Bíobla ar líne

Fógraí


An Bíobla ar fad Sean-Tiomna Tiomna Nua




2 Corintios 3:2 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

Nuestra mejor carta son ustedes mismos. Esa carta está escrita en nuestro corazón y todo el mundo la conoce.

Féach an chaibidil
Taispeáin Interlinear Bible

Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

Nuestras cartas sois vosotros, escritas en nuestros corazones, conocidas y leídas por todos los hombres;

Féach an chaibidil

Biblia Nueva Traducción Viviente

La única carta de recomendación que necesitamos son ustedes mismos. Sus vidas son una carta escrita en nuestro corazón; todos pueden leerla y reconocer el buen trabajo que hicimos entre ustedes.

Féach an chaibidil

Biblia Católica (Latinoamericana)

Ustedes mismos son nuestra carta de recomendación; es una carta escrita en el interior de las personas pero que todos pueden leer y entender.

Féach an chaibidil

La Biblia Textual 3a Edicion

Nuestra epístola sois vosotros, escrita en nuestros corazones, conocida y leída por todos los hombres;

Féach an chaibidil

Biblia Serafín de Ausejo 1975

Nuestra carta sois vosotros: escrita en nuestros corazones, conocida y leída por todos los hombres.

Féach an chaibidil

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Nuestra carta sois vosotros, escrita en nuestros corazones, sabida y leída de todos los hombres;

Féach an chaibidil
Aistriúcháin eile



2 Corintios 3:2
9 Tagairtí Cros  

Antes que nada les diré que casi todo el mundo sabe de su fe. Y ustedes no saben cuántas gracias le doy a Dios a través de Jesucristo por ello.


Dios, en su bondad, me enseñó cómo edificar con pericia. Yo puse los cimientos y otro edificó encima. El que edifica encima debe tener cuidado de cómo edifica,


¿Por qué? ¿Será porque no los amo? Dios sabe que sí los amo.


Para mí es un placer gastarme por entero y dar todo lo que tengo por el bien de ustedes; no importa que mientras más los ame, menos me amen ustedes.


¿Ya comenzamos a hablar bien de nosotros mismos? ¿Estamos como algunos que llevan consigo cartas de recomendación para ustedes o de ustedes? ¿Será que las necesitamos nosotros?


No digo esto para echarles en cara nada. Como ya les dije, tienen un lugar muy especial en mi corazón y vivo y moriré con ustedes.


Está bien que yo piense así de todos ustedes, porque los llevo en el corazón. Ya sea que yo esté preso o defendiendo y confirmando el evangelio, todos ustedes participan conmigo del amor que Dios me ha dado.


El mensaje del Señor salió de ustedes y ya se ha anunciado no sólo en Macedonia y Acaya sino por todos lados. La fe de ustedes en Dios es tan conocida que ya no es necesario que nosotros digamos nada,