Mateo 8:3 - Biblia Version Moderna (1929) Y extendiendo la mano, le tocó, diciendo: Quiero: sé limpio. Y al instante su lepra fué limpiada. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Jesús extendió la mano y le tocó, diciendo: Quiero; sé limpio. Y al instante su lepra desapareció. Biblia Nueva Traducción Viviente Jesús extendió la mano y lo tocó. —Sí quiero —dijo—. ¡Queda sano! Al instante, la lepra desapareció. Biblia Católica (Latinoamericana) Jesús extendió la mano, lo tocó y le dijo: 'Quiero, queda limpio. Al momento quedó limpio de la lepra. La Biblia Textual 3a Edicion Y extendiendo la mano lo tocó diciendo: Quiero, sé limpio. Y al instante fue limpiada su lepra. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Y extendiendo la mano, lo tocó y le dijo: 'Quiero, queda limpio'. E inmediatamente quedó limpio de su lepra. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y Jesús extendiendo su mano le tocó, diciendo: Quiero; sé limpio. Y al instante quedó limpio de su lepra. |
Mas Naamán estalló en ira, y se fué, diciendo: ¡He aquí que yo pensaba que seguramente él hubiera salido a recibirme, y que, puesto de pie, hubiera invocado el nombre de Jehová su Dios; y que pasando su mano sobre la parte llagada, sanaría la lepra!
Con lo cual él descendió, y bañóse en el Jordán siete veces, conforme al dicho del varón de Dios, y se volvió su carne como la carne de un niño pequeño, y quedó limpio.
En seguida le dijo: Vuelve a meter la mano en tu seno. Él pues volvió a meter la mano en su seno; y al sacarla, hela aquí vuelta como lo demás de su carne.
Entonces dijo al hombre: !Extiende tu mano¡ Y él la extendió; y le fué restituída sana como la otra.
Y Jesús, compadecido, extendió la mano, y le tocó, y le dijo: Quiero, sé limpio.
Y habiendo despertado, reprendió al viento, y dijo a la mar: ¡Calla! ¡sosiégate! Y calmó el viento, y sucedió una grande bonanza.
Y tomándola de la mano, le dice: Talitha cumi; que traducido, quiere decir: Niña, a ti te digo, levántate.
y mirando hacia el cielo, gimió, y dijo: ¡Ephphatha! es decir: ¡Sé abierto!
Mas cuando vió Jesús que el pueblo se agolpaba corriendo, reprendió al espíritu inmundo, diciéndole: ¡Espíritu mudo y sordo, yo te mando que salgas de él, y no entres más en él!
Muchos leprosos también había en Israel en tiempo del profeta Eliseo; y ninguno de ellos fué limpiado, sino Naamán el siro.
Y extendiendo Jesús la mano, le tocó, diciendo: Quiero; sé limpio. Y al instante la lepra apartóse de él.
Y acercándose, tocó las andas; y los que le llevaban se pararon. Y dijo ¡Mancebo, yo te digo: Levántate!
Si yo no hubiera hecho entre ellos obras cuales nadie las ha hecho jamás, no hubieran tenido pecado; ahora empero las han visto, y han odiado tanto a mí como a mi Padre.
Pues como el Padre levanta a los muertos y les da vida, así también el Hijo da vida a los que quiere.