De día me consumía el calor y de noche el frío, mientras el sueño huía de mis ojos.
Oseas 13:5 - Biblia Martin Nieto Yo en el desierto te cuidé, en la tierra de la sequedad. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Yo te conocí en el desierto, en tierra seca. Biblia Nueva Traducción Viviente Yo te cuidé en el desierto, en esa tierra árida y sedienta; Biblia Católica (Latinoamericana) Yo te conocí en el desierto, en esa tierra seca. La Biblia Textual 3a Edicion Yo te conocí° en el desierto, En tierra de gran sequía. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Yo te conocí en el desierto, en país de sequedal. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Yo te conocí en el desierto, en la tierra de gran sequía. |
De día me consumía el calor y de noche el frío, mientras el sueño huía de mis ojos.
Porque el Señor cuida el camino de los justos, pero el de los injustos lleva a la ruina.
Aborrezco a los que adoran ídolos vanos, pero yo he puesto mi confianza en el Señor;
Anda, grita a los oídos de Jerusalén: Esto dice el Señor: Me he acordado de ti, en los tiempos de tu juventud, de tu amor de novia, cuando me seguías en el desierto, en una tierra sin cultivar.
No dijeron: ¿Dónde está el Señor, que nos sacó de Egipto, que nos guió a través del desierto por una tierra árida y escabrosa, tierra reseca y de tinieblas, tierra por donde no pasa ningún hombre y donde nadie se establece?
Conozco bien a Efraín, e Israel no se me oculta. Sí, te has prostituido, Efraín; se ha contaminado Israel.
Como uva en el desierto encontré yo a Israel, como breva de higuera vi a vuestros padres. Pero al llegar a Baal Fegor se consagraron a la infamia, y se hicieron despreciables como el objeto de su amor.
El Señor es bueno, un refugio en el día de la angustia; él cuida de los que a él se acogen
pero ahora que conocéis a Dios, o, mejor dicho, que sois conocidos por Dios, ¿cómo os volvéis de nuevo a los débiles y pobres elementos, a los cuales nuevamente queréis servir otra vez como esclavos?
El Señor, tu Dios, te ha bendecido en todas tus empresas. Él ha velado tu peregrinación a través de este vasto desierto. Cuarenta años hace ya que te acompaña el Señor, tu Dios, sin que te falte nada.
Encontró a su pueblo en el desierto, / en la soledad rugiente de la desolación. / Lo abrazó y se cuidó de él; / lo guardó como la niña de sus ojos.
que te ha conducido a través de vasto y horrible desierto, de serpientes venenosas, de escorpiones, tierra de sed y sin agua; que hizo brotar para ti agua de la roca más dura