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Mateo 8:4 - Biblia Version Moderna (1929)

4 Y le dijo Jesús: Mira, no lo digas a nadie, sino vé, muéstrate al sacerdote, y presenta la ofrenda que mandó Moisés, para que les conste.

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Biblia Reina Valera 1960

4 Entonces Jesús le dijo: Mira, no lo digas a nadie; sino ve, muéstrate al sacerdote, y presenta la ofrenda que ordenó Moisés, para testimonio a ellos.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

4 —No se lo cuentes a nadie —le dijo Jesús—. En cambio, preséntate ante el sacerdote y deja que te examine. Lleva contigo la ofrenda que exige la ley de Moisés a los que son sanados de lepra. Esto será un testimonio público de que has quedado limpio.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

4 Jesús le dijo: 'Mira, no se lo digas a nadie; pero ve a mostrarte al sacerdote y ofrece la ofrenda ordenada por la Ley de Moisés, pues tú tienes que hacerles una declaración.

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La Biblia Textual 3a Edicion

4 Entonces Jesús le dice: Mira, no lo digas a nadie, solamente ve y muéstrate al sacerdote y presenta la ofrenda que ordenó Moisés,° para testimonio a ellos.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

4 Jesús le dijo: 'Cuidado con decírselo a nadie. Pero esto sí; ve a presentarte al sacerdote y a ofrecer el don que mandó Moisés, para que tengan constancia de ello'.

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Mateo 8:4
31 Tagairtí Cros  

Jehová se complace con él a causa de su propia justicia; engrandece la ley, y la hace honorable.


entonces si la llaga es verdosa o rojiza en el vestido, o en la piel, (ora esté en la urdimbre ora en la trama), o en cualquier ajuar de pieles, llaga de lepra es, y será mostrada alsacerdote.


y seréis llevados ante gobernadores y reyes por mi causa, para testimonio a ellos y a las naciones.


Entonces mandó a los discípulos que no dijesen a nadie que era él el Cristo.


Y cuando bajaban del monte, les mandó Jesús, diciendo: No digáis a nadie la visión, hasta que el Hijo del hombre resucite de entre los muertos.


Mas Jesús respondiendo, le dijo:  Consiente ahora; porque así nos conviene cumplir toda justicia. Entonces lo consintió.


¶No penséis que vine a invalidar la Ley, o los Profetas: no vine a invalidar, sino a cumplir.


GUARDAOS de hacer vuestra justicia delante de los hombres, con el fin de ser mirados por ellos: de otra manera no tenéis galardón de vuestro Padre que está en los cielos.


Mas Jesús les mandó rigurosamente, diciendo: Mirad que nadie lo sepa.


Mirad empero por vosotros mismos; porque os entregarán a los concilios, y en las sinagogas seréis azotados; y seréis presentados ante gobernadores y reyes, por mi causa, para testimonio a ellos.


Mas él les mandaba mucho, que no le pusiesen de manifiesto.


Mas él les amonestó mucho que nadie lo supiese: y dijo que a ella lo dieran de comer.


Y si en algún lugar no os recibieren, ni os oyeren, en saliendo de allí, sacudid el polvo que está debajo de vuestros pies para testimonio a ellos. En verdad os digo que será mas llevadera la condena de Sodoma o Gomorra en el día del juicio, que la de aquella ciudad.


Y les mandó que no lo dijesen a nadie: pero cuanto más les mandaba, con tanto más celo lo divulgaban;


Y mandóles rigurosamente que a nadie dijesen esto de él.


Y mientras bajaban del monte, les mandó que a nadie dijesen las cosas que habían visto, sino cuando el Hijo del hombre se hubiese levantado del entre los muertos.


Y cuando los vió, les dijo: Id, mostraos a los sacerdotes. Y sucedió que mientras iban, fueron limpiados.


Esto os servirá de testimonio.


Demonios también salían de muchos, clamando y diciendo: ¡Tú eres el Hijo de Dios! Mas él, reprendiéndoles, no les permitía hablar; porque sabían que era él el Cristo.


Y le mandó que no lo dijese a nadie; sino vé (le dijo), muéstrate al sacerdote, y ofrece por tu purificación, conforme mandó Moisés, para que les conste.


Y sus padres quedaron asombrados, mas él les mandó que a nadie dijesen lo que había sucedido.


Mas él, con mandamiento riguroso, les mandó que a nadie hablasen de esto;


Gloria por parte de los hombres no recibo.


Quien de parte de sí mismo habla, busca su propia gloria; mas el que busca la gloria de aquel que le envió, éste es veraz, y no hay injusticia en él.


Yo empero no busco mi gloria; hay quien la busque, y juzgue.


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