Pero me han traicionado; se han alejado, entregándose a una hueste de dioses extraños; fueron como esposa infiel que abandona a su marido, dice el Señor.
1 Corintios 7:10 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 Para los casados tengo una orden, y la orden no es mía, sino del Señor: La esposa no debe separarse del esposo, Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Pero a los que están unidos en matrimonio, mando, no yo, sino el Señor: Que la mujer no se separe del marido; Biblia Nueva Traducción Viviente No obstante, para los que ya están casados, tengo un mandato que no proviene de mí sino del Señor. La esposa no debe dejar a su marido; Biblia Católica (Latinoamericana) En cuanto a los casados, les doy esta orden, que no es mía sino del Señor: que la mujer no se separe de su marido. La Biblia Textual 3a Edicion Y a los que se han casado, ordeno, no yo, sino el Señor, que la mujer no se separe del marido; Biblia Serafín de Ausejo 1975 Respecto de los que ya están casados hay un precepto, no mío, sino del Señor: que la mujer no se separe del marido Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y a los casados mando, no yo, sino el Señor: Que la esposa no se separe de su marido; |
Pero me han traicionado; se han alejado, entregándose a una hueste de dioses extraños; fueron como esposa infiel que abandona a su marido, dice el Señor.
Pero yo les digo que el hombre que se divorcia de su esposa, excepto cuando esta haya sido infiel, hace que ella cometa adulterio y que el que se case con ella también lo cometa.
Varios fariseos se le acercaron y le preguntaron: ―¿Es correcto que un hombre se divorcie de su mujer? Trataban de tenderle una celada.
»Todo hombre que se divorcia de su esposa y se casa con otra, comete adulterio; y el que se casa con la divorciada, también comete adulterio.
y si se separa, quédese sin casar o reconcíliese con su esposo. El esposo, por su parte, no debe divorciarse de su esposa.
A los demás les digo yo, ya que esto no lo ha ordenado el Señor: Si un cristiano tiene una esposa que no es creyente, y ella desea continuar con él, él no debe divorciarse de ella.
Pero si el cónyuge incrédulo desea irse, dejen que se vaya. El cónyuge cristiano queda sin obligación, porque Dios nos ha llamado a vivir en paz.
En cuanto a las personas solteras, no tengo ningún mandamiento del Señor, pero les daré mi opinión, que es la opinión de uno en quien por la misericordia de Dios pueden confiar.
Pero en mi opinión será más feliz si no se vuelve a casar; y creo que cuando digo esto les estoy dando el consejo del Espíritu de Dios.