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Oseas 9:10 - Biblia Martin Nieto

10 Como uva en el desierto encontré yo a Israel, como breva de higuera vi a vuestros padres. Pero al llegar a Baal Fegor se consagraron a la infamia, y se hicieron despreciables como el objeto de su amor.

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Biblia Reina Valera 1960

10 Como uvas en el desierto hallé a Israel; como la fruta temprana de la higuera en su principio vi a vuestros padres. Ellos acudieron a Baal-peor, se apartaron para vergüenza, y se hicieron abominables como aquello que amaron.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

10 Dice el Señor: «Oh Israel, cuando te encontré por primera vez, fue como encontrar uvas frescas en el desierto. Cuando vi a tus antepasados, fue como ver los primeros higos maduros de la temporada. Pero después me abandonaron por Baal-peor y se entregaron a ese ídolo vergonzoso. En poco tiempo se volvieron viles, tan viles como el dios al que rinden culto.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

10 Israel fue para mí como uva silvestre encontrada en el desierto, y sus padres me parecieron como si fueran las primeras brevas; pero no bien habían llegado a Baal-Peor, se vendieron al ídolo y se hicieron tan aborrecibles como el ídolo que amaban.

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La Biblia Textual 3a Edicion

10 Como uvas en el desierto hallé a Israel, Como breva° en la higuera encontré a vuestros° padres. Pero ellos fueron a Baal-peor y se consagraron a la Vergüenza,° Y se hicieron tan abominables como aquello que amaron.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

10 Como uvas en el desierto encontré a Israel; como breva en higuera vi a vuestros padres. Llegaron a Baal Peor y a la infamia se entregaron; se hicieron abominables como las cosas que amaron.

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Oseas 9:10
32 Tagairtí Cros  

y, no bastándole imitar los pecados de Jeroboán, hijo de Nabat, tomó por esposa a Jezabel, hija de Etbaal, rey de los sidonios, y sirvió y adoró a Baal.


y allí quemaron incienso como las gentes que el Señor había echado ante ellos, y cometieron toda clase de maldades, irritando al Señor,


Los que los fabrican serán igual que ellos, y todos los que en ellos se confían.


Pero mi pueblo no escuchó mi voz, Israel no quiso saber nada de mí,


¿Qué es eso que sube del desierto como columna de humo, perfume de mirra y de incienso y de todo aroma de perfumes? Ella:


y la flor marchita de su orgulloso esplendor, que domina el fértil valle, será como el higo prematuro; el que lo ve, le echa mano y come.


Porque tus dioses, oh Judá, son tan numerosos como tus ciudades; y tantos como las calles que hay en Jerusalén son los altares de infamia que vosotros habéis levantado para ofrecer incienso a Baal.


Uno de los cestos contenía higos muy buenos, como lo son los tempranos; el otro tenía higos muy malos, tan malos que no se podían comer.


La ignominia ha devorado el fruto del trabajo de nuestros padres, desde nuestra juventud.


¡Acostémonos en nuestra ignominia y nos cubra nuestro oprobio, porque contra el Señor, nuestro Dios, hemos pecado nosotros y nuestros padres desde nuestra juventud hasta el presente y no hemos escuchado la voz del Señor, nuestro Dios!'.


Esto dice el Señor: Ha hallado gracia en el desierto el pueblo escapado de la espada. Israel se dirige a su descanso.


Los profetas profetizan mentiras, los sacerdotes enseñan con su mal ejemplo. ¡Y mi pueblo en ello se complace! Mas ¿qué haréis cuando llegue el fin?


Mas ellos se rebelaron contra mí y no quisieron escucharme. No tiraron los ídolos que seducían sus ojos ni abandonaron los ídolos de Egipto.


Cuando Israel era niño, yo le amaba, y de Egipto llamé a mi hijo.


Yo en el desierto te cuidé, en la tierra de la sequedad.


Le haré rendir cuentas de sus fiestas en honor de los baales, a quienes quemaba incienso ataviada de anillos y collares para correr tras sus amantes, olvidándose de mí -dice el Señor-.


No castigaré a vuestras hijas porque se prostituyan, ni a vuestras nueras porque cometan adulterio, puesto que ellos también se van con prostitutas y con las prostitutas sagradas ofrecen sacrificios. Así el pueblo ignorante se prepara a la ruina.


Cuando terminan sus borracheras, comienzan sus prostituciones; cambian la gloria por la ignominia.


quemad panes sin levadura en acción de gracias; pregonad vuestras ofrendas voluntarias, pregonadlas, israelitas, pues eso es lo que os gusta, dice el Señor.


¡Ay de mí, que soy como un espigador en verano, como un rebuscador tras la vendimia! No hay un racimo que comer, ni un higo temprano que apetezco tanto.


Esto os servirá para recordar, al mirarlos, los mandamientos del Señor y os ayudará a ponerlos en práctica sin que sigáis los deseos de vuestro corazón y de vuestros ojos, que os han arrastrado a la infidelidad.


Las primicias, que habrán de traer al Señor de todos los productos de su tierra, serán tuyas; todos los de tu casa podrán comer de ellas con tal que estén puros.


¿Qué frutos lograbais entonces? Aquellos de los que ahora os avergonzáis, porque su fin es la muerte.


Encontró a su pueblo en el desierto, / en la soledad rugiente de la desolación. / Lo abrazó y se cuidó de él; / lo guardó como la niña de sus ojos.


Sacrificaron a demonios y no a Dios, / a dioses desconocidos para ellos; / dioses nuevos, recién llegados, / jamás venerados por sus padres.


Con vuestros ojos habéis visto lo que hizo el Señor con Baal Fegor: el Señor exterminó de en medio de vosotros a todos los que se fueron detrás de Baal Fegor.


Aquel día dieron a Gedeón el nombre de Yerubaal, pues decían: 'Que Baal se defienda de él, ya que le ha destruido su altar'.


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