientre de mi madre me llamó por mi nombre.


Cerca está el que me hace justicia. ¿Quién se atreverá ahora a luchar contra mí? ¿Dónde están mis enemigos? ¡Que se presenten!


»En cambio, el Señor está en su santo templo, ¡guarden silencio respetuoso delante de él los habitantes de toda la tierra!».


¡Que toda la humanidad guarde silencio delante del Señor, porque se ha puesto en pie en su santa morada!».


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