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Tito 3:5 - Biblia Martin Nieto

nos ha salvado, no por la justicia que hayamos practicado, sino por puro amor, mediante el bautismo regenerador y la renovación del Espíritu Santo,

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Biblia Reina Valera 1960

nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo,

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Biblia Nueva Traducción Viviente

él nos salvó, no por las acciones justas que nosotros habíamos hecho, sino por su misericordia. Nos lavó, quitando nuestros pecados, y nos dio un nuevo nacimiento y vida nueva por medio del Espíritu Santo.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

no se fijó en lo bueno que hubiéramos hecho, sino que tuvo misericordia de nosotros y nos salvó. En el bautismo volvimos a nacer y fuimos renovados por el Espíritu Santo

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La Biblia Textual 3a Edicion

nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino según su misericordia, por medio del lavamiento de la regeneración y de la renovación del Espíritu Santo,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

no nos salvó por las obras de justicia que hubiéramos realizado nosotros, sino, según su misericordia, por el baño regenerador y renovador del Espíritu Santo,

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hayamos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y de la renovación del Espíritu Santo;

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Tito 3:5
46 Tagairtí Cros  

¿Cómo puede ser puro un hombre? ¿Cómo puede ser justo el nacido de mujer?


¿Cómo, pues, puede ante Dios ser justo un hombre? ¿Cómo puro el nacido de mujer?


Si me creo justo, puede su boca condenarme; declararme culpable, si me estimo inocente.


Israel está pendiente del Señor más que los centinelas de la aurora; porque en el Señor está el amor y la liberación total:


No entables juicio contra mí, pues ante ti ningún viviente es justo.


Hazme sentir gozo y alegría, y que dancen los huesos que rompiste.


Dios ha dicho una cosa, y luego otra; yo lo he oído;


Mas tú, Señor, misericordioso y compasivo, paciente y lleno de amor y de lealtad,


Señor, tú que eres bueno y que perdonas, lleno de piedad para los que te invocan,


Pero yo pondré al descubierto tu justicia y tus obras inútiles.


Os rociaré con agua pura y os purificaré de todas vuestras inmundicias y de todos vuestros ídolos.


¿Qué Dios hay como tú, que quite el pecado y perdone la culpa al resto de tu herencia? No mantendrá su cólera por siempre, porque ama la misericordia.


Yo os bautizo en agua para que os arrepintáis; pero el que viene detrás de mí es más fuerte que yo, y yo no soy digno de descalzarle las sandalias. Él os bautizará con Espíritu Santo y fuego.


su misericordia de generación en generación / para todos sus fieles. /


Ha socorrido a su siervo Israel, / acordándose de su misericordia, /


mostrándose compasivo con nuestros padres, / recordando su santa alianza /


gracias a la bondad misericordiosa de nuestro Dios, / por la que nos visitará / como el sol que nace de lo alto, /


por ver si a los de mi raza les entra envidia y logro salvar a algunos de ellos.


Lo ha hecho por pura generosidad suya, y no por méritos humanos; si no fuera así, no podríamos hablar de la generosidad de Dios.


Y no os acomodéis a este mundo; al contrario, transformaos y renovad vuestro interior para que sepáis distinguir cuál es la voluntad de Dios: lo bueno, lo que le agrada, lo perfecto.


Porque por las obras de la ley no será justificado mortal alguno delante de él; pues por la ley tenemos solamente el conocimiento del pecado.


Decimos, pues, con razón, que el hombre es justificado por la fe sin la observancia de la ley.


en cambio, al que no trabaja, pero cree en el que justifica al culpable, su fe se le cuenta como justicia.


Cuando todavía no habían nacido sus dos hijos y, por tanto, no habían hecho nada bueno ni malo (para que el designio de Dios permaneciese conforme a su elección,


Por consiguiente, no es obra del que quiere ni del que se esfuerza, sino de Dios, que tiene misericordia.


Entonces, ¿qué diremos? Que los paganos, que no perseguían la justicia, alcanzaron la justicia, la justicia de la fe;


Eso erais antes algunos; pero habéis sido lavados, consagrados y justificados en el nombre de nuestro Señor Jesucristo y en el Espíritu de nuestro Dios.


pero sabemos que nadie se justifica por las obras de la ley, sino por la fe en Jesucristo; nosotros creemos en Cristo Jesús para ser justificados por la fe de Cristo, no por las obras de la ley; porque nadie será justificado


Pero Dios, rico en misericordia, por el inmenso amor con que nos amó,


renovaos en vuestro espíritu y en vuestra mente


a fin de santificarla por medio del agua del bautismo y de la palabra,


No por tu justicia ni por la rectitud de tu corazón vas a entrar en posesión de la tierra, sino por la injusticia de esas naciones las echa el Señor lejos de ti; y también para cumplir el juramento hecho a vuestros padres Abrahán, Isaac y Jacob.


para revestiros del hombre nuevo, que se renueva sin cesar a imagen de su creador hasta adquirir el conocimiento perfecto.


que nos ha salvado y nos ha llamado a una vida consagrada a él, no por nuestras obras, sino por pura voluntad suya y por la gracia que nos ha dado en Cristo Jesús, desde toda la eternidad,


Pero Dios, nuestro Salvador, al manifestar su bondad y su amor por los hombres,


acerquémonos con un corazón sincero, con fe perfecta, purificados los corazones de toda mancha de la que tengamos conciencia, y el cuerpo lavado con agua pura.


Acerquémonos, pues, con confianza al trono de la gracia, a fin de obtener misericordia y hallar la gracia del auxilio oportuno.


y que a pesar de todo recayeron, es imposible que se renueven otra vez por la penitencia, ya que de nuevo crucifican por su cuenta al Hijo de Dios y le declaran infame.


Bendito sea Dios Padre de nuestro Señor Jesucristo que llevado de su gran misericordia nos ha hecho nacer de nuevo mediante la resurrección de Jesucristo de entre los muertos a una esperanza viva


los que en un tiempo no erais pueblo de Dios, ahora habéis venido a ser pueblo suyo; habéis conseguido misericordia los que en otro tiempo estabais excluidos de ella.


agua que presagiaba el bautismo, que ahora os salva a vosotros, no mediante la purificación de la inmundicia corporal sino mediante la súplica hecha a Dios por una conciencia buena la cual recibe su eficacia de la resurrección de Jesucristo,