Adquiere la verdad y la sabiduría, la disciplina y el entendimiento ¡y nunca los vendas!
1 Corintios 15:2 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 Es por medio de este mensaje como ustedes alcanzan la salvación; es decir, si todavía lo creen firmemente. Si no, todo fue en vano. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 por el cual asimismo, si retenéis la palabra que os he predicado, sois salvos, si no creísteis en vano. Biblia Nueva Traducción Viviente Esa es la Buena Noticia que los salva si ustedes siguen creyendo el mensaje que les prediqué, a menos que hayan creído algo que desde un principio nunca fue cierto. Biblia Católica (Latinoamericana) y por ella se salvarán si la guardan tal como yo se la anuncié, a no ser que hayan creído cosas que no son. La Biblia Textual 3a Edicion Por el cual también, si os aferráis a la palabra que os prediqué, sois salvos, si no creísteis en vano. Biblia Serafín de Ausejo 1975 y por el cual encontráis salvación, si es que conserváis la palabra que os anuncié; de lo contrario, de nada os sirvió haber creído. Biblia Reina Valera Gómez (2023) por el cual asimismo sois salvos, si retenéis la palabra que os he predicado, si no habéis creído en vano. |
Adquiere la verdad y la sabiduría, la disciplina y el entendimiento ¡y nunca los vendas!
Hijo mío no olvides nunca mis enseñanzas. Guarda mis mandamientos en tu corazón,
La que cayó sobre las piedras representa a los que oyen la palabra y la reciben con alegría, pero como no tienen raíz, creen por un tiempo y después se apartan cuando llega la prueba.
y alababan a Dios. Todo el mundo simpatizaba con ellos y todos los días el Señor añadía a la comunidad a los que habían de ser salvos.
Simón también creyó, recibió el bautismo y se dedicó a seguir a Felipe a dondequiera que este iba, maravillado por los milagros que realizaba.
Porque nunca me avergüenzo de las buenas noticias; ellas constituyen el poder de Dios para la salvación de todos los que creen. A los judíos se les dio el privilegio de ser los primeros en escuchar la predicación de este mensaje, pero ya el mundo entero está escuchándolo.
Fíjate que Dios es a la vez bondadoso y severo. Aunque es severo contra los que lo desobedecen, es bondadoso contigo. Pero si no vives de acuerdo con su bondad, también te cortará.
Sé bien que, para los perdidos, el mensaje de la cruz es una locura, pero para los salvos, esto es, para nosotros, es poder de Dios,
En su sabiduría, Dios dispuso que el mundo jamás lo encontraría por medio de la inteligencia humana, y determinó salvar precisamente a los que creen por medio de la «locura» de la predicación.
Me alegra muchísimo, hermanos, que hayan recordado y puesto en práctica lo que les enseñé.
y si no resucitó, vana es nuestra predicación y vana es la fe de ustedes.
Para Dios somos como la fragancia de Cristo; olor que llega a los que se salvan y a los que se pierden.
Después de haber sufrido tanto, ¿todo va a ser en vano? ¡Espero que no haya sido en vano!
Por su misericordia y por medio de la fe, ustedes son salvos. No es por nada que ustedes hayan hecho. La salvación es un regalo de Dios
Pero para esto tienen que creer firmemente y no abandonar la esperanza que tienen gracias a las buenas noticias. Estas son las buenas noticias que un día escucharon y que ahora mismo están siendo proclamadas en el mundo entero. Y yo, Pablo, trabajo anunciándolas.
Con esto en mente, hermanos, permanezcan aferrados firmemente a la verdad que les hemos enseñado en nuestras cartas y durante el tiempo que pasamos con ustedes.
Dios nos salvó y nos llamó a una vida santa, no porque lo mereciéramos sino por su amor y porque así lo planeó. Antes que el mundo comenzara, su plan era mostrarnos su bondad a través de Cristo Jesús.
Sigamos firmes en la esperanza que profesamos, porque él cumplirá la promesa que nos hizo.
Por lo tanto, es necesario que prestemos más atención al mensaje que hemos oído, no sea que nos extraviemos.
pues hemos llegado a tener parte con Cristo, si somos fieles hasta el fin, tal como confiamos en Cristo al principio.
En cambio, Cristo es fiel como Hijo sobre la casa de Dios. Y nosotros somos la casa de Dios si mantenemos hasta el fin nuestra entereza y la esperanza que nos hace sentir orgullosos.
En Jesús, el Hijo de Dios, tenemos un gran sumo sacerdote que subió al mismo cielo. Por eso, debemos seguir confiando en él.
Hermanos míos, ¿de qué le sirve a uno decir que tiene fe si no lo demuestra con sus acciones? ¿Acaso podrá salvarlo esa fe?
Así como el cuerpo sin espíritu está muerto, la fe sin acciones está muerta.