Amasá no se fijó en la espada que Joab tenía en la mano, y éste se la clavó en el vientre, esparció sus entrañas en la tierra y, sin repetirle el golpe, murió. Entonces Joab y su hermano Abisay salieron en persecución de Sebá, hijo de Bicrí.
Oseas 11:9 - Biblia Martin Nieto No actuaré según el ardor de mi ira, no destruiré más a Efraín, porque yo soy Dios, no un hombre; en medio de ti yo soy el Santo, y no me gusta destruir. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 No ejecutaré el ardor de mi ira, ni volveré para destruir a Efraín; porque Dios soy, y no hombre, el Santo en medio de ti; y no entraré en la ciudad. Biblia Nueva Traducción Viviente No, no desataré mi ira feroz. No destruiré por completo a Israel, ya que no soy un simple mortal, soy Dios. Yo soy el Santo que vive entre ustedes y no vendré a destruir. Biblia Católica (Latinoamericana) No puedo dejarme llevar por mi indignación y destruir a Efraím, pues soy Dios y no hombre. Yo soy el Santo que está en medio de ti, y no me gusta destruir. La Biblia Textual 3a Edicion No ejecutaré el ardor de mi ira, no me volveré para destruir a Efraín, Por cuanto Yo soy ’El, y no hombre; El Santo en medio de ti, no vendré con furor. Biblia Serafín de Ausejo 1975 No daré curso al ardor de mi ira, no volveré a destruir a Efraín, porque yo soy Dios, y no un hombre; yo soy el Santo en medio de ti, por eso no vendré para destruir. Biblia Reina Valera Gómez (2023) No ejecutaré el furor de mi ira, no volveré para destruir a Efraín; porque Dios soy, y no hombre; el Santo en medio de ti; y no entraré en la ciudad. |
Amasá no se fijó en la espada que Joab tenía en la mano, y éste se la clavó en el vientre, esparció sus entrañas en la tierra y, sin repetirle el golpe, murió. Entonces Joab y su hermano Abisay salieron en persecución de Sebá, hijo de Bicrí.
Un río y sus canales alegran la ciudad de Dios, la más santa morada del altísimo.
Él, el misericordioso, en vez de destruirlos, perdonaba sus faltas; muchas veces su cólera contuvo y no dejó correr todo su enojo;
Exulta, grita de júbilo, habitante de Sión, pues grande es en ti el Santo de Israel.
¡Ay de los que bajan a Egipto en busca de ayuda!; de los que confían en caballos y ponen su esperanza en el número de sus carros y en la fuerza de sus jinetes, pero no han puesto sus ojos en el Santo de Israel ni han consultado al Señor.
No temas, gusanillo de Jacob, larva insignificante de Israel; ya vengo yo en tu ayuda, dice el Señor: tu redentor es el Santo de Israel.
Las aventarás y el viento se las llevará, las esparcirá el torbellino; mas tú te regocijarás en el Señor, en el Santo de Israel te gloriarás.
Por amor de mi nombre contenía mi cólera, por mi honor me frenaba para no exterminarte.
Como la lengua de la llama devora el rastrojo y como el heno es consumido por el fuego, así su raíz se pudrirá y su flor será aventada como polvo, por rechazar la ley del Señor todopoderoso y despreciar la palabra del Santo de Israel.
Tal vez te escuchen y se conviertan cada uno de su mal camino; entonces yo retiraré el castigo que pensaba darles por sus malas acciones.
Porque yo estoy contigo -dice el Señor- para salvarte. Aniquilaré a todas las naciones entre las que te he dispersado. A ti no te aniquilaré; sólo te castigaré como mereces y no te dejaré pasar nada.
Efraín me rodea de mentiras, y la casa de Israel de engaños; Judá sigue con Dios y es fiel al Santo.
Asiria no nos puede salvar; no montaremos ya en los caballos, y no diremos más 'dios nuestro' a la obra de nuestras manos, pues en ti encuentra compasión el huérfano.
Pues yo, el Señor, no cambio; y vosotros no dejáis de ser hijos de Jacob.
No es Dios un hombre para que mienta, ni un ser humano para que cambie de opinión. ¿Dice él y no hace? ¿Habla y no cumple?
Amontonarás todo el botín en la plaza pública e incendiarás la ciudad con todo su botín como ofrenda en honor del Señor, tu Dios. Quedará convertida en un montón de ruinas, que nunca se reedificará.
Abisay dijo a David: 'Hoy ha puesto Dios a tu enemigo en tus manos. Permíteme que le clave en la tierra con su propia lanza de un solo golpe; no tendré que darle otro'.